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Chile necesita una protección efectiva de los humedales costeros Opinión Desembocadura y humedal Río Maipo Crédito: Observatorio de la Costa

Chile necesita una protección efectiva de los humedales costeros

Carolina Martínez Reyes
Por : Carolina Martínez Reyes Directora del Observatorio de la Costa, académica de Geografía UC, investigadora Secos - CIGIDEN.
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En Chile existen alrededor de 40 mil humedales, que cubren un total aproximado de 5,6 millones de hectáreas, tanto urbanas como rurales: se estima que el 40% no cuenta con ningún tipo de protección. Aunque la Ley de Humedales Urbanos representa un avance, no existe un instrumento específico en nuestro país para la protección de los humedales costeros, que equivalen al 22,3% de los humedales del país.

Se trata de ecosistemas ecológicos que poseen agua de forma permanente o temporal, que se ubican cerca de las costas recibiendo aportes de los ríos y el mar. Se encuentran en todas las regiones del país y solo 16 son parte del convenio internacional suscrito por Chile en 1981 que los protege: Ramsar. El pasado 2 de febrero estuvimos celebrando el Día Mundial de los Humedales, sin embargo todavía falta mucho por hacer en términos de su protección efectiva, en especial la de los humedales costeros.

Una investigación que forma parte de nuestro Geolibro “Hacia una Ley de Costas: bases para una gestión integrada de áreas costeras” (noviembre 2022), señala que 57 humedales costeros entre Valparaíso y Coquimbo, redujeron sus espejos de agua por la larga sequía que afecta al país. Estos ecosistemas hoy se ven enfrentados a múltiples amenazas como resultado del cambio climático global y los usos productivos en las costas, lo que impacta en la rica biodiversidad que albergan y los servicios ecosistémicos que nos proveen.

Un ejemplo es que nos ayudan a capturar el dióxido de carbono responsable del aumento de temperatura global, pero también son importantes para mitigar el efecto de desastres como inundaciones y marejadas derivadas del aumento del nivel del mar. La costa es en extremo vulnerable a todos estos fenómenos y, en las últimas décadas, se ha visto afectada por una intensa urbanización, a lo que se suman actividades como el turismo y el desarrollo económico.

Todo esto ha implicado rápidas dinámicas de cambio, con impactos negativos para la protección frente a marejadas y tsunamis, los servicios naturales que entrega y las rutas migratorias de las aves que utilizan estos humedales. Es por ello que, para avanzar hacia una protección efectiva de los humedales costeros, se requiere considerar los ecosistemas de los cuales forman parte, ya que su supervivencia depende de la interacción con playas y dunas.

Nuestras investigaciones señalan que hoy un 86% de las playas presentan erosión, muchas de ellas en riesgo de desaparecer en una década con tasas de retrocesos de más de 1,5 metros por año. Es por todo esto que como Observatorio de la costa impulsamos una Ley de Costas, actualmente en discusión en el Parlamento, que apunta hacia una gestión integrada de áreas costeras, considerando también la necesaria participación de las comunidades que conviven con estos entornos naturales, hoy fuertemente antropizados.

Solo así será posible conciliar los diversos usos que hoy causan conflictos ambientales en las costas, impactando positivamente no solo en la protección de los humedales, sino de toda la zona costera. No es solo la naturaleza la que sufre, también nosotros al quedar más expuestos a fenómenos como el cambio climático.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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