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Gabriel Gaspar advierte sobre Haití: «No hay operación militar sin bajas»

Subsecretario de Guerra asegura que la zona donde están los uniformados chilenos ya está en calma, pero también que queda mucho por hacer en ese país antillano. Gaspar, que estuvo allí en diciembre y volverá a fines de abril, afirma que la pobreza y la cesantía son los principales problemas.


Aunque cueste creerlo andar 200 kilómetros en Haití significa un viaje de 12 horas por caminos que son muy malos. De hecho, esa es la distancia y el tiempo que se demoran para llegar de Puerto Príncipe hasta la zona donde se encuentran los militares chilenos en Cap-Haitién.



Un gran conocedor de Haití es el subsecretario de Guerra, Gabriel Gaspar, quien ya viajó varias veces a la zona en la década del 90 y al que ahora le ha correspondido ir también en muchas oportunidades. La última de esas ocasiones fue en diciembre del año pasado, para pasar el Año Nuevo junto a las tropas chilenas allí destacadas, como parte de un contingente multinacional, y ya prepara sus maletas para partir de nuevo hacia el país antillano junto a un grupo de parlamentarios del 25 al 27 de abril próximo.



Gaspar asegura que a quien viaja por primera vez a Haití le llama, por supuesto, la atención que "el desempleo llega a la mitad de la población, hay luz sólo algunas horas del día, la infraestructura está demolida. Uno entra y es espeluznante ver el 98% del terreno desforestado porque todos los árboles fueron talados para hacerlos leña", comenta el subsecretario.



Otra cosa que impresiona es la cantidad de basura que hay en las calles. "Hay montañas de basura podrida de meses porque no hay administración, ni servicio, entonces las condiciones de salubridad son pésimas".



Polarización total

-¿Qué diferencia hay entre los viajes que hacía a Puerto Príncipe en 1990 y ahora?
-Son abismantes las diferencias sociales. Hay sectores de la capital de Haití, como el barrio Petion Ville, que no tiene nada de envidiarle a La Dehesa. Hay una polarización social muy fuerte.



-La tarea es difícil en Haití.
-Hay que hacer una reconstrucción de la nación y del estado. Es un proceso largo que como toda operación de paz tiene un componente militar en un principio. Una vez que se estabiliza la situación y se constituyen autoridades reconocidas por todos, se pasa a una etapa de esfuerzo más de seguridad y policial y de desarrollo a través de la cooperación civil.



-¿Qué se ha hecho hasta el momento?
-Se ha restaurado en lo básico la normalidad, se ha empezado un proceso de restauración política y se han programado elecciones municipales para octubre y parlamentarias y presidenciales para noviembre. Esta dura tarea la organiza el equipo de elecciones de Naciones Unidas, donde se ha conformado un consejo electoral independiente, y la Misión de Naciones Unidas para Haití (Minustah), a cargo del embajador chileno Juan Gabriel Valdés, quien representa al secretario general de la ONU en la zona.



-¿Cómo se controlarán los comicios en Haití?

-Se desarrolla un proceso de diálogo nacional que busca crear las condiciones básicas para el desarrollo de las elecciones. El proceso no es fácil por las desconfianzas de los sectores. Recién se está creando el registro electoral.



-Allá no hay policías.
– La policía se disolvió y hasta que no haya una policía haitiana eficiente es muy difícil asegurar estabilidad a menos que uno ponga tropas extranjeras.

Tema humanitario



"En Haití si no hubieran llegado las fuerzas de Naciones Unidas se habría generado una matanza y un caos gigantesco. Y después se habría instalado una zona de desgobierno y un conflicto largo que podría haber dejado miles de heridos, gran cantidad de muertos y haitianos que habrían buscado salvarse en todas las direcciones, lo que a la larga habría sido un problema de seguridad para todos los países de la región", comenta el subsecretario Gaspar.

"La idea de la intervención multinacional en Haití surge como un tema humanitario y también de seguridad porque si no hay presencia internacional puede ser un foco de conflicto, que sabemos donde comienza, pero no donde termina. Primera vez que no hay una potencia y nosotros nos hacemos cargo de nuestro barrio".



-Pero dentro de este clima de tensión, ¿no se teme, por ejemplo, la muerte de un militar chileno en algún tiroteo?
-Por supuesto y sería terrible. No hay operación militar sin bajas. Vamos a evitarlo, pero no se puede garantizar de antemano.



-Los soldados chilenos están en un lugar complicado.
-La zona en la que estamos a cargo era la parte más peligrosa, porque de allí surgieron los conflictos armados y la rebelión contra el gobierno de Aristide comenzó en ese lugar y ahora no hay ningún conflicto, los ex militares se desarmaron.



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