¿Merecemos ir al Mundial?

Todos los hinchas de la Roja anhelan poder ver Al equipo en el Mundial. El fanático tiene toda esa potestad, sin embargo, y si logramos detenernos para analizar fríamente lo que ha sido el camino de Chile rumbo a Qatar, todo apunta a que no meremos estar en la cita planetaria.

Una vez más las matemáticas permiten soñar. Yo creo que por opciones y probabilidades y tras la derrota ante Argentina, los números prácticamente nos sentencian. Quedan nueve unidades en disputa, con dos visitas (La Paz y Río de Janeiro) y se remata todo en Santiago u otra ciudad ante Uruguay.

Todo el derrotero de la Roja en este proceso ha sido irregular y poco constante. Solo tres victorias como locales Perú, Venezuela y Paraguay) y un solo triunfo de visita (en Asunción). Se han perdido demasiados puntos jugando en Chile, clave básica para optar a llegar a cualquier mundial. En eso, la Roja ha fallado con todo.

Han sido muchos los errores. Decisiones muy poco acertadas y afortunadas. La llegada de Lasarte, quien nunca fue la prioridad del directorio, ya que nombres como Almeyda, Heinze y alguno más, no quisieron aceptar. Casi de rebote se llegó al nombre del uruguayo, que no ha logrado darle estabilidad al juego de Chile, con estrategias en muchos partidos sin reacción o con estrategias más bien cautas y prudentes. Existe mucha responsabilidad del técnico y de quienes apostaron por él.

[cita tipo=»destaque»]Si bien la calculadora vuelve a ser protagonista, las opciones son muy bajas de poder alcanzar incluso el cupo del repechaje.[/cita]

Pero también vuelve a asomar el eterno tema del recambio. La generación dorada es y será recordada por muchos años, dado los logros obtenidos y especialmente por esa valentía y coraje que ha tenido para elevar el fútbol de Chile a instancias de reconocimiento internacional. Pero hay que entender y asimilar que no son eternos. Nada lo es y, menos, este grupo de grandes jugadores.

Si bien algunos de ellos aún tienen capacidades y competencias para seguir aportando, la ANFP tendrá que tomar decisiones claves y determinantes, considerando el poco auspicioso panorama que se nos avecina. ¿Habrá cambio de técnico? ¿Existe de una vez por todas una política de trabajo seria y sólida para proyectar el recambio y promoción de jugadores jóvenes? ¿Cuál será el rol final de Francis Cagigao como director deportivo?

Todo está en una nebulosa preocupante. No hay líneas claras y claramente el trabajo de los regentes del fútbol chileno ha dejado mucho que desear, hace bastante tiempo. Me parece que ya se debe hacer la pérdida de esta clasificación y ganar tiempo para sentarse a planificar como corresponde el próximo camino a un mundial. Y no solo se trata de clasificar, sino que de crear una estructura granítica y de convencimiento para trabajar de manera vertical y así permitir el crecimiento de los jugadores, para que quien sea el director técnico pueda contar con un abanico mayor de opciones.

Alexis Sánchez, en la previa del partido ante Argentina, deslizó enfáticamente una reflexión que tiene contaminado a nuestro fútbol. Nuestros jugadores jóvenes no luchan o aspiran a llegar a Europa. Y los que llegan lo hacen inmaduros o con muy pocos partidos en el cuerpo, lo cual termina pasándoles la cuenta. No se adaptan y deciden regresar a Sudamérica. Los uruguayos, argentinos, brasileños y colombianos, en un alto o casi total porcentaje, juegan en las ligas del Viejo Mundo. Ahí se marca una diferencia enorme a la hora de la competencia.

Por ello y si bien la calculadora vuelve a ser protagonista, las opciones son muy bajas de poder alcanzar incluso el cupo del repechaje. Está muy cuesta arriba y, si bien los hinchas tienen todo el derecho a elegir creer, la realidad es que nos golpea muy fuerte estar muy cerca de perdernos un segundo mundial de manera consecutiva.