Al cuestionamiento público del liderazgo de Sergio Díez por parte de la bancada de diputados de RN se le suma la reapertura de la discusión sobre la posibilidad de llevar dos candidatos a las elecciones de diciembre: Lavín y Piñera. Esto congeló la negociación parlamentaria entre ambas tiendas, por lo que se daría »competencia total».
La división interna de RN es una «condición natural del partido», como lo afirman sus propios militantes. Sin embargo, en el último tiempo han surgido diversos movimientos en su seno que ya no obedecen al clásico fraccionamiento entre liberales y conservadores.
La gravedad del conflicto quedó demostrada el lunes con el cuestionamiento público que realizó la bancada de diputados del partido a la directiva, encabezada por Sergio Díez, acusándolo de falta de liderazgo, baja figuración pública y falta de opinión rotunda sobre temas políticos contingentes.
Los temas que produjeron esta nueva tensión son variados, pero se pueden identificar dos, principalmente. El primero es el legitimo interés de los parlamentarios que van a la reelección de asegurarse su cupo en el Congreso. Y el segundo es la caída de Joaquín Lavín en las encuestas y el consecuente pesimismo en las filas de RN, lo que a su vez motivó el resurgimiento del movimiento pro Piñera, que quiere que el empresario se postule también a la presidencia. Así lo manifestaron ayer varios parlamentarios en la Comisión Política de Renovación.
Espina, con las manos amarradas
El senador Alberto Espina (RN), quien encabeza la negociación parlamentaria de la derecha junto con Juan Antonio Coloma, señaló que no puede sentarse a tratar los cupos con el gremialismo si es que no se sientan primero las bases del pacto. Para ello, una condición sine quanon es que RN defina su postura en relación al candidato presidencial de la Alianza. Por eso suspendió la negociación aunque igual se reunió con Coloma a «tomarse un cafecito».
«Mientras no se acallen las voces que claman por una primaria no se puede negociar», afirma Espina. Con ello, se subordina la elección parlamentaria a la presidencial, lo que obliga a una pronta definición por parte de los diputados «disidentes» de la tienda de Antonio Varas. Para definir la cuestión el senador propone realizar una Comisión Política Ampliada el próximo lunes y con un acuerdo en la mano, seguir negociando.
Para el diputado Nicolás Monckeberg, «los planteamientos que se han hecho hasta la fecha de una primera vuelta en la Alianza por Chile son absolutamente minoritarios, y no tienen ningún sustento. Sin ir más lejos, no hay ningún voluntario a ser candidato en esas condiciones, porque saben que en una primaria con Joaquín no tienen ninguna posibilidad de ganar».
Negociación parlamentaria
Una fuente de la colectividad, ligada al sector más liberal, aseguró que la actual mesa directiva no les entrega a los legisladores una seguridad en la negociación de la cartilla parlamentaria.
«Para muchos diputados y senadores su gran amenaza para salir elegidos es su compañero de lista. Mientras menos confianza tienen en sus resultados electorales más necesitan que les garanticen un cupo. ¿Quién te va a garantizar un cupo? Aquella directiva que negocie con la UDI un pacto de no agresión», explicó.
Hasta ahora Sergio Díez y el resto de la mesa no han podido entregarle garantías, por lo que quieren cambiar «al capitán del barco» y poner en su lugar a alguien más cercano al gremialismo y que sea capaz de ordenar a todos los marineros y negociar.
Uno de los postulantes al Congreso más díscolos es, a todas luces, Sebastián Piñera, quien pretende competir con Jovino Novoa (UDI) por la senaturía de Santiago Poniente. Otra de las competencias a muerte es la que sostendrán Carlos Bombal (UDI) y Lily Pérez (RN) por Santiago Oriente.
Alianza reciente
Una hipótesis que plantea un miembro del partido es que los diputados «disidentes» se aliaron con Alberto Espina y Andrés Allamand, quienes, por diferentes motivos también quieren cambiar la directiva de Renovación.
A esto se le suma el hecho de Sergio Díez -quien asumió el mando porque se lo pidió Piñera tras el «golpe de timón» de marzo del año pasado- también preparaba su salida de las pistas para entregarle la dirección a una generación más joven.
Sin embargo, según miembros de la directiva, las presiones de los parlamentarios lejos de lograr su objetivo, hicieron que «don Sergio» se afirmara más férreamente a su barco y postergara su decisión. «Él se merece renunciar al partido con dignidad», explica la misma fuente. Así las cosas, tendrá que pasar mucha agua bajo el puente antes de que se tome una decisión sobre el posible desplazamiento de la dirección de Renovación Nacional, aunque algunos se atreven a aseverar que la cuestión se dirimirá antes del 7 de mayo, día en que se realizará el Consejo General.
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