En el gremio de la locomoción colectiva no causó sorpresa el rechazo a declarar de «interés público» el proyecto Sacyr: su presidente y los directivos no veían como «viable» para Santiago un proyecto como el que expuso la empresa de capitales españoles.
Lejos de la alegría que se esperaba con el rechazo del directorio de transporte al proyecto Sacyr, los micreros reaccionaron cautos tras la decisión de las autoridades del sector y esperan alerta la sociabilización de la propuesta del plan Transantiago que realizó ayer Germán Correa.
Las palabras emitidas por Correa durante la cuenta pública, no convencieron al Consejo Superior de Transportes (CTS), que concentra la mitad de los operadores del sector: «En su exposición se hizo política y a nosotros nos interesa el negocio», afirmó a este medio su presidente, Manuel Navarrete.
Según el dirigente, los empresarios del sector necesitan conocer in extenso las futuras reglas del juego y hasta que esa condición no se cumpla no estarán tranquilos.
El presidente de la Federación de Buses Siglo XXI, Juan Pinto, en tanto, aseguró que el negocio de Sacyr se había hecho en forma «poco transparente», ante lo cual dudaba de su viabilidad.
Los próximos pasos
Tanto el CTS como en la Federación de Buses Siglo XXI, concentran ahora su energía en conocer los requerimientos que harán las autoridades del sector para la licitación que comienza en seis meses más.
El gremio quiere conocer en detalle los alcances de los paquetes de negocios, los recorridos, y fundamentalmente, con qué capital se deberán presentar los operadores que entren a la licitación.
Entre los operadores más pequeños del sistema se aseguró que uno de los factores más temidos es que los altos capitales que se fijen para entrar en la licitación pongan en riesgo a los empresarios con menos inversión.
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