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Entender y promover el bienestar de los docentes: “Un árbol que florece” Opinión

Entender y promover el bienestar de los docentes: “Un árbol que florece”

Patricio Ramírez Azócar
Por : Patricio Ramírez Azócar Doctor en Salud Mental, equipo Ecosistema Bienestar Integral Universidad del Desarrollo.
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Uno de los temas que con relativa frecuencia ha aparecido los últimos años en la discusión pública, dice relación con cómo debemos cuidar el bienestar emocional, psicológico y social de la población estudiantil, desde la educación prebásica a la superior. Hemos conocido estudios nacionales e internacionales que reportan los problemas de salud mental que ha traído aparejada la pandemia en los estudiantes, y cómo se están haciendo esfuerzos por cuidar la salud mental de los escolares. Un ejemplo de ello es el Pan de Reactivación de los Aprendizajes anunciado por el Ministerio de Educación chileno en abril del este año, el que espera atender los problemas de infraestructura y de salud mental que se han advertido en las comunidades escolares.

Si bien en la investigación internacional se dispone de extensa información sobre cómo la comunidad escolar puede cuidar o promover el bienestar de los estudiantes, el escenario no es igualmente nutrido cuando el foco pasa a estar en el bienestar de los educadores. Dicho de otro modo, se ha avanzado bastante en saber cómo los docentes y la comunidad escolar en su conjunto, favorecen o potencian el bienestar de los estudiantes, pero existe una mayor brecha en el conocimiento de cuáles son las características de los educadores que alcanzan ese alto nivel de funcionamento psicológico, social y emocional lo que en la literatura especializada se conoce como florecimiento (flourishing), así como de cuáles son las condiciones que lo estimulan.

En un estudio publicado en mayo este año en la revista International Journal of Wellbeing (1), investigadores de la Universidad Western Sydney (Australia) invitaron a participar a docentes y líderes educativos de Estados Unidos, de Europa, del Reino Unido y del Oriente Medio, con el objetivo de generar un modelo que permitiera entender los factores que favorecen su bienestar, así como que ayudara a visualizar la manera específica en que se expresa en ese grupo, ese alto bienestar o florecimiento.

El Modelo Ecológico de Explicación del Florecimiento de los docentes que resultó del estudio, entrega elementos interesantes de considerar. En un primer nivel, se sitúa el rol que tienen los líderes educacionales proveyendo lo que metafóricamente sería “el agua”, “el sol” y “la tierra” que ayudarán a que crezca el bienestar de los educadores. El que los líderes de una comunidad educativa les demuestren confianza y empatía, así como que asuman buenas intenciones y que garanticen la autonomía de los docentes, representan el rol del agua. El rol del sol está dado por la transparencia, humildad intelectual e integridad con que los líderes educativos se relacionan con los educadores. Finalmente, la tierra que sostendrá el florecimiento está dada por cómo los líderes educativos priorizan el bienestar de los docentes y cómo buscan su crecimiento profesional y generan un ambiente que lo apoye.

En un segundo nivel, está la imagen de un “árbol” y sus «raíces”, que representa la satisfacción de la necesidades que tienen los docentes de sentirse vistos, valorados, reconocidos y tratados como profesionales por sus estudiantes, colegas y jefaturas.

El tercer nivel de este Modelo Ecológico está representado por las “hojas del árbol”, y que representan los rasgos visibles de que han logrado ese florecimiento o alto bienestar. Acá encontramos el que tengan relaciones positivas, el que sean autónomos, el que crezcan profesional y personalmente y el que puedan actuar de manera auténtica y con integridad.

Lo significativo de este modelo es que entrega líneas interesantes para promover y cuidar el bienestar emocional, psicológico y social de las personas que tienen la gran misión de entregar a sus estudiantes, sean del nivel educativo en que estén, el apoyo emocional, social y académico que esperamos estén siempre en las mejores condiciones de dar. Si los docentes florecen, qué duda puede caber de que sus estudiantes y sus instituciones también lo harán.

 

(1) Rehal, B., & van Nieuwerburgh, C. (2022). Understanding the factors that contribute to educator flourishing. International Journal of Wellbeing, 12(2), 36-87. https://doi.org/10.5502/ijw.v12i2.1931
  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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