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Los partidos políticos tienen la palabra para ver que los independientes, la gran mayoría, tiene  dificultad Opinión

Los partidos políticos tienen la palabra para ver que los independientes, la gran mayoría, tiene dificultad

Guillermo Bown
Por : Guillermo Bown Periodista, escritor y ex diplomático
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La pregunta es si todavía hay militantes en los partidos políticos, debido a su inoperancia comprobada en los últimos años, cosa que hace peligrar la democracia en el país, ya que son ellos los que reúnen y aglutinan los deseos del pueblo ciudadano y son los parlamentarios irreemplazables elegidos democráticamente, de diferentes partidos, para representar las ideas y mejoras que urgen en la nación: tienen que conquistar la confianza y la fe perdida otrora por sus ahumados y exiguos militantes; además, el pasado domingo el país se manifestó prefiriendo una Convención Constitucional electa.

Otra pregunta es si realmente los independientes no dependen. Ellos hoy son la sociedad civil, gran mayoría, y dependen de la gran mayoría que, dicen, desea alejarse de toda organización con estructura política. Entonces nuevamente nos preguntamos qué canales, en el registro electoral, tienen estos para representar a la gran población que clama por cambios. Se suman a ellos nuestros pueblos originarios, que esperamos que la veintena de escaños reservados recién aprobados por el Senado sean realmente soberanos, más otras minorías que piden competir en igualdad de condiciones.

En enero pasado el Senado despachó la Reforma Constitucional para incluir y favorecer a los independientes y equidad de género en el proceso constituyente, pero todavía no hay acuerdo y se suma a ello la gran cantidad de firmas que se les exige y una buena cantidad de dinero que deben aportar. Aquí son los partidos políticos, en el Parlamento, los que deben impulsar una nueva norma de igualdad en democracia y comprender que fuera de pacto es muy extraño elegir candidatos y que las grandes coaliciones han ganado generalmente por el sistema binominal.

El estado soberano de los buenos no es posible

La sociedad civil esta compuesta de una gran diversidad de colores, formas y fondos que no puede aglutinar ni tomar el mando del poder al tener el tejido social de sus agrupaciones, aunque sean muy buenos, sanos y correctos ciudadanos, en una diversidad de intereses. Así el grupo de los buenos lecheros que desean las mejores vacas, los artistas e intelectuales mejores piden una renta mensual, los deportistas desean nuevos campos para efectuar sus competencias, y así los empresarios, los opinólogos, las dueñas de casa, empresarios, profesores ,etc.,etc., todos ellos, con justas razones y por sus propios intereses, se alejan de los intereses generales de las necesidades de un Estado democrático y participativo.

Por ello, todos los buenos, que no faltan en el país, deben sumarse a las necesidades fundamentales de la nación y los partidos políticos, llave maestra del nuevo proceso constitucional, deben volver a acercarse y valorar, cada día, los intereses nacionales para hacer efectiva la democracia representativa que sueña el país.

Debemos reflexionar

La votación del domingo pasado tiene que hacernos reflexionar y entender que todos, ganadores y perdedores, somos actores de la vida política y electoral del país, y hoy, más que nunca, tenemos que finamente redactar una nueva Constitución, con acuerdos en una calmada conversación con los rivales políticos, pero no enemigos. Y elegir los mejores constituyentes para lograr una Convención en conexión con la ciudadanía y que refleje la diversidad política y social de un nuevo Estado social más avanzado, con los principios de una república democrática, con un Estado solidario y unitario, plurinacional y descentralizado, en una sociedad que defiende los derechos fundamentales de todos a partir del principio de la común e igual dignidad de todos los seres humanos de la nación.

Algunas de estas ideas justifican un llamado a los partidos políticos de darles, hoy, a los “independientes”, que no existen en política, el trato justo y necesario para que puedan competir en buena lid y democráticamente para ser candidatos, y no pedirles que se sumen a la cola y dependencia de alguna organización política.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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