Señor director:
Probablemente de no haber irrumpido el proceso constitucional, hoy los ojos estarían puestos en la elección de gobernadores regionales. La trascendencia de la nueva Carta Magna ha hecho que poco se haya hablado de esta nueva institucionalidad.
Los cambios que esta transformación conlleva podrán recién entenderse cuando se instalen en cada región los nuevos gobernadores. Así, no sería extraño que de ahí surjan los nuevos liderazgos nacionales, como lo es hoy con los alcaldes, dado el caudal de votos con el que serán electos.
Desde ahora, los escasos dineros regionales se utilizarán para implementar políticas definidas por la región (ciencia y tecnología, saneamiento sanitario, conectividad, etc.) y no a subsidiar el déficit de financiamiento de los ministerios centrales.
Los gobiernos regionales serán claves en la planificación de usos del territorio (borde costero, ordenamiento territorial, aprobación de planos reguladores regionales e intercomunales), así como también en la implementación de áreas metropolitanas.
Para estos desafíos es necesario que las regiones cuenten con recursos con un pago de impuestos territoriales más equitativo, similar al de la ley de casinos: 1/3 en la comuna donde se genera la riqueza, 1/3 en la región y el otro 1/3 a fondos generales de la nación y a no concentrarlos en las 5 comunas de la capital donde están las casas matrices de estas empresas. Eso dará mayores ingresos a las comunas y a las regiones y contribuirá a la licencia social para operar de estas empresas.
Rodrigo Díaz Worner
Ex intendente Región del Biobío
