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El ahora o nunca de Joaquín Lavín de cara a las presidenciales 2005

Existen dirigentes de la Alianza que creen que los temas que tienen que ver con los valores morales -más allá de la habitual prédica sobre la inseguridad y el desempleo-, podrían ser los que ayudaran a definir el triunfo en diciembre del próximo año. El mejor ejemplo de eso es -dicen- la reelección de George W. Bush.


Los malos resultados de la Alianza por Chile en las pasadas elecciones municipales, quiéranlo o no los dirigentes de los partidos que la integran, generaron un sentimiento de desánimo entre sus filas, sensación que las explicaciones en torno a cuáles fueron los elementos que confluyeron para tal consecuencia, no logran aplacar. Mientras el abanderado presidencial, Joaquín Lavín, intenta promover una estrategia que lo ubique en el mismo escenario político del año ’99, en el sector la certeza de que se llegará a La Moneda el 2005 es cada vez menos firme. En el conglomerado esperan que también incidan de manera importante en el debate de campaña los temas valóricos, donde creen que el candidato puede salir airoso.



Si bien las cúpulas tratan de mantener la moral en alto, entre los parlamentarios y dirigentes de regiones cunde la preocupación ante un panorama que avizoran se está poniendo bastante difícil. Por otra parte, aunque los asesores de Lavín ya están manos a la obra para renovar la estrategia y el propio candidato asegura que espera poder recuperar la "confianza" del electorado que ya antes lo apoyó, lo cierto es que las crudas cifras demuestran que aún así le faltarían votos para ganar la presidencial, por lo que la tarea que lo espera es dura.



Por otra parte, las palabras del propio abanderado indican que en los comicios del 2005 se juega su última carta. No por nada, consultado acerca de si este es su último intento por llegar a La Moneda, ha señalado que "para mí, en lo personal, la oportunidad es ahora", a lo que añadió que "creo que uno tiene que reconocer las realidades, por eso quiero tomármelo con mucha humildad. Pero siento que el apoyo de la gente existe y que las probabilidades de ganar están intactas y me la voy a jugar ahora para ganar el 2005. Lo que va a pasar más adelante, vendrán otros días".



Otros interesados



Lo que el candidato de la derecha se reserva es que, más allá de lo que él pretenda si le va mal en diciembre del 2005, no es muy probable que los partidos acepten avalar otro intento del sector encabezado por Lavín, ya que a estas alturas existe más de un interesado en convertirse en la figura que represente a la derecha con miras al 2009. Por lo que a todas luces es «ahora o nunca» para sus pretensiones presidenciales y aunque el abanderado estima que sus posibilidades de ganarle a la Concertación siguen intactas, a pesar de los resultados municipales, lo cierto es que la incertidumbre y preocupación que estos generaron en el sector están a la vista.



Tanto es así que incluso no faltan los que admiten que la estrategia por la que ha optado Joaquín Lavín -la de enfatizar que enfrentará los comicios del 2005 de "chico a grande"-, lejos de estimular al electorado pro aliancista, le infunde un sentimiento derrotista que podría terminar siendo perjudicial para su campaña.



Sobre todo si se considera que lo que la derecha tendrá que remontar para colocar a Lavín en La Moneda son cerca de 20 puntos. Lo que resulta del 47,91 por ciento que obtuvo la Concertación en concejales contra el 37,66 que logró la Alianza, lo que da una diferencia de 10, 25 por ciento.



Si a eso se le suma el 9,14 alcanzado por el pacto Juntos Podemos, que se presume iría a parar al oficialismo, en una eventual segunda vuelta, entonces el abanderado de la derecha necesitaría más de un 19,39 por ciento para superar al pacto de Gobierno. De allí que en la oposición estén convencidos de que la estrategia de la campaña debe apuntar a tirar toda la carne a la parrilla para asegurarse el triunfo en una primera vuelta, en la que Juntos Podemos llevará candidato, pues ven muy difícil remontar la diferencia en una segunda.



Campaña valórica



Mientras que Lavín hace sus cálculos, a partir de los cuales sostiene que en las pasadas elecciones presidenciales era aventajado por similar diferencia y que pese a todo logró sobreponerse a ello, llegando casi a empatar con el Presidente Ricardo Lagos, esta visión no es generalizada en la Alianza por Chile, donde un importante sector ve muy difícil el triunfo.



De allí la importancia del enfoque que se le dé a la campaña presidencial. Las reuniones, ya no para seguir con el análisis del resultado, sino para comenzar a "mirar hacia el futuro" -como dice el propio Lavín- y preparar los equipos y estrategias se suceden una tras otra. Aunque no parecen surgir al mismo ritmo las ideas más adecuadas para revertir el aparente desgaste del slogan que acompañó al abanderado en los comicios del ’99: "Viva el cambio". Lo que sí está claro es que el candidato opositor está recargando las pilas para reencantar ahora a quienes entes confiaron en él, pero que ya no están motivados por la alternativa que ofrece su sector, lo que quedó de manifiesto en el resultado municipal.



"Creo que hay que reconocer las realidades. Yo he contado durante muchos años con la confianza de mucha gente. (…) Pero al mismo tiempo tengo que reconocer que hay cosas que no han estado bien, que hay que cambiarlas, que hay que mejorarlas, y espero volver a recuperar esa confianza. Hay una cosa, que pese a muchas cifras que son adversas hay una cosa que para mi es bien importante que es que la mayoría de la gente piensa -y eso me tiene muy honrado- que la persona que más puede hacer por crear empleo en Chile soy yo. Pienso que esa una responsabilidad grande que tengo que enfrentar", ha expresado Lavín.



Según un dirigente de la Alianza este discurso no es gratuito, ya que el alcalde no sólo reconoce algo que es innegable -dice-, sino que también muestra que es capaz de sobreponerse a esta adversidad y continuar trabajando. "Eso lo hace una persona creíble", agrega el dirigente. Lo que indica que aparentemente la oposición intentará sacar dividendos de una derrota inesperada, mostrando que siempre es posible sacar algo bueno de una mala experiencia.



Agenda propia



Pero, por otra parte, está el hecho de que al interior de la Alianza hay quienes quieren apuntar a lo que han llamado la valorización de campaña presidencial. Es decir, que el centro del debate se funde en temas netamente valóricos. Allí es donde estiman que Lavín puede sacarle ventaja a la Concertación, ya que si bien la desigualdad, el desempleo y la seguridad ciudadana son materias que también importan a la gente, seguramente serán también abordados por el oficialismo, por un lado, y por el otro, ha quedado demostrado -en el resultado municipal- que a la ciudadanía parecen no importarle tanto como para definir una elección.



En cambio, dice el dirigente, ya lo demostró la reciente elección presidencial de Estados Unidos, el aspecto valórico si puede dar vuelta un resultado. Para él el triunfo de George W. Bush se debió a que forzó el debate hacia ese ámbito y lo mismo hará -dijo- Joaquín Lavín.



Algunos creen que esta idea puede tener mejor resultado si la candidata presidencial de la Concertación es, finalmente, la ex ministra de Defensa, Michelle Bachelet, pero no les parece tan buena si la abanderada del oficialismo termina siendo la ex canciller Soledad Alvear. Todo está por verse, lo único claro es que ya ha quedado demostrado que con los electores nada es tan seguro.

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