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La Inversión de Impacto es aquella que tiene objetivos múltiples: generar un impacto positivo y medible en las personas y en el medioambiente y, al mismo tiempo, producir una rentabilidad financiera atractiva.
Sin lugar a dudas, el interés por la Inversión de Impacto se ha acelerado por diferentes razones: la preocupación que existe en la sociedad civil, las corporaciones y los inversionistas de querer balancear los beneficios económicos con el deseo de generar impactos positivos en la sociedad y el planeta; los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que abordan temas tan diversos como la eliminación de la pobreza y el hambre, el combate al cambio climático, la igualdad de género, la defensa del medio ambiente; y las posturas de grandes inversionistas como Sir Ronald Cohen, que buscan conciliar los objetivos de rentabilidad con la necesidad de tener un propósito social y ambiental al invertir.
El mundo del Capital de Riesgo, mejor conocido como Venture Capital (VC), tiene el potencial de brindar un gran apoyo a la Inversión de Impacto a través de herramientas y métodos de inversión optimizados para desarrollar las startups. Para entender esto, hay que entrar en la “cocina” del VC y estudiar las recetas ganadoras.
Como muchos saben, en promedio, el VC no es una clase de activos muy atractiva, su rentabilidad promedio es menor a la del NASDAQ y lleva consigo un riesgo superior, pero al mismo tiempo, inversionistas sofisticados como el Yale Endowment Fund obtienen una rentabilidad en VC de más de 18% por año por los últimos 10 años. ¿Por qué? La respuesta está en las altas rentabilidades que obtiene un grupo selecto de VC, que operan con equipos con vasta experiencia en verticales específicas, FinTech, Salud, Ciberseguridad, etc. Estos VC tienen la capacidad de detectar tempranamente equipos distintivos, apoyarlos en su desarrollo y fondear su crecimiento. En definitiva, no es suerte: ¡es método!
Esta forma de trabajar empieza a desarrollarse en la Inversión de Impacto con un modelo que junta los inversionistas, los VC, y las unidades especializadas en acelerar el crecimiento de las startups. En Chile, esta “mezcla virtuosa” está creciendo de forma acelerada: los fondos de Impacto ya gestionan más de $140MM de dólares, en el 2019 Qwest Capital creó el primer fondo público de Impacto y Corfo, a través de Startup Chile, ha definido como prioritario el apoyo a startups de Impacto. Para coronar todo esto, desde mediados de este año, TechForGood Israel, una aceleradora especializada en desarrollar startups orientadas al Impacto, inició actividades de cooperación con entidades representativas del ecosistema de innovación chileno con el objetivo de convertir nuestro país en un centro regional de innovación en Inversión de Impacto.
Con todos estos ingredientes en mano es altamente probable que muy pronto tengamos en Chile numerosos Chefs virtuosos produciendo un mayor impacto positivo en el planeta, en la sociedad y generando rentabilidades muy atractivas.
