Publicidad

Tras 12 años, la justicia falla en el caso de las «Galletas Competa»

Los dos inculpados por la intoxicación masiva no apelaron a la sentencia, quedando a firme la resolución dictada por el tribunal de alzada. Hecho que fue confirmado por Alfredo Morgado, abogado de los condenados.


Uno de los casos que acaparó la atención pública en 1991 llegó a su fin. El 30 de mayo pasado, la Corte de Apelaciones de San Miguel condenó a Francisco Ortiz y a Manuel Riveros por las intoxicaciones provocadas por las galletas fabricadas en la «Empresa Competa». Envenenamiento que causó la muerte de dos menores en Viña del Mar y Castro, respectivamente.



Ortiz era el dueño de la desaparecida fábrica y Riveros el «maestro amasandero». A ambos se les condenó a una pena de sesenta y un días de presidio menor en su grado mínimo, a lo que se suma la suspensión de cargo u oficio público, durante el tiempo de condena, y al pago de las costas de la causa.



En el fallo del tribunal de alzada se establece que «la sola existencia de nitritos en la elaboración de las galletas, revela imprudencia temeraria o mera negligencia con infracción de los reglamentos respectivos al quedar en situación de que se produjeran los resultados que dieron origen a esta causa».



En este sentido, el tribunal estableció que el reconocimiento prestado por el propietario de la fábrica y por el amasandero, quien reconoció la utilización de una sustancia descompuesta en la elaboración de las galletas «es suficiente para tenerlo como autor del cuasidelito que se ha dejado establecido».



Los dos inculpados por la intoxicación no apelaron a la sentencia, quedando a firme la resolución dictada por el tribunal de alzada. Este hecho fue confirmado por Alfredo Morgado, abogado de Riveros y Ortiz.



Conmoción



El caso de las galletas competa generó una fuerte conmoción pública tras producirse una ola de intoxicaciones en distintos puntos del país, quedando registro de los afectados en los recintos asistenciales respectivos.



La contaminación se produjo en el proceso de elaboración, ya que se utilizaron materias primas que contenían nitritos en alta concentración, sustancia altamente tóxica y que puede ser letal. Los nitritos se transforman en tóxicos sanguíneos que impiden el transporte de oxígeno por las células del organismo.



La gravedad de la situación motivó que, el 17 de noviembre de 1991, el Servicio de Salud Metropolitano del Ambiente (Sesma), presentara una denuncia ante el Octavo Juzgado del Crimen de San Miguel sobre la base de diversas denuncias efectuadas por la comunidad relativas a intoxicaciones graves ocasionadas por el consumo de las galletas.



En la misma fecha, las autoridades sanitarias clausuraron la fábrica por no contar con las condiciones de higiene y normas para su funcionamiento. «Las máquinas se encontraban en completo desaseo, había un completo desorden en el almacenamiento de materiales y las materias primas se encontraban sin rotular», señaló un informe de una inspección del tribunal.



Tras la denuncia quedaron detenidos Manuel Riveros y Francisco Ortiz. El primero reconoció que «como no le subía la masa, le aplicó otra porción anexa de amonio», y agregó que «eso no era peligroso y que era una práctica habitual en la fábrica». Para Riveros el problema puede haber surgido porque el amonio estaba descompuesto o desvanecido y no por el exceso del químico.



En tanto, Ortiz señaló en su declaración ante la justicia que «no había control de calidad y que él y los mismos empleados observaban y comentaban si la producción salía muy quemada». Sobre la partida que causó las intoxicaciones masivas, reconoció que Riveros le había contado que había cambiado de saco de amonio al notar "algo malo" en el primero. Precisó, también, que los tres productos más utilizados en la elaboración de galletas -sodio, amonio y sal- se guardaban en un mueble y no contaban con rotulación.



Otras pruebas



A los testimonios de personas intoxicadas también, en esos años, se agregó los informes técnicos realizados por el Instituto de Salud Pública (ISP), y el Sesma. «En un memorándum del Sesma se informa que de los 16 exámenes practicados a las muestras de galletas de vino de la fábrica Competa, 13 de ellos resultaron positivos a la presencia de nitritos», señala el proceso.



En tanto, el estudio del ISP dio positivo a la presencia de nitrito en las muestras, en las que se constató la presencia de 580 mil partes por millón en la muestra de bicarbonato de amonio. El máximo permitido es de 125 partes por millón… en cecinas.



En la declaración el químico forense del Instituto Médico Legal, (IML) Eduardo Torres, señaló que «el nitrito no se utiliza en ningún producto alimenticio, salvo como preservante en cecinas, pero en muy pequeñas cantidades. El químico siempre es tóxico, ya que impide que se transporte oxígeno a través del organismo».

Publicidad

Tendencias