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Alcaíno: Carisma y memoria televisiva aumentan apoyo a su candidatura

Justo en el día de su cumpleaños 51, Raúl Alcaíno, el candidato de la Alianza por Chile al municipio de Santiago, decidió compartir algunas horas con sus potenciales electores en la Feria Portales, donde se fotografió, conversó y conoció algunos de los problemas que afectan a los vecinos del barrio. Encuesta en mano, intenta captar necesidades de la gente.


Pasado el medio día, cuando unos oscuros nubarrones amenazaban con dejar caer una molesta lluvia sobre Santiago, hasta la esquina de las calles Portales con Esperanza llegaba un Hyundai Sonata blanco del que descendió el candidato a alcalde de la Alianza por Chile. Raúl Alcaíno, enfundado en un riguroso traje color marengo, llegaba hasta la conocida "Feria Portales" a hacer campaña entre los comerciantes y la concurrida clientela.



Apenas bajó del automóvil la señora Elba Casabonne, de 85 años, se le acercó para asegurarle que votará por él y para obtener una instantánea con su candidato -de las mismas que popularizó Joaquín Lavín-. Luego del consabido abrazo y beso, justo cuando comenzaban a caer unas gotitas, Alcaíno le sugirió que continuara su camino para que la lluvia no la sorprendiera en medio de sus compras.



Doña Elba estaba feliz. Mientras se retiraba a paso lento aclaró que votará -aún cuando a su edad puede ser eximida de hacerlo- porque se siente "muy motivada" por el candidato y porque reconoce en Alcaíno al sucesor de Joaquín Lavín, cuya gestión le parece "buena". Lo que se contrapone con la visión de la comerciante Rosa Aburto, quien a pesar de haber votado por Lavín, asegura que "nunca hizo nada, nunca pudimos hablar con él, ni siquiera cuando teníamos una cita pactada", pero que aún así votará por el ex animador, con la esperanza de que "ahora todo funcione".



Las salidas de Alcaíno a terreno la hacen creer que la cercanía que ha demostrado tener con la gente se proyectará durante su gestión edilicia y que evitará "situaciones de corrupción de parte de funcionarios municipales que venden y revenden las patentes". Pero también argumenta que su elección tiene que ver con que "Alcaíno es más encachado que el otro candidato".



Este no era un comentario aislado entre las mujeres que ayer se encontraban en la feria. De hecho, un importante número de ellas reconoció el atractivo físico del candidato de la derecha y se manifestó atraída por sus "encantos", argumento no menor -dijeron- para votar por él.



Raúl Alcaíno, que ayer cumplió 51 años y pasó el aviso a quienes se acercaban a conocerlo, estaba acompañado por equipo de siete personas, entre ellos su jefe de "salidas a terreno", Roberto Hernández, un amigo personal y dos fotógrafos, además de las jóvenes que ordenaban las sesiones fotográficas del candidato con sus potenciales electores.



Ellas además tenían la misión de entregar la "Consulta Popular: Alcaíno consulta, usted responde", una especie de estudio de mercado, en la que Alcaíno basará sus propuestas, una vez que la campaña comience oficialmente. Debido a su negativa a ser visto como un político tradicional, el candidato de la Alianza por Chile ha evitado hacer promesas carentes de fundamentos reales. De allí la necesidad de conocer de antemano cuáles son los requerimientos de los habitantes de la comuna, para enfrentar las elecciones con una plataforma sustentada en la opinión de los vecinos.



Durante su recorrido no faltaron, como es habitual en estos casos, quienes se acercaron a plantear sus problemas de toda índole. Desde la preocupación por el futuro de los animales vagabundos -que abundan en el sector-, hasta una señora que le pidió ayuda para solucionar dificultades con un terreno en Licanray, en la Novena Región, cosa que no dejó de sorprender al candidato, que intentó hacerle ver a la angustiada electora que de ser alcalde de Santiago, sus atribuciones se limitarán sólo a la comuna.



El candidato se toma su tiempo para recorrer la feria. Abraza con fuerza a los electores que quieren perpetuar con una fotografía su paso por el lugar, mujeres en su mayoría, pero también varones entusiastas y algunos jóvenes que están inscritos, los que aseguran que votarán por Alcaíno, porque "es el que apoya Lavín", pese a que reconocen desconocer sus propuestas para llegar al municipio capitalino. Otros, no están inscritos ni lo harán, pero tampoco quieren dejar pasar la oportunidad de fotografiarse con un "famoso".



Desde un puesto, un comerciante colocolino, le hace un comentario de fútbol a voz en cuello, lo que provoca que Alcaíno –‘chuncho’– reaccione inmediatamente y responda sacando a colación la difícil situación económica que atraviesa el equipo albo, haciendo hincapié en que "con la salida del ‘cabezón’ Espina, Colo Colo no existe". Así, comienza un diálogo entre ambos. A pesar de las diferencias en lo futbolístico, todo se zanja con un apretón de manos, risas y la caminata continúa.



Lejos de lo que se pudiera esperar en una campaña, el recorrido por la feria resultó sin contratiempos, incluso un transeúnte al que se le invitó a posar junto al candidato rechazó la oferta, señalando que aunque "es muy buena persona", no era partidario del sector al que representa. Tras lo cual uno de los acompañantes de Alcaíno comentó que, en general, "la gente es muy respetuosa" y que nunca lo han atacado frontalmente en las salidas a terreno.



En el recorrido, que aproximadamente duró una hora, no se presentaron situaciones que pusieran en jaque al candidato, pues su carisma atrajo a los transeúntes y comerciantes espontáneamente y, sea cierto o no, la mayoría comprometió su voto para el 31 de octubre.



El desafío de Alcaíno



Aunque el lugar escogido por Alcaíno para hacer campaña propiciaba el encuentro con la gente, es difícil saber si ocurre lo mismo en situaciones como las que se generan en un puerta a puerta, donde se espera que el candidato presente propuestas concretas y un programa de gestión. Características que son prescindibles a la hora de visitar un espacio más comunitario y en el que confluyen muchas personas al mismo tiempo.



La espontaneidad con la que la gente se acercaba y la necesidad de abarcar la mayor cantidad de personas le facilitó el no tener que profundizar en sus propuestas y mostrar una imagen apolítica, que ha sido su sello desde que se anunció su candidatura.



Al mismo tiempo, la posibilidad que Alcaíno le da a los vecinos, de ser ellos mismos los gestores de su proyecto de campaña, a través de la Consulta Popular, le permite prorrogar la necesidad de generar un programa propio. Así lo deja claro en la invitación que hace a los electores para que respondan la consulta.



"Amigas y Amigos: Como ingeniero creo que para hacer una gran gestión municipal es necesario una vocación de servicio público completa y un trabajo honesto a favor de los vecinos. Pienso que el destino de los recursos de toda la municipalidad y los proyectos que esta ejecuta deben ser decididos por los vecinos. Ese es el estilo que usted ha visto con Joaquín Lavín y que yo continuaré como alcalde de Santiago. Por eso quiero invitarlo a participar en esta consulta popular, en ella podrá votar por los principales proyectos que usted desee que la municipalidad lleve a cabo".



En el mensaje, Alcaíno deja claro que pretende ser el sucesor de Lavín y que no habrá grandes sorpresas en su gestión. Tanto así que entre los proyectos, de los cuales los vecinos deben optar por los cinco que consideren más importantes para su barrio, figuran nuevas casetas de seguridad, planes "pololo" de empleo, subsidio para cuentas de luz, agua y gas, nuevos consultorios de barrio, más camionetas de seguridad, y mayor iluminación peatonal.



Con este antecedente, falta por ver qué tan significativos serán los resultados de la consulta en el proyecto de Alcaíno, considerando que en su mayoría responden a los postulados de Lavín y que incluso quienes votaron por él reconocen que no ha cumplido con las expectativas y que despectivamente plantean que "al final todos son iguales", por lo que el desafío del candidato será demostrar qué puede cumplirle a los vecinos.





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