Aunque se ha intentado mantener en secreto, los dirigentes del gremialismo están preparando un acto, que según algunos será «apoteósico». La organización del evento marcha a toda velocidad: Pablo Longueira, apenas aterrizó esta mañana de vuelta de Washington, tomó otro avión hacia el sur de Chile, mientras que otros dirigentes de la UDI se trasladaron al norte.
Septiembre suele ser un mes de conmemoraciones para la Concertación, especialmente este año, que tiene una connotación especial por cumplirse 30 años del golpe de Estado. Pero esta vez, la UDI también realizará su propia celebración "multitudinaria". El 24 de septiembre la tienda de Pablo Longueira cumple 20 años de existencia y no pretende que este hecho pase inadvertido. Para ello, los gremialistas han concentrado todas sus energías en la organización de un acto en el que esperan repletar el Edificio Diego Portales.
De esta manera, mientras el oficialismo enarbola banderas y claveles rojos, la UDI clamará a los dirigentes que, con perseverancia de hormiguitas, han llevado al partido a un sitial que nadie imaginó hace 20 años. En la sede de calle Suecia, al menos, se jactan de haber convertido la colectividad, fundada por Jaime Guzmán, en "el partido más grande Chile".
Los gremialistas esperan que su celebración sea perfecta, por lo que han mantenido este acto en el más absoluto misterio. Aunque la fecha para la gala no está totalmente definida, se estima que se realizará los primeros días de octubre. Se trata de un acto de aniversario, pero igualmente podría constituirse en el puntapié inicial para las campañas electorales que el partido deberá enfrentar en los próximos años.
Las expectativas de la UDI ante a la celebración están en el ambiente. Colmar un recinto como el salón plenario del Diego Portales sería una importante señal de fuerza frente a una alicaída Concertación, a los ojos de la derecha.
¿Qué celebra la UDI?
Uno de los orgullos de la colectividad, en la voz de sus dirigentes, es haber pasado de ser un pequeño partido que cargaba con la mochila de representar la ‘obra’ del régimen militar, a convertirse en el "interlocutor válido del gobierno en la derecha" y, por otra parte, llegar a ser la ‘piedra en el zapato’ para la Democracia Cristiana, a la que le disputa espacios -según la UDI- no sólo a nivel nacional sino también internacional, cosa que no deja de molestar a la tienda de Adolfo Zaldívar.
Pero esto no ha sido casual. Ya hace diez años -cuando la UDI celebraba su décimo aniversario- dejaba entrever sus intenciones respecto a la tienda del colorín al señalar en un libro que contiene su historia, que la UDI surgió como "un movimiento político creado para aglutinar e interpretar a jóvenes llenos de ideales, tal como en el pasado lo hiciera la Falange Nacional, ciertamente un rival político de Guzmán y su gente, pero también un referente permanente en cuanto a su mística inicial y a su primer sentido de bien común".
Con ello, el gremialismo expone con claridad su principal objetivo: quitarle a la DC el espacio ganado en los sectores populares. No por nada el slogan del partido generó una de las más importantes refriegas legales entre ambas colectividades, la que la UDI ganó en los tribunales, pasando a llamarse -pese a la molestia de la DC-: "UDI, el Partido Popular". En materia internacional, en tanto, está por verse quién ganará el gallito por la Internacional DC, a la que la UDI pretende acceder a través de la International Democrat Union.
Pero el más notorio de los logros gremialistas es el aumento del número de parlamentarios. En cuatro elecciones, desde 1989 hasta el 2001, casi los triplicó. De 14 diputados y dos senadores, en 1989, llegó a tener 30 diputados electos -más María Angélica Cristi que pasó a integrar las filas de la UDI, oficialmente este año- y 11 senadores. De un 10,23 por ciento a un 26,68.
Sin embargo, los militantes no han aumentado en igual proporción, pese a los esfuerzos desplegados por la UDI para ello. De los 57 mil con que el partido completó su proceso de inscripción en mayo de 1989, ha logrado crecer a 84 mil, más ocho mil cuyo trámite está en desarrollo.
Así y todo la única meta que está en suspenso es la más importante para la UDI. Llegar a La Moneda con Joaquín Lavín el 2006 es una prioridad. Y es para lograr ese objetivo que la colectividad está poniendo a prueba toda la creatividad de que es posible, para demostrar que Chile "necesita un cambio" y que la alternancia es necesaria para el juego democrático. Y toda esta suma de cosas es la que quieren celebrar. Y que se note.
