Adelantándose a un escenario más complejo para la colectividad, el presidente del PPD, Victor Barrueto, planteó la necesidad de llegar a »ajustes» como Concertación, en cerca de 30 comunas, hecho que podría transformarse en la señal que esperaban los radicales para estampar la firma en el acuerdo. Tomando en cuenta la rígida postura en la que se encuentra la DC y el PS.
Al parecer el retraso de la firma del acuerdo municipal ha puesto una suerte de «presión» sobre los partidos de la Concertación, que desde el martes han intensificado sus conversaciones para dar el vamos definitivo a la campaña municipal del oficialismo.
Sin embargo, la posición del Partido Radical -que ha solicitado tres comunas que fueron entregadas a la DC durante las negociaciones- han evitado una pronta solución, que no ha hecho otra cosa más que tensar las relaciones al interior del bloque oficialista, donde el PPD ha cargado con el mayor peso, puesto que fue la negociación por Santiago la que desordenó el antiguo mapa municipal.
A lo que se suma la posición en la que se encuentra la DC, quienes argumentando estar fuera del subpacto PS-PPD-PRSD, llaman a socialistas y pepedés a zanjar el problema «de una vez por todas».
Por su parte, el PS, en palabras del mismo Gonzalo Martner, ha señalado que no está en cuestión lo obtenido durante la negociación, por lo que no son ellos los llamados a entregar algún cupo para alcalde.
En esa línea, el PPD ha quedado con las manos atadas, tomando en cuenta las peticiones y posturas de sus compañeros de coalición, situación que lo ha obligado a volcarse en una nueva empresa: convencer a los radicales de firmar el acuerdo como está, para luego dar paso a una fase de «ajustes», situación que permitiría como Concertación satisfacer las demandas del PRSD y de quienes tuviesen aprensiones.
Asimismo, el presidente del PPD, Víctor Barrueto, aclaró que es necesario identificar todas las comunas que están en riesgo de perderse ante la derecha -cerca de 30 comunas-, situación que podría llevar a ajuste, pero siempre de manera equilibrada tras la firma del acuerdo concertacionista.
«Creo que hay que hacer una evaluación de calidad de los candidatos, con un criterio no de partidos, sino que concertacionista e identificar lugares comunes en donde estemos en riesgo, revisando el candidato a alcalde» afirmó el presidente del PPD.
«Si se identifica que en tal comuna el candidato PPD no cumple con los requisitos y hay un DC que no hay caso, probablemente se podrán hacer ajustes con equilibrio, una suerte de enroque», añade Barrueto.
A pesar de las propuestas
Sin embargo, los radicales insisten en obtener para ellos Calama y San Bernardo, entregadas a la falange en la negociación de las últimas 33 comunas.
Hecho que podría implicar que la firma del acuerdo municipal se retrase todavía más, perjudicando las pretensiones Concertacionistas, en su lucha contra la Alianza por Chile.
Otro problema es la comuna de Traiguén, entregada al PPD en la negociación, aunque comentan que ese punto ya estaría resuelto entre ambas colectividades.
En esta negociación, el PRSD tiene más de 40 cupos de alcaldes y ha exigido a sus aliados llevar un candidato a concejal en las 344 comunas y, en algunos casos, dos.
Y los concejales
En tanto, respecto de los cupos de concejales, existe un principio de acuerdo entre los cuatro partidos que asigna a la DC 1.008 cupos. Los restantes 1.140, se distribuirán entre el subpacto PS-PPD-PRSD. En la comisión negociadora de la coalición se garantizó ayer que esta distribución de cupos se hizo de manera armónica.
Por tanto, a la DC le correspondió el 47 por ciento de los cupos y a los partidos el subpacto el 53 por ciento de los candidatos a concejales.
