Parece un tema banal, pero el esquema electoral que escoja la Concertación para las municipales y lo eficiente que sea definirán una elección que en realidad será una suerte de primera vuelta entre la alianza oficialista y Lavín. La municipalidad será para la Concertación la posibilidad de continuar en el poder después del 2005 o el principio del fin.
Supeditado a que los partidos retomen la discusión del documento refundacional de la Concertación, pero sobre todo, varado en la petición de la DC de tener el 50 por ciento de los cupos de concejales, se encuentra el acuerdo para las elecciones municipales de los partidos de la alianza de gobierno.
La versión oficial en torno a este debate congelado es que "no es el momento" en el contexto nacional y mundial-coimas, gate, inverlink, Irak- para ponerse a hablar de reparto de cupos y esto tiene bastante de verdad. Pero también es cierto que el acuerdo electoral marco iba bastante fluido hasta que la Democracia Cristiana planteó que el requerimiento de tener la mitad de los cupos municipales corría tanto para los alcaldes como para los concejales de todas las comunas del país. Cuestión que no aceptan ni el PRSD, ni el PS ni el PPD.
Los primeros acercamientos para retomar la negociación -porque con guerra de Irak o sin ella los plazos para las municipales se acercan igualmente- los dieron la semana pasada los diputados Jaime Mulet, secretario nacional de la DC, y Antonio Leal, vicepresidente del PPD. No es que se haya avanzado nada respecto de las peticiones de la DC, pero explicó el diputado Antonio Leal, existe la voluntad de volver a buscar el mejor momento para sentarse nuevamente. Y son las directivas de los partidos, no los negociadores electorales, las que deben apurar la sanción del documento del "Grupo de los Ocho".
Esta propuesta de relanzar la Concertación implica un compromiso de los partidos firmantes en cuanto a llevar una sola lista en las elecciones que vienen: la municipal del 2004 y las parlamentarias y presidencial del 2005. Por eso es que los dirigentes concertacionistas señalan que una cosa está amarrada a la otra.
Mitades y mitades
Hace cerca de dos meses que se afirmó que hay un acuerdo bastante avanzado en los cuatro partidos de la Concertación en cuanto a dos criterios: las 50 comunas más grandes -en cuanto a población- se analizarán en forma separada del resto, y los partidos de la Concertación están dispuestos a que en estas cincuenta el candidato a alcalde sea el mejor hombre posible, lemas competitivo, para ganarle a la derecha. El cuoteo partidista pasa a una segundo lugar y en los casos difíciles para elegir uno u otro aspirante será incluso el Presidente el que dirima.. Un segundo criterio es que en estas cincuenta comunas más grandes se propenderá a que la mitad (incluso algo más) el candidato a alcalde sea DC.
Es la exigencia de la DC, pero al mismo tiempo, coincide con que en buena parte de esas comunas que ya no están en manos de la Concertación es la DC la que perdió con la derecha y por lo tanto , es la DC la que debe volver a recuperar su electorado.
El tema, es que según la DC, también hay "consenso" en que en las 291 comunas restantes, las más pequeñas, la mitad de los cupos sean para los demócrata cristianos. Incluso, hay aspiraciones en el núcleo cercano a Adolfo Zaldívar a pedir hasta el 60 por ciento de los cupos bajo la premisa que la DC perdió votación a la derecha y no será la izquierda la que pueda recuperar a esos electores que se identifican con el centro.
Esto es lo que asegura la DC, que en este punto quedó el acuerdo electoral antes de que sobreviniera la seguidilla de escándalos financieros que han mantenido ocupados al Gobierno y a los partidos. Pero negociadores electorales del PPD, el PS y el PRSD explicaron a El Mostrador que eso no es así y que la DC va muy rápido y con demasiado optimismo.
"Las que no son las comunas grandes, las restantes, son comunas que eligen seis concejales. Como ahora la elección es separada, no hay problema en llegar a una cuerdo con la DC en que tenga la mitad de los candidatos a alcalde. Pero no puede querer la mitad de los cupos de concejales. Como son seis, si se aceptara el esquema que la DC quiere, entonces quedarían tres cupos de concejales para repartir entre el PPD, el PS y el PRSD y eso tiene un impacto enorme en el porcentaje global de votación que obtenga cada uno de los partidos", explicó uno de los "ingenieros electorales".
Elección crucial
Aquí está parado el acuerdo. Por otra parte, se asegura que no hay ni una sola encuesta que indique que la DC ha subido su intención de voto desde las últimas elecciones en Chile. Las últimas rondas de elecciones sólo han sido pérdida para la DC y por lo tanto se ha convertido en una especie de "salvavidas de plomo" para sus compañeros de pacto.
Por eso se estima que es necesario resolver con la DC, pero siendo muy cuidadosos con las aspiraciones de Adolfo Zaldívar que no necesariamente coinciden con las aspiraciones de la coalición. La DC necesita subir su porcentaje global de votos quizás más que ganar en número de alcaldes.
Estas son dos metas que los partidos deben equilibrar: ganar en el porcentaje final de votos y al mismo tiempo hacer que esos porcentajes sean eficientes y redunden en un triunfo en cuanto al control de alcaldías. Hay disposición entre los socios para que la DC tenga el 50 por ciento de los votos de la Concertación en los resultados finales, pero eso no significa que deba tener el 50 por ciento de los cupos para concejales.
Para esta municipal no servirá que la DC, ni ningún otro partido, en verdad, lleven candidatos a concejales que obtienen no más del 7 u 8 por ciento de los votos de su comuna. La idea es que eso concejales que desde 1992 en adelante no han subido de promedio de 7 % de los votos de su comuna, aunque hayan resultado electos, sean cambiados por otros candidatos más "rendidores".
Igual hay un par de datos de la causa: como en las 50 comunas más grandes se juega la mitad de los resultados nacionales de esa elección, en estos casos la Concertación debe buscar ambos fines: ganar en alcaldes, ganar en porcentaje. Además, ya está muy claro en que en estos 50 casos, la mayoría de los alcaldes actuales quiere ir a la reelección y normalmente, tiende a ganar el que ya está instalado en el cargo. Así es que hay poco espacio para grandes "rostros nuevos".
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