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Tragedia en embajada de Costa Rica: secuestrador y tres chilenos muertos

Las víctimas fatales son el cónsul de Chile en San José, Cristián Yussef, el primer secretario de la legación, Roberto Nieto, y Rocío Sariego, ex secretaria de la embajada, además del policía costarricense Orlando Jiménez Jiménez, responsable de las muertes, quien se habría suicidado. Cancillería afina detalles para la repatriación de los restos.


Roberto Nieto se desempeñaba como primer secretario de la embajada chilena.

El cónsul de Chile en la embajada de San José de Costa Rica, Cristián Yussef; el primer secretario, Roberto Nieto, y Rocío Sariego, ex secretaria de la embajada que ahora se encontraba a cargo de la organización de los homenajes a Pablo Neruda, tanto en Costa Rica y en Centroamérica, son los tres ciudadanos chilenos que murieron la madrugada del miércoles, durante una toma de rehenes protagonizada por un policía costarricense que se prolongó por más de seis horas.



El autor del secuestro fue el policía costarricense José Orlando Jiménez Jiménez, a cargo de la custodia de la legación diplomática desde hace cinco años y que inició la ocupación cerca de las 17.30 horas chilenas.



Las autoridades confirmaron ayer en la noche la muerte del uniformado. Este último cuando se tomó la embajada, estaba armado con un revólver calibre 38 y un fusil de combate M-16, un arma que consta de munición de guerra y calificada como de asalto liviano.



Hasta el cierre de esta nota, ninguna autoridad ha informado sobre las motivaciones que tuvo el policía. Algunas versiones apuntan a que se trataría de problemas laborales; otras señalan que el funcionario habría caído en una profunda depresión.



Al principio las autoridades chilenas, debido a la información parcelada que se manejaba, habían desestimado la posibilidad de que hubiera personas heridas, pese a que testigos aseguraron que inmediatamente después de la ocupación se escucharon tres disparos al interior de la embajada.



El incidente encontró al ministro del Interior, José Miguel Insulza, en San José de Costa Rica en visita oficial. Este último junto al titular costarricense de Seguridad, Rogelio Ramos, y al embajador chileno, el DC Guillermo Yunge, participaron en la, hasta ese momento, posible coordinación para liberar a los rehenes.



Pasadas las 21.00 horas de Chile, las autoridades resolvieron enviar a dos emisarios para que persuadieran al policía y que depusiera su actitud. Sin embargo, según explicó el embajador chileno, sólo lograron tener un contacto muy breve con el captor.



Tras varios intentos de iniciar negociaciones formales con el agente, entre los que se encontró incluso la llegada de sus familiares, las autoridades sospecharon que alguna tragedia habría ocurrido al interior de la representación, por lo que el embajador Yunge autorizó su ingreso.



Al entrar al lugar, la policía encontró los cadáveres de los tres chilenos y, de acuerdo al ministro Ramos, Jiménez se encontraba gravemente herido. "Cuando ingresó la policía no hubo disparos", aseguró, versión que más tarde fue confirmada por el ministro Insulza.



Los chilenos Leonardo Banda, de la Dirección de Promoción de Exportaciones (ProChile) de la embajada, y Leonardo Guerra, estudiante en práctica de esa repartición, que también estuvieron secuestrados, salieron ilesos.



También sobrevivieron los costarricenses César Gómez, Zinia Vargas y Janette Biquez, además de la nicaragüense Cecilia Montero, quienes desempeñan labores administrativas en la legación.



En tanto, la ministra de Relaciones Exteriores, Soledad Alvear, que se mantuvo en contacto permanente con Costa Rica, calificó el hecho como un "golpe muy fuerte" para la repartición que encabeza, al tiempo comentó que el Presidente Ricardo Lagos ya se encontraba informado del desenlace que tuvo la ocupación.



Alvear, quien suspendió una actividad que tenía programada para este miércoles en Antofagasta -a fin de dedicarse preferentemente a este tema- señaló que durante esta jornada tomará contacto con los familiares de las víctimas, para evaluar los siguientes pasos.



Tanto autoridades chilenas como costarricenses coincidieron en que este incidente no afectará las relaciones entre ambos países y que se trata de un hecho infeliz.



El captor


El policía Orlando Jiménez Jiménez

El policía, oficial de la Fuerza Pública de Costa Rica llevaba cinco años a cargo de la seguridad de la sede diplomática; tenía 54 años y fue definido por su familia como un "buen hombre".



Su superior, el comandante Eliecer León, aseguró que éste era un policía «responsable, serio, el mejor oficial que he tenido. ¿Qué le pasó? no sabemos, todos cometemos errores".



Precisamente el tiempo que el funcionario llevaba a cargo de la seguridad, había llevado a las autoridades a desestimar la posibilidad de un desenlace fatal. «No hay nada especial, es un funcionario que está hace tiempo en la embajada», había señalado la tarde de ayer el embajador Yunge.



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