Opinión
El aporte de las personas mayores a la dinámica social debería ser un fenómeno ya asumido. Al mismo tiempo, es fundamental considerar la relevancia y contribución del rol de la sociedad civil en el actual proceso que está viviendo nuestro país, dado que tanto la esperanza de vida como el peso relativo que tienen las personas que ya superan los 60 años propician que su representación en la población avance hacia un modelo con espacios de real participación.
Las instituciones de nuestro país deben mejorar y dar cabida a la incidencia de la sociedad civil, facilitando el uso de los actuales mecanismos de participación, con la finalidad de incorporar las diferentes visiones y aportes de los grupos sociales que conforman nuestro actual sistema democrático.
En esa línea, como Fundación MÁS, organización dedicada a promover la participación de las personas mayores en distintas actividades públicas y privadas, y por lo mismo, respondimos al llamado de Voces Mayores, una plataforma que reúne a más de 50 instituciones que trabajan por y para este grupo etario, para confeccionar una Guía Práctica de Incidencia que les permita a los dirigentes sociales de 60 y más años participar activamente en las transformaciones que el país necesita y ser parte de la toma de decisiones de los distintos ámbitos sociales y políticos. Se trata de algo imprescindible, tanto por el valor de su experiencia vital como por la necesidad de una representación adecuada.
Las personas mayores tienen un rol clave en nuestra sociedad, cuentan con un gran potencial para participar en la elaboración de propuestas en todas las áreas de la vida humana, impactando al mismo tiempo en la sociedad en su conjunto. Por eso, es de suma importancia socializar los mecanismos de participación que hoy existen en el país y promover que las organizaciones de personas mayores puedan utilizarlos para la presentación de sus demandas y propuestas de mejora para lograr construir un país en el que envejecer con dignidad, bienestar y calidad sea posible.
La participación social de las personas mayores además contribuye a la calidad de vida de las mismas y asegura una mejor vejez para las futuras generaciones de 60 y más años.
