El caso del actual Cónsul General de Chile en Caracas, se ha transformado en el último funcionario cuestionado por sus posibles vinculaciones a los servicios secretos del régimen militar. El diputado Jorge Tarud (PPD) señaló que en relaciones exteriores, «hay que ser cuidadoso» respecto a quién se designe como diplomático.
La preocupación en círculos diplomáticos venezolanos por la posible vinculación del Cónsul General de Chile en Caracas, con la Dirección de Inteligencia Nacional (Dina), es el último caso que empaña la política exterior chilena.
Ciertas o no las denuncias aparecidas en la prensa venezolana y entendiendo el clima contrario a la democracia cristiana que existe en el Gobierno de Chávez, lo cierto es que también en nuestro país hay preocupación respecto de las responsabilidades que le correspondan por denegación de justicia, en el caso del edecán Naval de Salvador Allende, Arturo Araya Peeters.
A lo anterior se incluye el conflictivo paso de Jorge Garretón, por el ministerio de Relaciones Exteriores, que incluyen una denuncia por "acoso sexual" que él hiciera contra un superior, su molestosa estadía en la embajada de Holanda y un sumario interno, que en la Cancillería quisieran olvidar.
No obstante, cualquier antecedente negativo que pueda existir sobre él, no han sido tan fuertes como "las influencias políticas" y los "apadrinamientos". Prueba de ello es que ha llegado a optar a un cargo tan alto como Cónsul, señalan fuentes vinculadas al mundo diplomático.
A través de un sondeo realizado por El Mostrador, en fuentes de Cancillería y de la Academia Diplomática, se llega inevitablemente a la misma conclusión: "estas cosas se estilan", "no hay nada que hacer" y "siempre ha sido así; no hay nada de que extrañarse". El conformismo es el denominador común.
Funcionarios de prestigio y amplia trayectoria, reconocen que es una situación asumida. Incluso llegaron a afirmar que Garretón es en "un niño de pecho", respecto de las cuestionadas conductas que tienen otros altos funcionarios, que prestan servicios para el país.
Para el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, Jorge Tarud (PPD), la situación del Cónsul es un hecho preocupante y que merece ser revisado. Indicó que si Cancillería no se hace parte de las imputaciones que se le hacen al diplomático, la comisión que preside podría pedir todos los antecedentes del funcionario y pedir explicaciones de por qué, y a pesar de existir antecedentes "negativos", fue enviado igual a representar a Chile en el exterior.
Para el parlamentario, no se pueden existir funcionarios cuestionados, menos frente a un gobierno como el de Chávez, con el cual no se tienen buenas relaciones.
Otros casos
El Embajador de Chile en Canadá
José Tomás Letelier. Fue «Encargado de la Secretaría de Derechos Humanos de la Cancillería chilena entre 1977 y 1978».
El año 2000 prestaba servicios como embajador en Canadá. Su mantención en el cargo se hizo insostenible, luego que se permitió contradecir públicamente el informe oficial sobre los crímenes cometidos a bordo de la «Esmeralda». El Gobierno en ese entonces le dio una «honrosa salida», aceptando su renuncia «por motivos particulares», pocos meses después de que fuera descubierto.
En dicha oportunidad fue contactado por El Mostrador.cl y esto es parte de lo que respondió.
-¿Por qué su embajada no reconoce públicamente que en La Esmeralda se torturó tras el golpe militar, como lo afirma el Informe Rettig, ordenado y avalado por el gobierno de la Concertación que usted representa?.
– No me corresponde a mí decirlo. Yo entiendo que el Informe Rettig es una recopilación de testimonios, pero no es una investigación judicial. Hay testimonios en el Informe de personas que dicen haber sido torturadas, pero no puedo corroborar ni decir si en La Esmeralda se cometieron actos de tortura. No tengo idea. No lo sé. Ojalá lo supiera, pero no estuve en La Esmeralda en esa época ni tuve participación en los hechos.
-Pero eso es equivalente a decir que no sabe si Hitler cometió atrocidades, porque usted no estuvo en Alemania durante el nazismo…
– Son casos totalmente diferentes. Sobre el nazismo hay muchos testimonios, incluso películas que lo ratifican. Respecto de La Esmeralda también hay testimonios, claro que en una escala mucho menor, pero sigue la misma lógica…
Agregado militar en la ONU
Al igual que la conexión que logró establecer El Mostrador.cl entre Jorge Garretón Iturra, actual Cónsul General de Chile en Caracas y el caso del edecán de Allende, Arturo Araya, en abril del año pasado en exclusiva, se dieron a conocer antecedentes que vinculan al Agregado militar de Chile en la ONU, con violaciones a los dd.hh.
En aquella oportunidad, se informó que "el actual agregado militar de Chile ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), coronel de Ejército Pedro Pablo Bustos Valderrama, fue a principios de los ’80 agente de la Central Nacional de Informaciones (CNI), organismo de inteligencia conocido por sus violaciones a los derechos humanos(..) y dirigió un operativo…"
Posteriormente, la ministra de Defensa, Michele Bachelet, aunque no desmintió que el agregado militar de la ONU, coronel Pedro Pablo Bustos, haya integrado las filas de la CNI, calificó como "irresponsables" las denuncias que lo vinculan con un operativo en el que murieron dos militantes del MIR.
En ese sentido, indicó que el coronel "tiene las manos limpias, ya que no se encuentra inculpado en ningún caso relacionado con los derechos humanos".
Sin embargo, el vocero de Gobierno Francisco Vidal, dijo en aquella oportunidad, que se ajustaba al comunicado emitido por el Ejército sobre la materia, y que detalla que Bustos estuvo ligado a la CNI, sólo en 1982, donde cumplió "funciones no operativas". Agrega que la institución estaba al tanto de dichas labores y que en 1983 el coronel estaba «en comisión de servicios en el extranjero», por lo que no podría haber participado en la operación de Janequeo.
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