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Melero: «Es importante ver lo que ocurre con nuestros adversarios»

Tras tres semanas de debate por la propuesta de Alianza Popular, en la UDI se toman con calma lo que viene. Así lo reafirma el secretario general del partido, Patricio Melero, para quien el siguiente tema que ocupará al gremialismo -la negociación parlamentaria con RN- debe manejarse con tranquilidad.


El diputado Patricio Melero, uno de los integrantes de la mesa directiva de la UDI, también integrará la comisión que negociará con RN la plantilla parlamentaria. Si bien desde los círculos más allegados al candidato presidencial Joaquín Lavín había trascendido que éste quería que el tema estuviera cerrado en marzo, en el gremialismo los tiempos ahora serán manejados de otra forma.



Melero señala que el tema de la Alianza Popular se hizo caudal más por las interpretaciones que por los hechos. Además, sostiene que en todo este tiempo ha habido pruebas concretas de que Lavín mantiene un contacto directo con los partidos de la Alianza.



-El debate sobre la Alianza Popular parece extinguirse, ¿qué análisis le deja a la UDI la discusión en torno a esta idea?
-Se ha hecho más caudal de lo que realmente es y se ha confundido -no por nosotros, sino por la interpretación de algunos medios de comunicación- un esquema de comando de la campaña, que obviamente tiene que estar abierto y congregar personas y sensibilidades más allá de lo que es en forma específica la UDI o RN, con la idea de una suerte de refundación de la alianza, algo que nadie está pensando. Me parece que es absolutamente compatible el fortalecimiento de la UDI, la reestructuración de Renovación Nacional y el fortalecimiento de la Alianza como tal. El tema es los nombres es absolutamente secundario. Yo no tengo inconvenientes con el nombre de la Alianza Popular, pero es la alianza de siempre y creo que se ha enredado porque se ha confundido, básicamente, lo que puede ser un esquema de comando de campaña con lo que debe ser una alianza política que trasciende y va más allá de la campaña presidencial.



-Incluso se pensó que los partidos tendrían intermediarios en su comunicación con el candidato Joaquín Lavín
-Nuevamente, es un tema que no obedece a la realidad. Es cosa de ver lo que ha ocurrido en el último tiempo: Joaquín Lavín convocó a los partidos y tuvimos una reunión larga de toda una mañana, con los presidentes de los partidos, partes de las directivas de ambos, con los representantes de las bancadas de senadores y diputados, con los alcaldes. Eso fue un trato directo. Una semana después, Lavín asistió y expuso en el consejo directivo ampliado de la UDI. Entonces, los hechos demuestran que en esto ha habido más una entelequia, más una interpretación, que los hechos mismos. En estos, Joaquín Lavín se relaciona sin ningún tipo de drama directamente con los partidos y renace la situación en la que el crecimiento de la Alianza, la UDI y la reestructuración de RN son compatibles, no son excluyentes de nadie, ni tampoco demuestran la necesidad de crear superestructuras que no tienen sentido alguno.



-Sin embargo, el debate podría ser una señal de una especie de tensión entre las necesidades del candidato y las de los partidos.
-Esta elección presidencial, a diferencia de 1999 lleva aparejada la elección parlamentaria, de senadores y diputados, que es sin duda el perfilamiento de los partidos y la correlación de fuerzas en el Congreso. Obviamente, va a estar vinculada directamente a la campaña de Joaquín Lavín y, qué duda cabe, todos los que seamos candidatos parlamentarios vamos a apoyar muy fuertemente la candidatura presidencial. Pero Joaquín Lavín como candidato a la presidencia si bien tendrá como base y sustento de su accionar, la gobernabilidad de su administración, a los partidos de la Alianza, él, al igual que el año 1999, trasciende y va más allá de los partidos. Aquí no hay un interés de parte de los partidos de acaparar la conducción de la campaña presidencial, ni un interés de Joaquín Lavín de prescindir de ellos. Igual que la Concertación. Hoy día, Ricardo Lagos tiene una popularidad muy por sobre los partidos y la Concertación tiene una representación, como conglomerado político, inferior a lo que tiene el Presidente y quiénes son los precandidatos o al menos los que hoy día estamos viendo, están planteando esquemas de campaña más allá de los partidos de la Concertación. Entonces, es algo que diría muy propio y natural de cualquier campaña, en términos de establecer objetivos distintos que van a estar juntos en una misma elección.



«Conversación más que negociación»



-Ahora podría abrirse un nuevo tema, con la negociación parlamentaria intra Alianza
-A esta altura, faltando un año para las elecciones, RN formó su comisión electoral y la UDI también. Hay un plazo de tiempo -creo que debiera tomar al menos los próximos tres meses- con el objetivo de que los partidos puedan buscar los mejores candidatos, confirmar a los que van a la reelección, donde no hay un candidato hoy o una persona electa hoy día, encontrar alguna. Una vez que ambos partidos hayamos terminado eso, tenemos que entrar en una conversación, y digo conversación más que negociación porque a ambos partidos nos anima un objetivo común: lograr un acuerdo electoral que sea eficiente y ganador y el desafío está en que no puede generarse un acuerdo que tenga la connotación de una suerte de arreglín o un acuerdo para proteger candidaturas que no son viables para lograr el triunfo, como tampoco generar disputas que aparezcan demasiado confrontacionales, que distraigan incluso el objetivo político de mayor envergadura, que comprende a todo el país. Siento que hoy día que está instalado ese espíritu, porque cuando nosotros calificamos que el acuerdo debe ser ganador y eficiente, justamente buscamos no permitir ninguno de los dos extremos, ni el arreglín ni el enfrentamiento. En eso obviamente está el desafío que podamos alcanzar.



-¿A qué se refiere con candidaturas no viables?
-Que no son viables desde el punto de vista que la Concertación nos duplique, que permita que la sumatoria de ambos candidatos, como ocurre hasta el día de hoy en cuatro distritos y en una circunscripción senatorial. Además, no soy partidario de autoimponerse fechas, que si después no se cumplen quedan mal o suenan como que ha habido imposibilidad de lograr acuerdos. Es cierto que Joaquín Lavín nos ha pedido que ojalá tengamos resuelto este tema a la brevedad posible. Ese ánimo y disposición está, pero también es importante ver lo que ocurre con nuestros adversarios, quiénes son los candidatos a diputados y senadores de la Concertación, porque la paridad competitiva también es un elemento que hay que tener presente. No es lo mismo con quién se compite. Y creo que para ellos (la Concertación) también es interesante saber quiénes son los candidatos que nosotros vamos a exponer. Todo esto se tiene que ir conjugando y, por último, lo que se puede hacer perfectamente es tener resuelto el tema donde se tenga certidumbre de quiénes van a ser los otros candidatos, porque no hay tiempo que perder y obviamente en la medida que haya claridad, hay que ponerse a trabajar.



Fuertes distorsiones



-¿Hay algún análisis crítico para elegir a los futuros candidatos a la luz de los resultados de la elección municipal?
-La evidencia empírica de todas las elecciones parlamentarias y municipales que ha habido desde 1989 hasta ahora demuestra que hay distorsiones entre una elección parlamentaria y una municipal y también fuertes distorsiones con la presidencial. De manera que hay que tener mucho cuidado al momento de tomar como elemento de análisis el resultado de la municipal. Está demostrado que en muchas comunas se dieron situaciones en que salieron candidatos que no estaban dentro de ninguna de las dos alianzas, ni de la Concertación ni de la nuestra, porque se da una suerte de un voto local, de un tipo de liderazgo individual o de realidades comunales, lo que hace inconveniente tomar como elemento fundamental de análisis el resultado de la elección municipal. Esto no impide que esté presente un elemento adicional, pero no debe ser ese el parámetro que se debe tomar.



«Si uno mira cualquier elección municipal hacia atrás, se va a encontrar que la Alianza se veía superada por la Concertación y que incluso nos doblaba en votos, pero en la elección parlamentaria siguiente los candidatos nuestros pasaron a ser primeras mayorías. Así de fuertes son las distorsiones. De forma que la elección municipal hay que tomarla como un elemento más, pero sin duda no es el más gravitante».



-¿En qué etapa se encuentra el tema programático?
-Se ha estado trabajando en forma conjunta. Hace ya más de un año se constituyó el equipo de profesionales del Programa del Bicentenario. Ya hoy día son más de 400 profesionales y técnicos que han trabajado y han celebrado un conjunto muy grande de reuniones. Vamos a tener ahora una reunión, el 13 y 14 de enero, en la que se van a juntar todas estas personas, que han estado trabajando en todas las áreas de lo que debe ser una acción de gobierno.



«Ya en la anterior participaron los parlamentarios y también vamos a ir a esta, de forma tal que el programa de gobierno va a ser el resultado del aporte de los tres institutos que han estado trabajando más directamente esto, dirigidos por Juan Andrés Fontaine, que son el Instituto Libertad y Desarrollo, la Fundación Jaime Guzmán y el Instituto Libertad. De forma que haya un consenso y plena confluencia en cuál es el programa de gobierno que, sin duda, Joaquín Lavín es quien tendrá que exponerlo con más fuerza, pero va a ser el resultado de un trabajo de equipos entre los institutos y los partidos. Probablemente, ya tengamos una reunión definitiva dentro de los primeros meses del 2005, para que el programa de gobierno esté debidamente afiatado y consolidado -espero yo- no más allá del mes de abril o mayo».



-¿Cómo ve el rumbo que ha tomado el debate refundacional de RN?
-A mí me parece legítimo que RN se haya impuesto un proceso de renovación interna. Ellos lo consideran necesario, y bienvenido, porque a mí lo que me interesa es que los partidos que formamos parte de la Alianza seamos partidos fuertes, con sus estructuras y su gente comprometida y con claridad respecto al electorado que apunta. Lo peor que le puede pasar a la UDI es una Renovación Nacional en crisis o débil. Lo que queremos, muy por el contrario, es que surja como una fuerza política que ya tiene una importancia en el país y que del proceso de reestructuración interna que están haciendo salgan aún más fortalecidos. Peor sería un escenario en el cual ellos no estuvieran realizando una autocrítica y si ellos la estiman válida, la observamos con especial interés y esperamos que de ello salga un equipo de trabajo y un partido que tiene mucho que aportar a la Alianza.

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