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Nación Lickanantay Opinión

Nación Lickanantay

Gerardo Ramos
Por : Gerardo Ramos Director ejecutivo Fundación Centro de Pensamiento Atacameño Ckunsa Ttulva.
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Esta vez no haremos un análisis electoral; no vamos a victimizarnos ni a revolvernos en autocríticas estériles. Perdimos. Los del Apruebo. No el pueblo Lickanantay.

No vamos a examinar cada cifra y cada hipótesis sobre los resultados. Porque, además, cada opinión va a salir del mismo lugar: sesgos y prejuicios. Ya hay suficiente racismo intrínseco y endémico; paternalismo condescendiente, indigenismo oportunista y macho-patriarcalismo sueltos por este mundo ancho y ajeno, como para agregarle más nosotros.

Por ahora Chile NO se declarará Estado plurinacional, entre tantas otras cosas que no va a ser Chile por ahora. Pero lo que nos interesa hoy es la Nación Lickanantay, que es una realidad que no depende del resultado electoral. Es una visión y un proyecto que se postergó (un poco) hacia el futuro, pero que no ha desaparecido.

Pensando en ese futuro, quisiera apuntar a cuatro temas que creo que hay que poner en conversación para avanzar en la construcción de la Lickana:

1) Yo soy lickanantay y no soy representado por ninguna organización indígena existente (organización aceptada o reconocida por el Estado de Chile). Y no soy tan especial. Somos muchos en la misma condición. En ese sentido, cualquier propuesta de construcción de nuestra nación debe considerar esta realidad.

2) Una nación está compuesta por santos y ladrones, guerreros y poetas, malos y buenos, inocentes y culpables. Y todo lo que hay entremedio. No hay que dejar fuera a nadie; aunque a veces nos den ganas…

3) Necesitamos nuestra lengua, el Ckunsa, con “s”, aunque algunos le pongan “z”. No buscamos revitalizarla como un capricho o un voluntarismo injustificado. Trabajamos porque es una necesidad ponerla en valor y contamos con el material suficiente para hacerlo.

4) Debemos revisar nuestra historia. Con un registro incompleto, fracturado, desconocido por la mayoría de los nuestros. Pero ahí está. Y es rica, rebelde, orgullosa, admirable, terrible, contradictoria, humana.

Podemos resumir que los cuatro temas tienen algo común: nos invitan a trabajar juntos. Cada uno verá cómo lidia con su situación, cómo enfrenta sus contradicciones y cómo potencia sus aciertos. Pero el llamado es a trabajar unidos. Como en una minga, donde el esfuerzo colectivo supera a los problemas que podamos llegar a tener puertas adentro.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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