El experto en Defensa, ligado a la Democracia Cristiana y a su abanderada presidencial, es uno de los defensores más acérrimos de eliminar la Ley del Cobre ya que los políticos son los que deben, a su juicio, entregar los recursos a las FF.AA., y acota que por esta normativa, desde 1990 a la fecha, se han entregado 4.700 millones de dólares.
Cuando la precandidata falangista Soledad Alvear planteó hace unas semanas que era necesario derogar la Ley del Cobre, que entrega anualmente el 10% de las ganancias a las Fuerzas Armadas para sus compras militares, el analista de Defensa Eduardo Santos estaba feliz.
No es para menos. Si cuando la abanderada DC planteó el tema parecía que estaba hablando el propio Santos, quien ha sido crítico de esta normativa que data de los tiempos de Augusto Pinochet. Para Santos el principal error de esta normativa es que "no pasa por el Congreso, es autónoma y depende del Ministerio de Defensa, sin capacidad de análisis. Los parlamentarios son informados de los gastos, de buena gente que es el ministro".
Los chilenos, aseveró, "abdicamos, a través de nuestra obligación en el Parlamento, de estudiar, analizar y señalar cuál debiera ser nuestro gasto en defensa porque la Ley del Cobre es muy cómoda. ¿Por qué no se derogó en los últimos 15 años? Porque les conviene a ambos: a los militares que tienen una plata segura, los políticos no se meten con nosotros y compramos poco, pero algo es algo y, por otra parte, los políticos no deben defender ante sus electores el gasto de defensa".
El analista lanza inmediatamente un dato no menor si hablamos de recursos. "En los gobiernos de la Concertación, a dólares de este año, la Ley del Cobre ha dado 4.700 millones de la moneda norteamericana", una cifra bastante considerable.
Si a ello se suma que en los últimos años se han desperdiciado varios de estos millones de dólares en proyectos que no se han llevado a cabo o que fracasarán en un tiempo más, la situación no es de lo más alentadora.
"Hemos gastado 60 millones de dólares en el proyecto Rayo, 27 millones en el proyecto Tridente y 30 millones en el traslado de la base aérea a Quintero que no tiene futuro ya que presenta una serie de problemas técnicos: corrosión, ubicación, etc.", acota indignado Eduardo Santos.
Falta de control
Inmediatamente agrega que "hay un absoluta falta de control de gestión, nosotros buscamos mejorar el control de gestión de los fondos de los chilenos y la definición política de cuánto gastar que corresponde a los políticos y no a los militares".
Ejemplificó que Francia realiza compras militares, a través de programas plurianuales en los Congresos. "La gran discusión aquí es cuanta plata se necesita gastar en Defensa, cuánto queremos y necesitamos gastar. Esas preguntas deben ser respondidas a través del Parlamento".
Nadie duda, puntualiza Santos, que en unos años más la capacidad militar de nuestras Fuerzas Armadas será mayor a la que teníamos en 1990. Así los aviones F-16, los submarinos Scorpene y los tanques Leopard 2, que se negocian actualmente, serán los más modernos de Sudamérica.
Pero aún falta y ya hay una "lista de shopping" esperando en nuestras Fuerzas Armadas, precisa el analista. "Tres fragatas inglesas, que valen 270 millones de dólares; luego reemplazar los Mirage, que no tienen repuestos. Hay dos ofertas: los F-16 AB holandeses, que son 250 millones, o bien F-16 CD turcos, que no recuerdo el valor, y el Ejército que quiere una partida de tanques Leopard 2, que oscilan de 100 a 150 millones de dólares. Se deben reemplazar, además, a los tanques M- 41, que son de la Guerra de Corea, y los tanques AMX-30, que son franceses".
Realidad vecinal
Eduardo Santos, quien trabajó en la elaboración del primer Libro de la Defensa Nacional, es crítico a la hora de evaluar la labor de los gobiernos de la Concertación en materia estratégica.
"En mi opinión personal, la Concertación está absolutamente morosa en sus 15 años de gobierno, respecto de la agenda político estratégica. Si uno mira los programas de gobierno, donde proponíamos las grandes reformas, en 1990, vemos que hoy, la mayoría de ellas no se ha hecho", expresó el analista.
Entre los puntos que se encuentran en esta "agenda morosa" destacan, a juicio del experto, "la elaboración de un nuevo pensamiento político estratégica que tome en cuenta las actuales realidades vecinales y el escenario mundial actual".
-Entonces, hay una falencia absoluta en la conducción político estratégico.
-Sí, y eso significa que se debe constatar que nuestra realidad vecinal es distinta. Hoy la posibilidad de un conflicto militar con Argentina es nula, los conflictos limítrofes con ese país se acabaron. Lo único que quedaría es la Antártica, pero es un problema que deberíamos defender ambos países ante las grandes potencias.
-¿Y qué pasa con nuestros vecinos del norte?
-En el norte sigue vigente un problema histórico, donde existe una ingobernabilidad de los países vecinos y una fobia producto del conflicto del siglo XIX.
¿Qué precauciones se deben tomar?
-Modernizar nuestro dispositivo militar de acuerdo a eventuales e hipotéticos, quizás poco probables, pero reales posibilidades de algún conflicto. Todo esto se resume en un documento que se llama Apreciación Global Política Estratégica, que es un documento que prepara el Estado y en Chile está descontextualizado.
-¿Desde cuándo no se actualiza?
-El gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle fue el último que lo hizo. Ese documento debería decir cuál es el conflicto que se podría tener, probabilidades y cuál es la importancia de las operaciones de paz.
"No hay Ministerio de Defensa"
-¿Cómo califica la actuación de la materia en el gobierno de Lagos?
-La agenda político estratégica en el actual gobierno ha sido de más a menos. Durante la administración de Edmundo Pérez Yoma se llegó al mejor momento del pensamiento político estratégico y al avance de las relaciones cívico militares; con Mario Fernández se retrocedió y con Michelle Bachelet aún más.
-¿Qué más falta en Chile en materia de Defensa?
-No hay una organización superior de la defensa actualizada. En Chile no hay Ministerio de Defensa. Siempre he dicho que hay una notaría, una oficina de trámites, no hay conducción político estratégica, no hay capacidad civil de la conducción de la Defensa. Si usted va al Ministerio de Defensa, nadie tiene idea que es una fragata antiaérea o una antisubmarina o cualquier cosa técnica, salvo los militares que están allá. Falta modificar la conducción superior de la Defensa.
– ¿Y en cuánto a modernización institucional?
-La parte más fácil es la renovación de equipos, pero la única institución que hace una modernización estratégica es el Ejército, que desde 1885 no la hacía. Pero eso hay que hacerlo en las otras instituciones. No puede ser que hayan llevado la base aérea de Quintero cuando a menos de 20 kilómetros se encuentra la de Con-Cón, de los marinos. Eso es una aberración. Si a eso se suma que la base de helicópteros del Ejército está en Rancagua, en menos de 100 kilómetros tenemos tres bases aéreas. Además, se acordó que se iban hacer compras conjuntas, sin embargo, hace pocos días vi tres propuestas separadas para comprar el mismo ítem.