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Una ola que al parecer ya pasó Opinión

Una ola que al parecer ya pasó

Fernando Oyarce
Por : Fernando Oyarce Coordinador académico del Magister Gestión del Patrimonio y Turismo Sostenible Universidad Autónoma de Chile
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La pandemia del COVID 19 está provocando un efecto de vulnerabilidad adquirida al actual paradigma de desarrollo de la actividad turística a lo largo del planeta. El turismo venía siendo un sector de constante crecimiento y expansión a nivel local e internacional, pero la pandemia frenó en seco su desarrollo.

Conforme a estudios internacionales en el sector, entre 2020 y 2023 las pérdidas acumuladas en el turismo oscilarán entre los US$ 53 mil millones y US$ 72,4 mil millones para América del Sur. Estos resultados muestran que las pérdidas en el sector turismo tendrán consecuencias negativas sobre el nivel de empleo del sector, con un sesgo de género, debido a que un 59% de las personas empleadas en alojamiento y comida son mujeres. (CEPAL, 2021). Es por esto, que las estrategias de desarrollo a nivel regional y local han puesto foco en la promoción y fomento del emprendimiento como un camino para convertir oportunidades económicas en desarrollo para las personas, comunidades y territorios.

De acuerdo con los datos del Barómetro de Turismo publicado mensualmente por la Subsecretaría de Turismo y SERNATUR, producto del cierre de fronteras para ciudadanos extranjeros no residentes en Chile en junio de 2021 no se registraron llegadas de visitantes internacionales al país, reflejando para el período comprendido entre enero y junio de 2021 una contracción del 92,6%. Ello deja en evidencia el gran impacto que ha provocado la pandemia en el turismo para Chile, en que el cierre de diversas empresas, las consecuentes pérdidas de empleos y el estancamiento en el desarrollo turístico en diversos destinos del país, ha dejado expuesta la gran vulnerabilidad que presenta esta industria.

El pasado 30 de julio el Instituto Nacional de Estadística dio a conocer una recuperación de empleos en el sector turístico: creció en un 15,51%, es decir, que se recuperaron 17 mil puestos de trabajo. Puede sonar elevado, pero hay que tener en cuenta que existen 158 mil personas esperando recuperar sus empleos y para que este tipo de situaciones en épocas de emergencia no ocurra, se debe exigir una mirada de convergencia en los esfuerzos entre el sector público y privado, aprovechar la ventana que nos provee los buenos resultados del proceso de vacunación e incorporar en forma sostenible las lecciones aprendidas durante el manejo de esta pandemia, para fortalecer la industria ante los efectos de este tipo de desastres.

En este proceso son vitales la generación de nuevos emprendimientos y mejorar la gestión para restaurar el sector turismo y así fortalecer la economía y el empleo, aunado lo anterior con acciones concretas para aumentar el interés del público, presentando nuevas oportunidades de desarrollo, que garanticen la recuperación a largo plazo y el crecimiento futuro, considerando factores de resiliencia y de sostenibilidad.

Finalmente hay que destacar que el turismo es un excelente vehículo para el desarrollo de las localidades, ya que involucra personas de muchas naciones, trayectorias, costumbres y condición económica, que pueden ser sensibilizadas de manera importante al tener experiencias vivenciales que les inducen al cambio. Al mismo tiempo, involucra territorios y su gente que no solo pueden recibir recursos económicos y trabajo, sino también modificar sus propios comportamientos para colaborar en un verdadero desarrollo local. El turismo, desde una visión equilibrada y sostenible, nos modifica y enriquece, proveyendo un escenario para ser artesanos del encuentro en la diversidad.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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