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Expertos ven a Chile como referente en la lucha contra la pobreza

Representantes de 29 de los 31 países que conforman la Red Social de América Latina y el Caribe (Redlac) llegaron a nuestro país para participar en el encuentro que busca compartir experiencias para terminar con la pobreza de la región. La inédita convocatoria y el alto interés por venir a Chile, tiene para el director del Fosis una sola explicación: "nuestro país es muy atractivo por tener los mejores resultados".


En 1993, y por iniciativa de México y Chile, la Organización de Estados Americanos (OEA) acordó dar cuerpo a una inquietud que los países de la región veían como una necesidad urgente: armar una red de intercambio de información y experiencias para superar la pobreza, que en 1990 representaba el 48,3 por ciento de la población de Latinoamérica y el 39 por ciento de los chilenos.



Desde entonces se han desarrollado diez encuentros. Y si bien los guarismos algo han mejorado -la Cepal estima para el 2003 un 43.9 por ciento de pobres- éstos siguen siendo sumamente altos y para la mayoría de los países de la región se hace cada vez más difícil alcanzar la meta de reducir a la mitad el porcentaje de la población desnutrida en el 2015.



Chile está entre los pocos países que de seguir en la misma senda podrían conseguirlo, lo que para el director del Fondo de Solidaridad e Inversión Social (Fosis), Mario Ossandón, explica la alta concurrencia al encuentro que concluye hoy. "Hace 13 años estábamos de la media hacia abajo en América Latina y hoy, claramente, estamos por sobre el promedio", dice.



Los datos acompañan su juicio. Por ejemplo, en nuestro país mientras la renta per cápita se duplicó entre 1985 y 1999, en el resto del continente el crecimiento promedio no alcanzó al 30 por ciento. Además, en una década disminuyó casi a la mitad el porcentaje de personas por debajo de la línea de pobreza, hasta alcanzar un 21 por ciento.



"Chile es un referente para Argentina"



Contrariamente, uno de los casos más dramáticos lo constituye Argentina. Luego de ser una de las economías más pujantes de la zona, vino la crisis por todos conocida que llevó a los trasandinos al pick histórico de un 57,5 por ciento de pobreza el 2002. Los últimos informes indican un leve mejoramiento que se ha consolidado desde la asunción de Néstor Kirchner hace unos meses.



"Kirchner le ha devuelto a la gente la confianza en la dirigencia política. Junto a ello, hay que reconstruir el tejido social que se deterioró con la crisis y trabajar por superar los horrorosos índices de indigencia y pobreza que todavía tenemos", sostiene la subsecretaria de la Tercera Edad de Argentina, Liliana Paredes, quien vino, además, a presentar el Fondo Participativo de Inversión Social, Fopar.



Ese programa, como también El hambre es más urgente y Manos a la obra, creados por la nueva administración trasandina, "apuntan a los desarrollos locales desde las culturas populares y con las herramientas que tiene cada comunidad. No sabemos por cuánto tiempo se van a prolongar, pero con estas iniciativas buscamos volver a recuperar los valores perdidos y recuperar el rol de la familia como eje transversal de las políticas de desarrollo", afirma.



Para Liliana Paredes, la experiencia chilena en los programas para erradicar la pobreza convierten a nuestro país en un "referente para nosotros. El Chile Solidario -agrega- nos tiene expectantes y queremos conocerlo en detalle. Lo que nos parece más interesante es que Chile ha crecido en gran parte por la capacidad de su propia gente".



El programa estrella: Fome zero



Otro programa que ha generado expectación es el implementado por Lula en Brasil. Hambre cero, afirma el secretario ejecutivo del Programa de Comunidad Solidaria de ese país, José Bacarín, "es el programa social prioritario del Gobierno, porque, como dijo el propio Presidente al asumir, es su misión de vida que la gente coma tres veces al día".



Hasta ahora 5 millones de personas han sido incorporadas al Fome zero, con un costo estimado de mil 300 millones de dólares. Según Bacarín, el programa tiene como meta que al cabo de los 4 años de Gobierno, las 45 millones de personas afectadas por la pobreza cuenten con tres raciones diarias de alimento.



La implementación no ha sido fácil, siendo el principal obstáculo el tamaño de Brasil. "Somos un país muy grande con tremendas diferencias climáticas, lo que hace que en algunas zonas el acceso a la alimentación sea aún más difícil. A pesar de esos problemas, la evaluación de lo que ha sido el programa en estos primeros 7 meses es muy positivo", dice José Bacarín, quien prefiere no referirse a las críticas del ex presidente Fernando Henrique Cardozo a Hambre cero -que lo ha tildado de "populista"-, a pesar del apoyo brindado por la ONU.



El delegado de Brasil al encuentro, estima a su vez que "cualquier experiencia, cualquier programa de lucha contra la pobreza, sobre todo si es de América Latina, es bien visto en Brasil. No obstante, hay proyectos que en especial merecen ser analizados y observados, como es el caso de Chile solidario, y nosotros estamos acá tanto para contribuir como para aprender".



¿Política regional?



"El problema fundamental es cómo una persona que está en situación de extrema pobreza puede proyectarse en el futuro si tiene que pensar en cómo obtener alimento para el próximo día. Toda su energía la tiene puesta en la sobrevivencia y para poder emprender cosa, debe tener ciertas condiciones mínimas resueltas y una visión de futuro. Lo que estamos haciendo en Chile solidario es una apuesta para que cada persona haga su propio plan de vida para salir de la pobreza", sostiene Mario Ossandón del Fosis.



Chile solidario, por los logros que ha obtenido, se está empezando a "exportar" a otros países, como Costa Rica, Guatemala y posiblemente Paraguay. Sin embargo, Ossandón no cree en las políticas "uniformes" a nivel regional, debido a la gran diversidad de culturas y realidades.



"No es viable plantear estrategias comunes, lo que sí es posible es compartir conocimientos y experiencias. Por eso tenemos que aprender mucho de Argentina, porque si llegáramos a tener una crisis similar, sabríamos lo que hay que hacer para no llegar a los niveles de conflictividad que se alcanzó en ese país", afirma.



Algo similar sostiene Liliana Paredes, para quien "sólo podremos sacar a nuestros países de la pobreza si estrechamos lazos que nos permitan construir una perspectiva nueva para Latinoamérica desde la experiencias positivas y los errores que cada país ha tenido. Uniéndonos solidariamente podremos superarnos".



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