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La paradoja del Parque Nacional Glaciares de Santiago Opinión Imagen: @orrego

La paradoja del Parque Nacional Glaciares de Santiago

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Hernán Passalacqua
Por : Hernán Passalacqua Director ejecutivo Fitzroy Turismo &; Real Estate
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¿Qué sentido tiene la creación de esta zona protegida sin que la ciudadanía pueda disfrutar de ella? Dadas las condiciones de altura del parque, ubicado a 3.600 m, la ausencia de accesos permitirá que solo puedan acceder deportistas de alta montaña. Lo cierto es que el Parque Nacional Glaciares de Santiago no podrá ser visitado por familias, turistas y grupos interesados en disfrutar de la naturaleza y del deporte, con lo cual estamos perdiendo una enorme oportunidad para la ciudad, para la calidad de vida y para el turismo en la zona central de nuestro país.


Hace pocos días leía la declaración pública de la campaña ciudadana #QueremosParque, sobre la creación oficial del Parque Nacional Glaciares de Santiago, en las altas cumbres de Cajón del Maipo. Al respecto, no puedo dejar de apoyar la causa, dado que, si bien se trata de una excelente noticia para la Región Metropolitana –y para el país– en términos de protección de fuentes de agua, áreas verdes, flora y fauna en general, el proyecto tiene una deuda con el acceso a este territorio.

¿Qué sentido tiene la creación de esta zona protegida sin que la ciudadanía pueda disfrutar de ella? Dadas las condiciones de altura del parque, ubicado a 3.600 m, la ausencia de accesos permitirá que solo puedan acceder deportistas de alta montaña. Lo cierto es que el Parque Nacional Glaciares de Santiago no podrá ser visitado por familias, turistas y grupos interesados en disfrutar de la naturaleza y del deporte, con lo cual estamos perdiendo una enorme oportunidad para la ciudad, para la calidad de vida y para el turismo en la zona central de nuestro país.

El documento de #QueremosParque también explica que la protección del área no es completa, dado que la propuesta contempla proteger solo las áreas de alta montaña, es decir, 75.114 de las 142.000 hectáreas de tierras fiscales existentes, a lo que se suma el reciente aporte de Codelco, que donó otras 24.000 hectáreas. Esto igualmente significa que se está dejando parte del territorio público sin ningún tipo de resguardo y que la protección está considerando solo los glaciares y altas cumbres, dejando fuera humedales andinos, valles y otros frágiles ecosistemas presentes en la cordillera de los Andes que son valiosas fuentes de agua.

Si bien esta iniciativa de protección medioambiental en nuestra capital es motivo de alegría, es importante levantar la bandera acerca de la importancia de desarrollar accesos de uso público, de modo de propender a que este nuevo parque sea una reserva accesible para todos. Faltará para esto la buena voluntad de diversas partes, esfuerzo del sector público y por sobre todo confianza de los privados para que dejen corredores de acceso. De lo contrario, la iniciativa de crear esta zona protegida no tiene sentido.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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