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Boric: Relaciones internacionales, la seguridad y la Defensa Nacional Opinión Crédito: Reuters

Boric: Relaciones internacionales, la seguridad y la Defensa Nacional

Richard Kouyoumdjian Inglis
Por : Richard Kouyoumdjian Inglis Experto en Defensa y Seguridad Nacional
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A pesar de los cantos de sirena de los chinos y estadounidenses, el Gobierno de Boric debe procurar mantener independencia de ambas superpotencias. Uno tiende a creer que se tiene una dependencia total de ellos, pero ese es un error. Nosotros los necesitamos tanto a ellos como ellos nos necesitan a nosotros. Dicho eso, se debe ser claro y preciso ante ambos, en cuanto a que nuestras relaciones exteriores se guían bajo el principio de la defensa del interés nacional, en la forma en que lo hace Singapur y que le ha resultado muy bien. Además, es entendible el espíritu americanista que embriaga a muchos, pero se debe ser realista y comprender que esta región con frecuencia nos trae más problemas que beneficios.


No pasaron días y a Gabriel Boric se le apareció lo internacional. Alguien le recordó haber expresado su apoyo a la reclamación argentina sobre las Falklands; que en el pasado no fue muy preciso respecto de la soberanía chilena en la Antártida-, y por otro lado, tanto China y los EE.UU. no demoraron mucho en disputarse la influencia y cercanía al Gobierno que tomará la dirección de nuestro país.

Por otra parte, hereda los problemas de la Macrozona Sur, de la inmigración venezolana, el crimen transnacional transfronterizo de la frontera norte, y los que el cambio climático está generando en buena parte del país, tensionando las relaciones entre los que necesitan agua para sus actividades.

En Defensa, una función que solo el Estado provee a los chilenos, enfrenta el desafío de mantener un sistema que en general funciona bien, pero que corre el riesgo de perder la efectividad y eficiencia con que cumple su rol, producto de visiones ideológicas que más bien la quieren anular para tener libre acceso al poder y no están preocupadas del rol fundamental que realizan.

AthenaLab produjo un resumen con los principales puntos y recomendaciones que el Presidente electo debe tener en cuenta cuando asuma en marzo 2022 (vea el documento acá).

[cita tipo=»destaque»]Independientemente de las afinidades ideológicas que el nuevo Gobierno pueda tener con Argentina, Perú y Bolivia, no se debe olvidar que esos países tienen sus propios objetivos en lo que se refiere a espacios terrestres, aéreos y marítimos, y que nunca han caído en el error de no defender sus intereses, y más bien han usado el tema de las afinidades para hacernos caer en sus trampas. Se puede ser amigos de ellos, pero nunca ceder ante sus presiones y amenazas.[/cita]

Para finalizar, aprovecho de indicar lo que para mí es lo más importante en la conducción de las materias antes mencionadas:

1) El principio rector en la conducción de las relaciones internacionales es el interés nacional y, en ese sentido, no se deben confundir los fines con los medios, un error que cometen muchos cuando transforman el multilateralismo en un fin y no en un medio para defender o desarrollar los intereses de Chile.

2) Independientemente de las afinidades ideológicas que el nuevo Gobierno pueda tener con Argentina, Perú y Bolivia, no se debe olvidar que esos países tienen sus propios objetivos en lo que se refiere a espacios terrestres, aéreos y marítimos, y que nunca han caído en el error de no defender sus intereses, y más bien han usado el tema de las afinidades para hacernos caer en sus trampas. Se puede ser amigos de ellos, pero nunca ceder ante sus presiones y amenazas. Usen como ejemplo a Salvador Allende, Clodomiro Almeyda y Ramón Huidobro, que con maestría y claridad estratégica sentaron a los argentinos a la mesa y lograron llevar el tema del Beagle a un arbitraje internacional, no cayendo en la trampa de una negociación bilateral. Allende también supo mantener a raya a los peruanos, a pesar de ser ambos gobiernos de izquierda.

3) A pesar de los cantos de sirena de los chinos y estadounidenses, se debe procurar mantener independencia de ambas superpotencias. Uno tiende a creer que se tiene una dependencia total de ellos, pero ese es un error. Nosotros los necesitamos tanto a ellos como ellos nos necesitan a nosotros. Dicho eso, se debe ser claro y preciso ante ambos, en cuanto a que nuestras relaciones exteriores se guían bajo el principio de la defensa del interés nacional, en la forma en que lo hace Singapur y que le ha resultado muy bien, y no cometer el error de otros, de tener un mal manejo de las finanzas públicas y que les obliga a tener que buscar créditos que vienen con amarres del tipo de los que tienen Argentina y Venezuela con China.

4) Es entendible el espíritu americanista que embriaga a muchos, pero se debe ser realista y comprender que esta región con frecuencia nos trae más problemas que beneficios, nunca vamos a tener complementariedades económicas porque somos todos productores de commodities, y que con los vecinos es mejor aplicar el principio de no meterse en problemas ajenos.

5) En lo que se refiere a problemas internos, como son la Macrozona Sur, o importados, como es el caso del crimen transnacional transfronterizo o la intensa inmigración venezolana, solo puedo recomendar una acción concertada y coordinada con los otros poderes e instituciones de la República, algo que al próximo Gobierno le puede resultar más fácil producto de las cercanías ideológicas que puedan tener, y en particular respecto de La Araucanía, seguir el ejemplo de lo realizado en Nueva Zelanda. Algo de lo cual se habla mucho y se hace poco.

6) En Defensa, cuidar el sistema, ya que funciona, es efectivo y eficiente, pues hemos sido capaces de disuadir y de proteger la soberanía e intereses nacionales. Hoy en día hay control y auditoría interna, nadie se manda solo, con instituciones disciplinadas, jerarquizadas y no deliberantes, a pesar de que algunos tratan de demostrar infructuosamente lo contrario. Hay reglas presupuestarias claras, un sistema de remuneraciones y de pensiones que funciona, y quizás lo único que debiera revisarse es el afán de los gobiernos, del color que sea, de usarlas para arreglar todos los males de Chile, lo que a la larga puede terminar distrayéndolas y haciéndolas inefectivas respecto de su rol principal.

7) Por último, no olvidar que Chile es tierra, mar y aire, que por el norte limita con el Perú, llegando hasta el Polo Sur; que es un país tricontinental, con vecinos como Australia, Nueva Zelanda y la Polinesia Francesa en las profundidades del Pacífico; y que chilenos somos todos, independientemente de las posiciones políticas y los orígenes que podamos tener.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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