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Aparece primera pista sobre asesinos del coronel Gerardo Huber

La declaración la hizo el coronel (R) Francisco Schafausser, ex compañero y uno de los mejores amigos de Huber, en el cuaderno reservado que abrió la jueza Gabriela Gómez. De acuerdo a versiones de fuentes vinculadas a este caso, Huber le confidenció algunos secretos antes de que fuera asesinado.


Agentes secretos chilenos "residentes" en el exterior habrían viajado a Chile para asesinar al coronel Gerardo Huber, involucrado en el traslado ilegal del armas a Croacia. El oficial del Ejército apareció muerto a principios de 1992 en el cauce del río Maipo con un disparo de munición de alto calibre en el cráneo.



Así se desprende de la declaración de un ex compañero de labores de Huber en el Complejo Químico de Talagante del Ejército, el coronel (R) Francisco Schafausser, prestada en el cuaderno reservado ante la titular del primer Juzgado del Crimen de Puente Alto con dedicación exclusiva al caso, Gabriela Gómez.



Schaffauser indicó a la magistrada que para dar con los asesinos de su ex colega de trabajo debía buscar entre esos "personajes" y determinar si éstos entraron a Chile en esa fecha. Se trataría de la coartada perfecta para encubrir los hechos y no "quemar" a agentes chilenos capaces de realizar una operación especial de inteligencia de estas características.



La información fue conocida por El Mostrador.cl a través de una fuente judicial.



Este antecedente no fue investigado por la magistrada en cuestión, ni tampoco considerado importante por los ministros que componen el Pleno de la Corte Suprema, ya que el viernes pasado rechazaron la reposición presentada por el Consejo de Defensa del Estado (CDE), que solicitaba el nombramiento de un ministro en visita.



Una petición en el mismo sentido fue hecha por el organismo anteriormente y se derivaron los antecedentes a la Corte de Apelaciones de San Miguel para que resolviera. Ello aún no sucede.



La pista entregada por Schaffauser tiene directa relación, además, con el proceso por la muerte del químico de la DINA, Eugenio Berríos. Esto porque el ministro en visita que sustancia el caso, Alejandro Madrid, intenta establecer quién era el agente residente del espionaje chileno en Buenos Aires en 1991.



Esta persona sería también la que coordinó y facilitó su departamento en Buenos Aires para la llamada "Operación Silencio", es decir el intento de la inteligencia militar de esconder a los agentes vinculados a violaciones a los derechos humanos en países vecinos y evitar así la acción de la Justicia.



Si Madrid logra obtener esta identidad, el cruce de información sería sólo cosa de tiempo.



La magistrada Gómez no profundizó en esa pista debido al convencimiento de que de seguro la diligencia no tendría éxito. El Ejército se habría escudado en el argumento que entregar esa información atenta contra la seguridad nacional. Luego, habría apelado al artículo 144 del Código de Justicia Militar para que la Corte Suprema dirimiera sobre el punto.



Este medio se contactó con Francisco Schafausser, quien confirmó la información y sólo indicó que relataría los hechos al comandante en jefe del Ejército, general Juan Emilio Cheyre.



"Si usted publica esto, usted se va cortado conmigo, porque esto está en sumario", replicó molesto.



Más informaciones



Pero no fue el único detalle que la Suprema no tomó en consideración cuando decidió el viernes no designar un ministro en visita. También obvió las declaraciones del ex agente de la CNI, Armando Cabrera, «El Viejo Charly», quien dijo a la revista Siete + 7, que fue víctima de una conspiración para asesinarlo de parte de agentes de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE).



En ellas involucró al coronel (J) Enrique Ibarra, como una de las personas que ayudó a personal de Contrainteligencia a ubicarlo para eliminarlo. Si bien no entregó la identidad de quien podría haber sido el sicario, fuentes militares comentaron a El Mostradorl.cl que Cabrera se refería al mayor (R) Arturo Silva Valdés, el mismo que aparece procesado como el autor material del crimen de Eugenio Berríos.



Pero hay más, Cabrera también le relató a la periodista Mónica González que, años más tarde, volvió a encontrarse con los personajes en un casino militar, donde uno de ellos le contó cómo un tirador escogido había asesinado a Huber de un balazo de fusil a larga distancia.



Estos no son los únicos detalles que el CDE consideró relevantes para realizar la presentación rechazada el viernes por la Suprema. También se refirió s las contradictorias declaraciones del entonces comandante del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE), Manuel Provis Carrasco, cuyo contenido este medio se reserva, por ahora.



En el expediente, al que tuvo acceso exclusivo este medio, aparecen antecedentes sobre viajes a Mendoza como también la búsqueda de pasos cordilleranos del círculo más cercano a Huber. Hasta ahora se piensa que Huber buscaba cruzar clandestinamente la cordillera y esconderse por un tiempo en Argentina, para luego encontrar refugio en otro país.



Consideraciones juridícas



El CDE, a través de su abogada María Inés Horvitz, ha insistido en que este proceso requiere de un juez con prerrogativas especiales -como es un ministro de Corte- para que llegue al fondo del asunto y logre dar con los asesinos del uniformado.



Hay que recordar que en junio pasado, con sólo tres meses de investigación y más de una docena de declaraciones, la mencionada jueza cerró el sumario y dejó al CDE virtualmente con los "crespos hechos". Luego, para evitar que se venciera el plazo, el organismo apeló ante la magistrada y le solicitó una serie de diligencias. A pesar de esto, la jueza decretó igual el cierre del sumario.



La decisión del máximo tribunal es un duro golpe a la estrategia del CDE, aunque todavía queda la carta del tribunal de alzada de San Miguel. Si la nueva presentación no encuentra una acogida positiva, es altamente probable que la muerte de Huber se convierta en un crimen perfecto.



El Contexto



Gerado Huber Olivares estuvo involucrado en el traslado ilegal de armas a Croacia en 1991, en momentos en que ese país se encontraba en guerra con Serbia. El escándalo estalló en diciembre del mismo año, cuando la policía húngara halló un cargamento bélico caratulado como «ayuda humanitaria» en un avión de la Aeroflot contratado en Santiago.



Un mes más tarde Huber, Jefe de Adquisiciones de Famae, debió declarar ante el ministro en visita Hernán Correa de la Cerda quien decretó su arraigo. El 29 de enero de 1992, desapareció misteriosamente de la casa de un amigo en el Cajón del Maipo.



A horas de haberse perdido su rastro, su automóvil apareció a un costado del puente El Toyo. Su cuerpo sin vida, con el cráneo destrozado, fue encontrado tres semanas más tarde, 27 kilómetros río abajo. Sus restos, a lo largo de esta investigación, han sido exhumados en dos ocasiones.



Algunos detalles



La jueza, pese a cerrar tempranamente la indagatoria, logró obtener información relevante sobre los intentos de la inteligencia del Ejército, como también de la justicia militar, de evitar de que Pinochet no fuera mencionado en declaraciones de personas que estuvieron cerca de Huber. Como por ejemplo, las declaraciones de Loreto Tapia, casada con un nieto del ex dictador (Hernán García Pinochet), quien poco antes de la muerte de Huber -de quien era sobrina- se encontraba en la misma casa desde dónde éste desapareció.



"Las personas que fueron de la Fiscalía Militar a tomarme declaración no me dejaron hablar con la Policía de Investigaciones. A esa fecha yo tenía sólo 17 años", recordó.



También detalló que en esa fecha, la misma justicia militar, como también el BIE, intentaron evitar que apareciera en el expediente el nombre de Augusto Pinochet.



"Lo que se omitió a fojas 206 fue que yo dije que iba a Bucalemu a la casa de Augusto Pinochet. Ese día tuve la percepción de que el tío Huber no quería que nos fuéramos", rememoró.



Asimismo, Loreto Tapia recordó la presencia en el lugar de extraños autos. "Hernán, mi marido, manejaba hasta que llegamos al puente El Toyo. Pude ver tres vehículos que estaban bajando a la orilla a la izquierda. Los autos eran oscuros y vi que sus vidrios estaban empañados, lo que me pareció extraño pensando que para ir a pololear no podía hacerse en esas circunstancias. ¿Tres autos juntos a la entrada del puente El Toyo? Era extraño.. Entonces me di cuenta que se me había quedado la cartera, así que volví a la casa y mi tio ya no estaba", señaló.



Decidieron volver a Santiago. Pero al día siguiente, Loreto Tapia fue a la casa de Pinochet en Bucalemu. «Llegamos a Bucalemu en horas de la mañana, no recuerdo la hora exacta. Estaba toda la familia de Augusto Pinochet y varios militares. Ese mismo día, Pinochet me llevó a su oficina en la casa y me hizo sentarme en el escritorio, lugar donde me manifestó que había desaparecido mi tío Gerardo Huber. Me dijo que estaba todo solucionado y me puse a llorar", concluyó su relato judicial.



El Mostrador.cl ubicó a Loreto Tapia, quien confirmó sus declaraciones en el sumario de la magistrada.



"Está bien que todo esto se sepa, para la sanidad mental de todos", dijo escuetamernte.



El último detalle interesante de la indagatoria que realizó la jueza fue la declaración de la magistrada de Penaflor, Brisa Marina, quien en algún momento tuvo el caso en su poder.



Brisa Marina indicó que el perito Pedro León Rivera señaló en el tribunal "que la muerte de Huber fue un homicidio y que las huellas digitales habían sido borradas con un esmeril, datos que no quedaron consignados en el proceso".



"Cuando vino a declarar al tribunal llegó diciendo que estaba amenazado, huyendo rápidamente del tribunal", declaró Marina.





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