El senador DC aseguró que su dimisión a la comisión de Salud se debe a que »ha sido extremadamente dificultoso manejar mi presencia en ella, porque el Gobierno no se entiende conmigo en estas cosas, sino que tiene sus propios interlocutores con la Democracia Cristiana». En el Ejecutivo consintieron que el parlamentario tiene hoy »una importancia relativa».
Con fuertes críticas a la conducción que ha tenido el Gobierno en la reforma sanitaria, el senador DC Mariano Ruiz-Esquide renunció a la comisión de salud de la Cámara Alta. El alejamiento del parlamentario de la instancia legislativa, donde la Concertación ya es minoría, asegura, es "sin elástico".
Ruiz-Esquide ya informó de esta determinación al jefe de bancada de su partido, el senador Jorge Lavandero y, para él, la aceptación de su renuncia es sólo una cuestión burocrática.
Y es que las diferencias de Ruiz-Esquide con la manera en que el Gobierno ha llevado adelante la reforma son de forma y fondo. De forma, por el modo, a su juicio, poco transparente con que el Ejecutivo ha negociado diversos artículos con la derecha y porque, para él, no se ha logrado integrar los sistemas de salud privados y públicos como debiera.
Para Ruiz-Esquide, ambas críticas convergieron en la discusión por el acceso de los afiliados a las Isapres a las salas comunes de los hospitales públicos, hace dos semanas. En esa ocasión, el Gobierno logró sacar adelante una indicación que permitía al sector privado acceder a estas camas más baratas con votos de la derecha y el rechazo de los parlamentarios de la Concertación, entre ellos, Ruiz-Esquide. "Esa fue la gota que rebalsó el vaso", aseguró.
La salida del parlamentario no obedece sólo a una cuestión de criterios en políticas públicas, sino que al escaso respaldo con que contaba en estos temas dentro de su colectividad y, por añadidura, en la Concertación.
La quitada de piso de la DC
Pero esta no ha sido la única renuncia del senador por el tema de la Reforma Sanitaria. En mayo de 2002, dimitió al denominado "Grupo de los ocho", comisión creada especialmente para tratar el tema de la reforma y que estaba compuesta por ministros y parlamentarios de la Concertación para consensuar la propuesta de Salud.
La decisión fue gatillada -en ese entonces- debido a que no fue acogida su propuesta en un Consejo Nacional de la Democracia Cristiana. En cambio, la DC -ya en manos colorinas- adscribió al texto elaborado por la comisión Económica Social de la colectividad, encabezada por los senadores Edgardo Boeninger y Alejandro Foxley, ambos alineados con una propuesta más liberal.
Durante su participación en el "Grupo de los ocho", los representantes de la Concertación consensuaron un acuerdo interno en los proyectos que se presentarían, se restituyeron las confianzas con el entonces ministro Artaza y se permitió un acuerdo con los gremios de la salud.
Sin embargo, el grupo encabezado por Boeninger aprobó un documento que abría espacios a los multiseguros, al subsidio a los dueños de las Isapres y permitía los subsidios cruzados con el sector privado.
Las diferencias entre Ruiz- Esquide y Boeninger, han sido una constante en los últimos años. No obstante, el senador Ruiz- Esquide aseguró que "tenemos posiciones distintas, pero hemos llegado a ciertos acuerdos, pero el Gobierno se entiende con Boeninger, así que en ese caso qué más puedo hacer (…) me voy».
Agregó que "ha sido extremadamente dificultoso manejar mi presencia en la comisión, porque el Gobierno no se entiende conmigo en estas cosas, sino que tiene sus propios interlocutores con la Democracia Cristiana y a través de Boeninger".
Pese a que en un inicio, en la negociación del proyecto de reforma sanitaria fueron gravitantes las gestiones de Ruiz- Esquide -especialmente cuando el proyecto recién se comenzaba a discutir en la Cámara de Diputados- fuentes de Gobierno aseguraron que hoy el senador tenía "una importancia relativa", pues los acuerdos se tomaban con Boeninger y con el sector colorín de la DC.
Hacienda ha contaminado la reforma
Para Ruiz-Esquide, el protagonismo del ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, en la discusión de la reforma sanitaria ha sido la principal causa de que se haya desvirtuado el debate en torno al proyecto estrella del Presidente Ricardo Lagos.
"Quien maneja la reforma no es el Ministerio de Salud, sino que el Ministerio de Hacienda y eso ha literalmente exacerbado el debate economicista y, por tanto, se ha hecho muy difícil caminar", aseguró.
A su juicio, el protagonismo de Eyzaguirre y la economización del tema han derivado en que uno de los objetivos prioritarios para la reforma -la complementariedad de los sistemas de atención privados y públicos- se restrinja a que las isapres tengan más facilidades para acceder a los hospitales. Por ello, el paso atrás dado por el Gobierno en el acceso de este sector a las camas públicas es, para él, sólo circunstancial.
Pese a que el proyecto de Autoridad Sanitaria considera otros puntos como fortalecer las atribuciones del Estado como conductor del desarrollo del sistema de salud, establecer un nuevo modelo de atención centrado en una atención primaria eficaz, fortalecer el concepto de redes asistenciales a lo largo del país y fomentar la autogestión de los hospitales públicos, para Ruiz-Esquide el debate está reducido a una pelea por los costos.
"La reforma de salud se contamina por la enorme cantidad de dinero que anda dando vuelta en este tema. En el mismo tema de las camas, por ejemplo, las isapres quieren tener acceso a unos hospitales baratos y, como ya se abrieron espacio a piezas destinadas a ciudadanos que tienen pocos recursos, entonces ahora quieren mandar a sus usuarios a las salas comunes. Y eso significa pagar la mitad de la hospitalización".
Más allá de estos problemas, Ruiz-Esquide reconoce que en la Concertación "estamos empatados en dos visiones distintas sobre lo que es la salud. Unos pensamos que es un derecho de las personas, una obligación de la comunidad expresada a través del Estado, dar plena resolución a sus problemas y, otros, consideran que la salud es un negocio más y eso se trasunta en las distintas áreas donde se va a votar».
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