Opinión
Este 25 de noviembre conmemoramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las mujeres y niñas, en el cual se recuerda el horroroso crimen de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas que fueron brutalmente asesinadas en 1960. Tras seis décadas, la violencia hacia mujeres y niñas aún sigue siendo una realidad alarmante: según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2018), en el mundo, una de cada tres mujeres se ve afectada por algún tipo de violencia de género y cada 11 minutos una mujer o niña muere asesinada por un familiar.
La promesa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, realizada en la la asamblea anual hace casi 30 años, fue no dejar a nadie atrás, pero no podrá cumplirse sin primero poner fin a la violencia contra mujeres y niñas, para que se pavimente una vereda que asegure una igualdad de oportunidad en el liderazgo en todos los niveles de la vida política, pública y la sociedad civil.
Hoy son parte de Fondo Esperanza más de 118.000 emprendedores/as, y más de 500 trabajadores/as, donde las mujeres representan un 80% y 83% del total respectivamente. Dada las altas cifras de violencia contra mujeres constatada en el mundo, es posible que varias de estas miles de mujeres protagonistas de Fondo Esperanza estén viviendo o han vivido alguna situación de violencia, ya sea física, psicológica, sexual, emocional o económica. Conversar y reflexionar sobre el tema es una de las primeras acciones importantes de realizar para visibilizar esta compleja realidad, acción que contribuye a la causa pero no es suficiente.
En estos 20 años, hemos trabajado incansablemente por abordar las diversas brechas y desigualdades que enfrentan las mujeres. Nuestro enfoque preventivo busca promover su empoderamiento y autonomía, junto con potenciar sus redes de apoyo y confianza.
En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra Mujeres y Niñas queremos seguir aportando a la visibilización de estas realidades y expresar nuestro compromiso por promover un trabajo que sea consecuente con la promesa de que las mujeres puedan mejorar sus condiciones de vida en igualdad de condiciones.
Hemos visto la lucha y esfuerzo por sacar adelante sus emprendimientos, como una posibilidad de transformar sus vidas, la de sus familias y comunidades, somos miles quienes estamos escribiendo una nueva historia, somos miles quienes queremos una nueva sociedad libre de violencia y llena de oportunidades, libertad y amor.
