Publicidad
Servicios Armados con recursos presupuestarios y humanos escasos Opinión Archivo

Servicios Armados con recursos presupuestarios y humanos escasos

Publicidad

La televisión nos ha mostrado diariamente una forma muy distinta de guerra entre Rusia y Ucrania y en el Medio Oriente, en que los actores principales son armas no tripuladas de bajo costo, capaces de destruir moderno equipamiento militar de alta tecnología e infraestructura crítica.


Con motivo del debate parlamentario anual del Presupuesto de la Nación, algunos medios de comunicación se han hecho eco de aprensiones en nuestros Servicios Armados y de opiniones de parlamentarios desinformados, que confunden los objetivos permanentes de la Defensa con su apoyo a las funciones policiales, emitiendo alarmas sobre supuestos déficits presupuestarios que afectarían cumplir estos objetivos y descalificarían la reciente propuesta de la Comisión Asesora para Reformas Estructurales al Gasto Público, que propuso una adecuación de la forma en que se acreditan estos fondos para evitar pagar intereses innecesarios, sin poner en peligro las certezas necesarias para un financiamiento disponible y oportuno de las capacidades estratégicas de la Defensa.

Adicionalmente, también parecen ignorar que el artículo 109, inciso 4°, de la Constitución de 1980, dispone que “en caso de guerra exterior o peligro de ella, que calificará el Consejo de Seguridad Nacional, el Banco Central podrá obtener, otorgar o financiar créditos al Estado y entidades públicas o privadas”.

Gestión presupuestaria

En este contexto, creemos necesario partir aclarando que, de acuerdo con nuestra legislación, corresponde a la autoridad política evaluar la dimensión de las dotaciones y la renovación de los sistemas de armas, de acuerdo a una Planificación Político-Estratégica-Económica que debe considerar la evolución del escenario vecinal, regional e internacional, los equilibrios estratégicos resultantes y las disponibilidades financieras, para a continuación aplicar la metodología plan-programa-presupuesto-ejecución, que de acuerdo la Constitución entrega al Congreso Nacional la responsabilidad de autorizar los gastos presupuestarios anuales máximos propuestos por el Ejecutivo y posteriormente, en concordancia con lo dispuesto en el Decreto Ley N° 1263 (1975), Orgánico de Administración Financiera del Estado, se faculte al Ministerio de Hacienda para cursar las asignaciones efectivas de estos fondos, según sus disponibilidades financieras reales, dentro del marco presupuestario autorizado.

Para graficar la evolución histórica de esta función pública, la tabla siguiente muestra una comparación del gasto de defensa en dólares de 2026, observando que en los últimos 36 años, desde la reinstalación de nuestra democracia, se ha producido un aumento real de 68% del gasto total. Sin embargo, ello no se ha traducido en más defensa, sino que en un desorbitante aumento del gasto en personal de 136%, que, sumado al crecimiento exponencial del costo de los nuevos sistemas de armas, resulta una tendencia insostenible.

Recursos humanos

Con el objeto de completar este análisis, es necesario evaluar también la situación del personal militar activo y en condición de retiro.

Para ello, deberemos considerar que durante las últimas décadas hemos insistido en una imaginaria postura de disuasión para nuestra zona de paz, basada en importantes sistemas de armas que no asustan a nadie, pues es ampliamente conocido que estos no podrán ser utilizados directamente, pues requieren disponer de claves de acceso del proveedor, quien solo los autorizará según sus propios intereses aunque se hayan traducido en una “fuerza lista para el combate” de alrededor de 80.000 soldados, la mayoría profesionales, que resulta cada vez más difícil de reclutar, como muestra el decrecimiento de nuestra población en la tabla siguiente:

Respecto de la situación del personal en retiro, es ilustrativo conocer que la Caja de Previsión de la Defensa Nacional (Capredena) pagó 104.272 pensiones durante el año 2024 que, según lo publicado por la Fundación Sol, corresponderían a un monto promedio mensual de $2.883.275 para oficiales y de $1.185.932 para el cuadro permanente, con un crecimiento real de 36% desde el año 2005.

De los antecedentes expuestos se confirma el colapso presupuestario y de personal que afecta a nuestros Servicios Armados, que –en mi opinión– solo podrá ser resuelto incorporando nuevas tecnologías no tripuladas, como se expone a continuación.

Sistemas de armas autónomas

La televisión nos ha mostrado diariamente una forma muy distinta de guerra entre Rusia y Ucrania y en el Medio Oriente, en que los actores principales son armas no tripuladas de bajo costo, capaces de destruir moderno equipamiento militar de alta tecnología e infraestructura crítica sin poner en peligro a sus operadores militares remotos.

Con el objeto de entender las implicancias de esta revolución militar, algunas publicaciones consideran que los Servicios Armados se están enfrentando a complejas decisiones sobre la mejor manera de desarrollar y emplear nuevos sistemas autónomos de armas que sustituyan a las actuales unidades tripuladas, lo que obligará a desarrollar supuestos que pueden llevarnos a asumir solo los beneficios de la autonomía y olvidar importantes vulnerabilidades, como despreciar las contramedidas electrónicas o asumir erróneamente que su éxito se logrará fácilmente, sin pensar mucho en el despliegue o en la integración de la estructura de la fuerza.

Otro aspecto que se debe tener en cuenta es la corta vida útil de las plataformas autónomas, pues estos sistemas se diseñan para cumplir misiones específicas durante un tiempo limitado, antes de que se vuelvan obsoletos por la rapidez del surgimiento de nuevas tecnologías emergentes. Por lo tanto, construir sofisticados sistemas autónomos para lejanos escenarios futuros es una mala decisión motivada por el ejemplo de los sistemas tripulados actuales, su cultura de servicio y la tradición, que no es consistente con la esencia de la autonomía.

En este contexto, los sistemas autónomos deberán fabricarse en grandes cantidades con el objeto de facilitar la especialización de las plataformas y su uso masivo. Para ello, los drones tendrán que diseñarse para una misión específica, priorizando la letalidad sobre la sobrevivencia y no para realizar distintas misiones según se activan diferentes paquetes de misión, como se acostumbra hacer en la actualidad.

Así, la capacidad autónoma queda distribuida en muchas unidades y la pérdida de cualquiera de ellas se puede absorber en combate sin comprometer toda la operación. Es decir, el diseño redundante, el fortalecimiento de los sistemas operativos y los sistemas de control de daños tienen poco sentido en plataformas desechables diseñadas para ser destruidas en combate (“kamikazes”).

Para aquellos nostálgicos del heroísmo de los combatientes, deberemos insistir en que las incorporaciones de tripulaciones para estas nuevas plataformas les harán perder cualidades muy necesarias para su eficacia y sus costos de fabricación aumentarán, pues una unidad mixta capaz de transportar humanos siempre deberá ser más compleja, con mayor capacidad de supervivencia, mantenimiento y capacidad.

Considerando las apocalípticas proyecciones presupuestarias promovidas por nuestros economistas, inexorablemente deberemos iniciar la desactivación paulatina de los carísimos y obsoletos elefantes blancos que hoy desplegamos o queremos adquirir y, paralelamente, comenzar la incorporación gradual de sistemas autónomos no tripulados, siguiendo –por ejemplo– el proyecto de actualización de los buques LPD Galicia y Castilla de la Armada Española, para integrar vehículos no tripulados en los buques anfibios multipropósitos que se están construyendo en Asmar-Talcahuano, como un caso pionero que nos muestre la factibilidad y beneficios de operar estos nuevos sistemas de armas con el escaso personal calificado del que en el futuro podremos disponer.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

Inscríbete en nuestro Newsletter El Mostrador Opinión, No te pierdas las columnas de opinión más destacadas de la semana en tu correo. Todos los domingos a las 10am.

Publicidad