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¿Estamos a la altura?

Por: Eduardo Bofill Chávez


Señor Director:

Todos recordamos el hogar en que crecimos. Desde la vivienda nos ideamos y proyectamos, se desarrolla la intimidad, se forma una familia. La vivienda es algo central para la vida. Sin embargo, en nuestro país, no todos acceden a una vivienda adecuada. Puede ser que no tengan un techo, o bien, que su vivienda no cumpla con ciertos criterios de adecuación. El derecho a la vivienda adecuada, es el derecho a vivir en un sitio seguro, con paz y dignidad. Se encuentra consagrado en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, suscrito por Chile; y en la Declaración Universal de Derechos Humanos, que también fue proclamada por nuestro país. En el derecho interno la realidad es distinta: la Constitución vigente no reconoce ni consagra este derecho social. En la disciplina constitucional existe una opinión mayoritaria que cree que los derechos fundamentales tienen una íntima relación con la dignidad humana. Sería su fundamento último. La dignidad se usa como un elemento central para interpretar los derechos fundamentales y determinar su extensión. Cabe preguntarse, si una persona que no tiene acceso a una vivienda adecuada puede vivir en forma digna. Esto implica, poder desarrollarse como persona en el contexto de la vida en sociedad, tener las herramientas necesarias para intentar cumplir sus planes de vida y, en suma, ser un fin en sí misma.  A propósito del momento constituyente en el que nos encontramos, debemos pensar si podemos dar un paso adelante en esta materia. Otros países han encontrado mecanismos eficientes para solucionar los problemas de la vivienda adecuada. ¿Estamos a la altura?, la hora de decidir se acerca.

 

Eduardo Bofill Chávez

Profesor de Derecho Público

Universidad Andrés Bello

 

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