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Valparaíso, puerto y patrimonio

Por: Manuel Marchant, José Piga


Señor Director:

Respecto del puerto y la ciudad, su patrimonio y su futuro, no hay convergencia –hasta ahora-. En este contexto, entretanto con muchos comentarios sobre oportunidades perdidas y las que se abren; hace unos días en la inauguración de la exposición Gaudí en Valparaíso, el representante del Colegio de Arquitectos usó una imagen poderosa: el viejo arquitecto camina por calles y cerros en esta visita mágica, se dirige a sus habitantes y autoridades y con la severidad de los maestros pero también con cariño, pregunta: ¿qué habéis hecho con esta ciudad? La esperanza está en obtener respuestas útiles. Lo que Valparaíso sí posee es una infinita capacidad de evocación… Cada persona que la visita queda marcada por su impronta; incluso baste saber de su localización remota, si se es del hemisferio norte, y de Neruda para gran parte del resto. “Recién llego a Valparaíso y ya tengo nostalgia de este puerto” es un comentario que a menudo se escucha. Si logra emocionar lo suficiente como para que una épica de futuro –compartido, acordado, integrado- se apodere de comunidades y empresarios, del municipio y los líderes, de servicios y ministerios, de las mujeres y los hombres que visitan, habitan o trabajan aquí, las cosas pueden cambiar. No es ingenuo apostar a construir confianza, certeza, una cercanía urbana de amistad de donde surge una cultura: la manera de interpretar, simbolizar y transformar el entorno donde transcurre la vida. Evocar e invocar; ahora convocar. Difícil pero en Valparaíso todo es posible.

Manuel Marchant, José Piga
Arquitectos UCV

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