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«Investigar es trabajar»: condiciones laborales de las y los trabajadores del conocimiento CULTURA|OPINIÓN

«Investigar es trabajar»: condiciones laborales de las y los trabajadores del conocimiento

Carolina Gainza C.
Por : Carolina Gainza C. Subsecretaria de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.
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Si consideramos que las ciencias y los conocimientos son centrales en el modelo de desarrollo que nuestro Gobierno impulsa, es necesario que trabajemos a la par en mejorar las condiciones laborales de las trabajadoras y los trabajadores del conocimiento. La tarea es compleja, ya que requiere de la articulación y compromiso de diversos actores: universidades, sector privado, sector público e investigadores. Necesitamos que en esta articulación prime el diálogo para que podamos avanzar en soluciones que se puedan mantener en el tiempo.


Alcanzar un desarrollo sustentable ambientalmente, y con sostenibilidad social y económica, requiere de muchos esfuerzos y articulación entre diversas actorías y también, transformaciones estructurales que apunten a mejorar la calidad de vida de las personas. Una sociedad que quiere lograr estos objetivos debe hacerlo con políticas que generen condiciones de trabajo dignas.

El trabajo decente constituye uno de los ejes de la propuesta programática de nuestro Gobierno. Nuestra concepción de desarrollo implica contar con trabajadores expertos en distintas áreas, que aporten con ciencias y conocimientos, desarrollen tecnologías, innoven y generen pensamiento que permita darle robustez al modelo de desarrollo productivo sustentable que impulsa el Gobierno del Presidente Gabriel Boric. Es por esta razón que las condiciones laborales de las trabajadoras y los trabajadores del conocimiento, relacionados con la ciencia, tecnología, conocimiento e innovación (CTCI), son muy importantes.

Como Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (MinCTCI) hemos declarado que “investigar es trabajar”. Una frase que no es nueva y que ha sido parte de lo que organizaciones de investigadores en nuestro país, especialmente de aquellos más precarizados, han levantado en los últimos años como consigna para dar a conocer una realidad que ha pasado desapercibida dentro de las apremiantes demandas de los trabajadores de nuestro país.

En la sociedad del conocimiento, quienes trabajan generándolo pasan a formar parte de una clase trabajadora cuyo intelecto es explotado, mientras sus conocimientos se hacen parte de una cadena donde unos se apropian de los conocimientos de otros. En este contexto de “capitalismo cognitivo”, las y los trabajadores del conocimiento pasan a formar parte de lo que el intelectual italiano Bifo Berardi llama “cognitariado”. Es por eso que las formas de producción del conocimiento son tan relevantes como las condiciones en las que se genera.

Gran parte de la investigación en nuestro país se realiza en universidades y para el pago de personal se utiliza un ítem de servicios ocasionales, del que dispone la investigadora o investigador responsable, es decir, se emiten boletas de honorarios a nombre de la investigadora o investigador como persona individual, sin vínculo con la institución de educación superior.

Bajo estas condiciones, las cotizaciones previsionales y de salud corren por cuenta de cada trabajadora o trabajador, y no existen reglamentaciones para vacaciones, licencias, ni pre y postnatales. Además, cada cuatro años, la investigadora o investigador debe concursar por una nueva subvención para la línea de investigación.

Con el firme convencimiento que el Ministerio de CTCI debe abordar este problema, hemos comenzado a trabajar con las actorías involucradas. Iniciamos una mesa de trabajo con organizaciones de investigadoras e investigadores, como primer hito de lo que serán las mesas de condiciones laborales en CTCI, las cuales se realizarán en todo el país. Junto con esto, hemos realizado reuniones con la Subsecretaría del Trabajo y Previsión Social y con la Subsecretaría de Educación Superior para avanzar en el trabajo interministerial; y nos hemos reunido con el Consorcio de Universidades del Estado de Chile (CUECH), a lo que sumaremos prontamente a las universidades privadas. También incorporaremos al sector privado, para abordar las condiciones de trabajo en las empresas de base científico tecnológica. Nuestro objetivo es construir en conjunto las soluciones y generar una hoja de ruta que genere compromisos para actuar a corto, mediano y largo plazo.

Si consideramos que las ciencias y los conocimientos son centrales en el modelo de desarrollo que nuestro Gobierno impulsa, es necesario que trabajemos a la par en mejorar las condiciones laborales de las trabajadoras y los trabajadores del conocimiento. La tarea es compleja, ya que requiere de la articulación y compromiso de diversos actores: universidades, sector privado, sector público e investigadores. Necesitamos que en esta articulación prime el diálogo para que podamos avanzar en soluciones que se puedan mantener en el tiempo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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