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El plebiscito y la economía van de la mano Opinión

El plebiscito y la economía van de la mano

Alfonso España
Por : Alfonso España Investigador de Horizontal
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Para el plebiscito de entrada la situación era distinta. Muchas personas consideraban que con la nueva Constitución su situación económica iba a mejorar, principalmente por la promesa de mayores derechos sociales. Lo mismo ocurrió previo a la elección presidencial, en la que es posible suponer un castigo al entonces oficialismo por la crisis económica que dejaron el estallido social y la pandemia. Hoy pareciera que esta percepción se ha invertido, quizás porque cada vez hay mayor conciencia de que no se podrán financiar estos derechos si es que no hay crecimiento económico, y que no sirve demasiado que el Estado crezca si lo recaudado no es adecuadamente gastado.


El supuesto de que los electores le atribuyen al Gobierno la responsabilidad por la forma en la que se desempeña la economía y que sufragan a partir de esta valoración, es lo que se conoce como el voto económico. Según esta teoría, cuando la percepción es positiva, los electores premian al oficialismo votando a su favor y viceversa. Si bien para el caso del plebiscito del 4 de septiembre la correlación entre el desempeño de la economía y la aprobación de la propuesta constitucional es hipotética, son varios los elementos que apuntan a que la debacle económica que hoy sufre el país incide no solo en la aprobación del Gobierno, sino también sobre el apoyo que se manifiesta en torno a la opción del Apruebo.

La encuesta CEP (abril-mayo) muestra que un 27% percibe que su situación económica personal es mala o muy mala, superando todas las mediciones que se habían realizado durante el Gobierno anterior. Lo mismo ocurre cuando se pregunta sobre la percepción económica de los próximos 12 meses: 22% estima que será peor o mucho peor. El juicio sobre la situación país también superó todas las mediciones que se hicieron durante la administración pasada: el 58% de los encuestados valora que es mala o muy mala, y el 42% proyecta que para los próximos meses empeorará, superando por primera vez la cifra de quienes piensan que no cambiará (37%).

[cita tipo=»destaque»]Por el bien del país, esperemos que el Gobierno no solo sea capaz de entregar recursos, sino también certezas.[/cita]

Las cifras de percepción señaladas no se encuentran disociadas de la realidad. En junio, el peso chileno estuvo entre las monedas que más se depreciaron a nivel mundial, con una variación negativa del 11,4% respecto del dólar y superando por primera vez los mil pesos. La inflación, por su parte, llegó a 12,5% anual en junio. El crecimiento del empleo se ha ralentizado y las vacantes, según el Banco Central, van a la baja y el Informe de Finanzas Públicas del segundo trimestre proyecta una recesión en 2023 y el Índice Mensual de Confianza Empresarial ha posicionado las expectativas en un nivel pesimista, de 42,73 puntos.

Para el plebiscito de entrada la situación era distinta. Muchas personas consideraban que con la nueva Constitución su situación económica iba a mejorar, principalmente por la promesa de mayores derechos sociales. Lo mismo ocurrió previo a la elección presidencial, en la que es posible suponer un castigo al entonces oficialismo por la crisis económica que dejaron el estallido social y la pandemia. Hoy pareciera que esta percepción se ha invertido, quizás porque cada vez hay mayor conciencia de que no se podrán financiar estos derechos si es que no hay crecimiento económico, y que no sirve demasiado que el Estado crezca si lo recaudado no es adecuadamente gastado.

Si bien la dimensión económica no es la única que importa para entender el contexto actual, su efecto político es insoslayable. Desde este punto de vista, las transferencias que comprometió el ministro de Hacienda con la ampliación de “Chile Apoya”, que implican un costo estimado de US$ 1.200 millones y que podrían aumentar la inflación, se pueden leer no solo como un intento de mejorar la situación económica de las personas, sino también como una tentativa de elevar el margen de apoyo de la opción Apruebo. Por el bien del país, esperemos que el Gobierno no solo sea capaz de entregar recursos, sino también certezas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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