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¿Qué se celebra el 19 de septiembre? Opinión Crédito: Aton

¿Qué se celebra el 19 de septiembre?

Richard Kouyoumdjian Inglis
Por : Richard Kouyoumdjian Inglis Experto en Defensa y Seguridad Nacional
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Este Ejército de Chile – siempre vencedor, jamás vencido – junto a las otras instituciones de la defensa, tienen niveles de aprobación muy superiores a las instituciones a las que pertenecen quienes los atacan y nuevamente hace sospechosa la naturaleza e intención de los ataques en los que persisten algunos, y que se aprovechan de que es una institución jerarquizada, obediente y no deliberante, pero que tiene claro a quien se debe, que no es más que Chile, los chilenos, sus héroes y sus glorias militares.


El 19 de septiembre se celebran las todas glorias del Ejército de Chile, una fecha que fue dispuesta por Ramón Barros Luco mediante un decreto supremo del año 1915, en que se declaró feriado ese día. Muchas veces se confunde con la primera ceremonia en la que participó el Ejército de Chile, la que se efectuó en la mañana del 19 de septiembre de 1810 en la Plaza de Armas de Santiago, con ocasión de la proclamación del acta de instalación de la Junta de Gobierno.

En ese sentido la celebración de las glorias del Ejército se ha mantenido excepto en solo dos oportunidades, el 1973 y el 2020, dos oportunidades excepcionales que no requieren de explicación, por lo que no se comprende los intentos de algunos de que se suspendiera nuevamente en el 2021, a sabiendas de que los indicadores sanitarios están mucho mejores y casi todo Chile está en fase 4.

Esta es la oportunidad en que el Ejército acompañado por las otras instituciones de la defensa nacional salen a la calle para estar juntos a los chilenos a los que se deben. Es una celebración cívico-militar en donde normalmente las tropas y la civilidad se encuentran para celebrar las glorias militares de Chile, las que nos dieron la libertad, la independencia, las que dieron la independencia al Perú, las que llevaron junto a la marina el pabellón chileno hasta el mismísimo palacio virreinal de Lima, y las que junto a los otros institutos armados no permitieron que Argentina en el 1978 usurpara territorios soberanos chilenos.

Es el Ejército compuesto de hombres y mujeres que han jurado dar su vida por Chile si así la patria se los requiriera, y que en cada catástrofe han estado al pie del cañón realizando labores de ayuda a la comunidad, en las circunstancias que sean y por periodos de tiempo muy extensos como lo demuestra la contingencia sanitaria en la cual aún nos encontramos.

Este Ejército de todos los chilenos necesita que Chile y los chilenos los apoyen cuando se les ataca, que a la vez les exijan ser mejores profesionales y personas, que les permitan realizar sus labores profesionales, y que no les estén pasando la cuenta por las acciones impropias de algunos mandos que actuaron incorrectamente en el pasado, acciones que son de responsabilidad personal y no de responsabilidad institucional. Que paguen los que tengan que pagar, pero que no pague el Ejército de Chile los pecados de unos pocos que no supieron estar a la altura de su juramento y de sus deberes profesionales.

Queda a veces la sensación de muchos de los ataques al Ejército corresponden a agendas personales de algunos políticos o de académicos que al parecer quieren ajustar cuentas y desarrollar proyectos políticos que requieren de la anuencia, del libre permiso o de un escenario en donde estén seguros de que nada o nadie los podrá parar en su búsqueda del poder o para hacer lo que quieran. Si ese es el caso, recuerden que el Ejército que es de todos nosotros, y esta para resguardar nuestra Republica, su independencia y soberanía.

Quizás corresponde recordar para terminar, que este Ejército de Chile – siempre vencedor, jamás vencido – junto a las otras instituciones de la defensa, tienen niveles de aprobación muy superiores a las instituciones a las que pertenecen quienes los atacan y nuevamente hace sospechosa la naturaleza e intención de los ataques en los que persisten algunos, y que se aprovechan de que es una institución jerarquizada, obediente y no deliberante, pero que tiene claro a quien se debe, que no es más que Chile, los chilenos, sus héroes y sus glorias militares.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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