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El partido del año Opinión Manuel Lema Olguín/Agencia Uno

El partido del año

Pablo Flamm
Por : Pablo Flamm Periodista deportivo
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Los del norte vienen de una campaña sostenida en el trabajo colectivo, siendo el equipo más goleador y la valla menos vencida. No saben de derrotas por el torneo desde fines de abril y en El Salvador han sustentado su oficio, siendo muy fuertes de locales.


Este sábado en la cancha del Monumental se jugará sin duda el partido del año: Colo Colo ante Cobresal, en el cual los albos tienen tal vez la última chance de poder acortar distancia con el sólido líder.

Los del norte vienen de una campaña sostenida en el trabajo colectivo, siendo el equipo más goleador y la valla menos vencida. No saben de derrotas por el torneo desde fines de abril y en El Salvador han sustentado su oficio, siendo muy fuertes de locales.

Grandes méritos para un plantel que no cuenta con figuras de renombre, pero sí para el meritorio currículo que muestra Gustavo Huerta a lo largo de muchos años de fútbol, donde precisamente esta actividad le debe un título al exjugador de Cobresal.

Y quiero dedicarle algunas líneas a Huerta, porque es un verdadero señor de la actividad. Sin frases hechas y con la honestidad de su trabajo, ha llevado a Cobresal a un sitial que bien se merece la corona.

Gustavo Huerta es de esos técnicos de la vieja escuela, pero que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos del negocio del fútbol. Sabe elegir bien a sus jugadores y, además, en el trabajo mancomunado con Juan Manuel Silva (gerente deportivo de la institución) ha logrado formar una dupla de labores que funciona de manera casi perfecta.

La formación de Cobresal es la de esos equipos que se mantienen fecha a fecha, salvo por lesiones. Muchos de sus jugadores encontraron en el norte un lugar para reinventarse y mostrar sus capacidades.

Es un plantel de jugadores con ganas de ganar y eso se nota en cada partido, por lo cual el duelo ante los albos puede marcar a fuego el derrotero de los mineros, en búsqueda de su segunda corona.

Por eso, Colo Colo tiene la última opción de poder acortar esta distancia. Aunque teniendo un partido pendiente, es la opción real de seguir creyendo que aún pueden postular al bicampeonato.

Por ello es una promesa de gran partido: porque uno está necesitado de ganar y el otro de salir ileso de Macul, para ver la luz al final del camino que tanto anhelan y por la cual han batallado durante toda la temporada.

Un partido imperdible.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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