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2021: año de desafíos y oportunidades para el emprendimiento en Chile Opinión

2021: año de desafíos y oportunidades para el emprendimiento en Chile

Ángel Morales
Por : Ángel Morales Director Ejecutivo de UDD Ventures
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Estamos llegando casi al final de uno de los años más intensos y desafiantes que podamos recordar. Si en el 2019 tuvimos el denominado «estallido social», y el 2020 nos impactó con la llegada de la pandemia, estos últimos meses nos dejaron claro que la velocidad de adaptación es algo con lo que tendremos que aprender a vivir. 

En este sentido, las complejidades de la emergencia sanitaria sin duda afectaron el desarrollo del ecosistema emprendedor. El sondeo “Impacto Pandemia”, realizado trimestralmente por la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech), reveló en su último reporte de agosto pasado que 89,1% de los encuestados ha visto su emprendimiento afectado, 59,6% de ellos de manera grave o catastrófica. Aún así, hay luces de esperanza: 29,1% de los encuestados declaró que su situación ha ido mejorando los últimos 6 meses, mientras que un 30,5% dijo que la situación se ha mantenido.

En paralelo, hay muchos casos de empresas que supieron sortear esta dificultad, reaccionar rápidamente y aprovechar la adversidad como beneficio. Incluso, varios emprendimientos debutaron en la pandemia utilizando como pilar de su negocio un aspecto fundamental de los tiempos que vivimos: la transformación (tecnológica). La virtualización de las relaciones y la forma de trabajar aceleró un cambio que ya se venía gestando en los últimos años y creó una oportunidad para las startups y pymes tradicionales. Ejemplos hay muchos, y no solo del área salud, también logística, delivery, finanzas, psicología online, entretenimiento, alimentación, por mencionar algunos.

También hay que destacar este año el trabajo que se ha ido consolidando entre el mundo corporativo y el mundo emprendedor. Iniciativas de “Company building” corporativo, un modelo de innovación que se genera cuando grandes empresas incuban internamente startups propias para desarrollar nuevas unidades de negocio. O también, modelos de “Innovación abierta”, donde grandes compañías abren convocatorias para formar alianzas con startups que les aporten nuevas soluciones a desafíos internos y, a cambio, ofrecen asesoría, apoyo financiero en los pilotos y vitrina para que los negocios puedan escalar. En el proceso, todos los involucrados aprenden mutuamente de la visión y experiencia del otro y las buenas ideas tienen una posibilidad real de ser puestas en práctica.

Estos modelos de innovación corporativa llevan cierto tiempo desarrollándose en países más avanzados, pero que Chile los esté aplicando y experimentando con mayor regularidad habla de un ecosistema dispuesto a cambiar y renovarse. Por eso, creo firmemente que la interacción de las grandes empresas y startups traerá mayor desarrollo al país y mejores oportunidades para la innovación y el emprendimiento.

Si el 2020 y 2021 fueron años de reacción con sentido ante un evento global y sentar las bases de nuevas formas de hacer negocios colaborativamente, confío en que lo venga hacia adelante siga en esta línea y permita capitalizar el éxito que están obteniendo las startups/emprendimientos para fomentar la expansión total del ecosistema, y crear las condiciones para que quienes vienen detrás puedan también acceder a estas oportunidades.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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