Publicidad
Un zapato chino II: ¿por qué y cuánto consenso constitucional? Opinión

Un zapato chino II: ¿por qué y cuánto consenso constitucional?

Alejandro Reyes Vergara
Por : Alejandro Reyes Vergara Abogado y consultor
Ver Más


En carta de don Eduardo Salinas se refiere a mi columna “Un zapato chino” ¿por qué y cuánto consenso constitucional? Agradezco sus dudas y comentarios. Duda si yo afirmo que de aprobarse el proyecto de Nueva Constitución (NC) con un porcentaje que apenas se empine sobre la  mayoría absoluta, ello no permitiría sostener que el texto genera el consenso  necesario. Sí, esa es mi opinión. Probablemente la NC genere una división que dure una o dos décadas mientras la vamos reformando o bien nos damos una Nueva Constitución.

Creo que una aprobación marginal en el plebiscito es muy complicada, es “Un zapato chino”, desde donde será  difícil salir para construir una casa común. La Constitución de 1980 nos ha dividido por 40 años. No tiene sentido salir de un sartén para caer en otro, en lo que a consenso constitucional se refiere. Por cierto hay diferencias sustanciales entre el proyecto de NC  de la CC y la de 1980, tanto en su origen, su legitimidad, sus contenidos. La NC se ha generado en democracia y no en dictadura, con procedimientos participativos, cumpliendo las reglas que se establecieron. Por lo tanto, si esta NC es  aprobada por un porcentaje estrecho, gozará de plena legitimidad formal. Pero carecerá de la legitimidad sustantiva para generar adhesión, identidad y cohesión social.

El segundo comentario de don Eduardo Salinas dice relación con los criterios para establecer si la NC será un texto de consenso o no. Yo propuse dos. Un comparativo de plebiscitos constitucionales en el mundo y en Chile y una comparación entre el plebiscito de entrada y salida.   

En un comparativo simple de plebiscitos de Constituciones, la vigente en Francia se aprobó  por un 83 %. La Constitución de Chile de 1925, en se aprobó por 95 %. La Constitución de España por un 88 %. La reforma constitucional de Chile de 1989, se aprobó por un 91,25 %. La nueva Constitución de Islandia,  por un 67%. Son sólo ejemplos, pero me atrevo a afirmar que en general resultados favorables superiores a tres quintos o dos tercios de aprobación para constituciones  en plebiscitos o referéndums es bastante normal.

Otro método de verificación del consenso, es la comparación entre  el  plebiscito de entrada y el de salida. En 2020 un 78 % de los ciudadanos aprobamos tener una nueva Constitución. Lo razonable sería esperar que un número de votantes aproximado se sientan interpretados por el texto de NC.

Sobre esto don Eduardo Salinas señala que ambos plebiscitos (entrada y salida) no son comparables, porque el plebiscito de entrada  fue con voto voluntario y el de salida será con voto obligatorio y agrega que puede se de la paradoja que los votos Apruebo en el plebiscito de salida sea superior a los votos Apruebo del plebiscito de entrada. Es decir, cree que los votos del 50 % +1 de votantes Apruebo del plebiscito de la NC podría ser superior al 78 % de votantes del Apruebo de entrada. En teoría y rigor matemático tiene toda la razón, ambos plebiscitos no son comparables y algunas variables son inciertas. Pero en mi opinión (soy solo abogado y no matemático) es que es prácticamente imposible que ello suceda, salvo que un meteorito mate a más de un millón de votantes del Rechazo antes del plebiscito de salida, o que el Apruebo obtenga más de un 62 %.

Las mayorías se calculan sobre la base del número total de votos válidamente  emitidos, no en función del número total de votantes habilitados para votar. En el plebiscito de entrada con voto voluntario, votaron  7.527.996 y de ese total, 5.892.832 (78,28 %)  votaron Apruebo.

¿Qué pasará en el plebiscito de salida, dado que hay voto obligatorio? Habrá un universo mayor de votantes habilitados y votará más gente porque ahora será obligatorio. No existe ninguna certeza de cuántos electores votarán, aunque sea obligatorio. Pero los especialistas hacen estimaciones en base a sus encuestas y estudios. Pulso Ciudadano estima que un 55% de los encuestados votará en septiembre, mientras que un 45% se abstendrá de participar. Pepe Auth cree que votarán 8.800.000 electores. Marta Lagos (MORI) estimó que votarán 9.465.000, (62 % de los habilitados). Este último es el número más alto de potenciales votantes que he escuchado  de los especialistas para este plebiscito. Sería el más conveniente para que ocurra la paradoja que sugiere de don Eduardo.

Ocupemos esa entonces, la más alta votación probable estimada. Si el Apruebo gana por 51 %, habrá obtenido 4.827.000 votos, o sea 1.000.000 (un millón) de votos menos que el Apruebo en 2020. Si el Apruebo gana en este plebiscito por 55 %, tendrá 5.205.000 votos, o sea 600.000 (seiscientos mil) votos menos que el Apruebo de entrada. Sólo si el Apruebo gana por un 62 % o más, podría superar la cantidad de votos  Apruebo del plebiscito de  entrada. Es bastante difícil que llegue a ese resultado, pero no sabemos. Aunque estrictamente desde el punto de vista del consenso, la unidad y cohesión social, sería bastante bueno que llegara a ese nivel de aprobación.

En conclusión, en base a la comparación de los plebiscitos de otras constituciones en el mundo y en Chile,  y comparando el porcentaje y los votos del Plebiscito de Entrada con los votos probables del plebiscito de salida, es prácticamente imposible que el Apruebo pueda obtener un resultado favorable que realmente ofrezca el consenso, la legitimidad sustantiva y la unidad que necesitamos. Si el resultado es marginal a favor del Apruebo, creo que nos meteremos en un zapato chino. Es solo una opinión.      

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias