Opinión
Uno de los grandes temas que ha desnudado la pandemia, a nivel global, es la fragilidad que tienen los gobiernos respecto al cuidado de la salud mental de su ciudadanía. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año, alrededor de 800 000 personas fallecen por suicidio, y muchas otras intentan atentar contra su vida. Esta última acción no respeta edades y ocupa el segundo lugar en causas de defunción entre los grupos más jóvenes, específicamente entre los 15 y 29 años.
Si analizamos nuestra actual realidad, lo que sucede en Chile en este periodo de pandemia, los pronósticos no son muy alentadores. La depresión y los trastornos de ansiedad son los principales motivos de consulta en adultos, junto al estrés, agotamiento físico y nervioso.
El confinamiento tiene la capacidad de desatar graves trastornos en la salud mental a nivel general, pero pueden ser más complejos los escenarios en aquellos grupos de personas los cuales ya tienen condiciones previas. Si es que un paciente tiene controlado algún tipo de desorden, sin duda este periodo de cuarentenas puede ser el gatillante para la reaparición de estos dolores o el nacimiento de otros. Entonces, estamos viviendo tiempos complejos que requieren el cuidado y la atención necesaria de las autoridades de salud, pero mucho más de los grupos familiares y cercanos de cada posible paciente. Recordemos que es una pandemia, algo completamente inusual, la cual ha sido catalogada como la última gran catástrofe de los últimos cien años.
Pero no todo es gris, afortunadamente existen avanzados tratamientos y técnicas tanto en la medicina tradicional, como en la medicina complementaria, con las cuales podemos tener una transición efectiva para pasar del periodo pandémico al tiempo post covid -19. Hay que tener en cuenta que, una vez superado el periodo de cuarentenas, el cuerpo y la mente ‘soltarán’ el estrés y se podría ver un incremento de casos y consultas asociadas a salud mental. El ideal es estar atento a las señales y tomar las acciones necesarias a tiempo.
El tratamiento en base al manejo de energías, la técnica de la Sanación Pránica específicamente, tiene grandes ventajas que la sitúan como una excelente forma de tratar y mitigar ciertas condiciones físicas y psicológicas, desbloqueando las energías que puedan estar interviniendo el correcto flujo de ésta en el cuerpo. La alineación energética es clave para mantener en armonía el cuerpo y la mente, de esta manera las emociones pueden fluir, no atascarse y generar las consiguientes complejidades que hemos mencionado, tales como ansiedad, estrés, angustia, miedos, inseguridades, e incluso problemas físicos. Si a esto le sumamos que no es una técnica invasiva, y que puede ser realizada tanto de manera presencial como a distancia, la perfilan como una opción muy viable para aquellos que no pueden exponerse al exterior por seguridad, que tienen problemas de desplazamiento, o que no puedan asistir por diferentes motivos a una sesión en persona. Por otro lado, esta terapia es practicada por profesionales y técnicos de la salud, enfermeras, TENS, psicólogos y terapeutas complementarios. Se enseña en diplomados en el Hospital IST con el patrocinio de la Escuela de Medicina USACH en donde se suman más de 10.000 graduados de los distintos cursos en nuestro país.
La Sanación Pránica es eso, el manejo de energías la cual puede sanar, equilibrar y optimizar el desempeño de nuestra mente y cuerpo. Una técnica rupturista que puede ser un gran complemento para enfrentar incluso la amenaza reciente del coronavirus.
Estamos viviendo tiempos en donde los avances médicos, tanto en el ámbito tradicional como complementario, se encuentran en constante avance. Es necesario conocer el potencial de las terapias complementarias para obtener los mejores resultados inmediatos y efectos que perduren en el tiempo. El correcto manejo de las energías puede ser la clave para controlar y mantener una buena salud física y mental. Abramos nuevos espacios y entreguemos herramientas que generen cambios que lleven a la sociedad a conocerse, tratarse y sanarse de maneras efectivas en estos tiempos donde toda ayuda es bien recibida.
