La también coordinadora del Latinobarómetro criticó la felicidad del oficialismo en base a sondeos flash que no tienen mayor representación y aseguró que »el impacto de las encuestas sobre la elite es una cosa absolutamente patética. Estoy muy decepcionada de la manera en que la elite se maneja con ellas».
Convencida de que la Concertación abrió un flanco gratuito a la oposición con la realización del debate entre las abanderadas del oficialismo, Marta Lagos, directora de la Consultora Mori y coordinadora del Latinbarómetro, aseguró que el encuentro tuvo más impacto en las elites que en el electorado y criticó el triunfalismo de los comandos basado en sondeos "que ningunean al país", acusándolos además de no preocuparse del costo político que significó para la coalición de gobierno esta "presentación en sociedad".
"Creo que aquí hubo un impacto negativo para el voto de la Concertación y nadie se está preocupando de cuál es el impacto de ese voto negativo porque están todos felices con encuestas hechas en Santiago con 221 casos", aseguró Lagos.
En este sentido, Marta Lagos recordó que "faltan muchos meses para la elección presidencial y por algo las elecciones se llaman elecciones. La Concertación ha gozado de un periodo de gran bonanza donde tanto el Presidente de la República como las candidatas han tenido un gran éxito, pero creo que el mejor período de ese éxito está en el pasado. Y si bien Lagos sigue teniendo éxitos espectaculares como el de la OEA, creo que no pasa lo mismo en el campo de la política".
– ¿El debate aportó en algo?
– Aporta enormemente a la discusión política. Creo que la Concertación abrió voluntariamente un flanco gratuito a la oposición en que en el marco de la lucha por el poder parece bastante poco lógico que 90 días antes de una primaria se expongan a ese nivel de críticas y, por lo demás, era evidente que así iba a ser. Es la primera vez que sucede una cosa así, entonces era evidente que esta avalancha de críticas tenía que venir y creo que eso es un costo político que ya está pagado. Ya está pagado el costo de esa "presentación en sociedad". A lo mejor es más astuto haberlo hecho lejos de la elección porque entonces de aquí para adelante se puede construir más sólidamente, pero el hito tenía que suceder en algún momento.
– ¿Si juega a favor que este debate se realice 90 días antes de la primaria, el efecto del segundo debate va a ser decisivo para las primarias o va a afectar a la candidata que salga electa?
– Creo que este debate tuvo más impacto sobre la elite que sobre el electorado, pero en definitiva lo que manda en este país es la elite no el electorado, entonces tiene impacto. Aunque impacte a poca gente, esa gente tiene mucho poder. Ahora, hay un gigantesco mal uso de las encuestas. Creo que es muy poco serio que el país siga el rumbo de los acontecimientos políticos con encuestas que están hechas en Santiago, que ningunean al país porque ignoran la existencia del resto del país y francamente con 221 entrevistas no se puede ir a ninguna parte.
"Creo que hay grandes debilidades y dicen relación en cómo se está llevando a cabo este proceso y a mi me gustaría que las mujeres pudieran enfrentar y pudieran hacerse cargo de eso. Me refiero a los dos comandos en conjunto, porque los dos han basado toda su evaluación del debate en unas encuestas hechas a un nivel que no están a la altura de desarrollo del país", añadió.
Sondeos
– Pero lo que hicieron esas encuestas flash fue mantener la tendencia.
– Eso es precisamente lo que no hay que hacer, porque esas encuestas no reflejan lo que sucedió. Esas encuestas se hicieron en Santiago, ningunean al país. Usted no puede saber lo que sucedió con 221 entrevistas que se hicieron en Santiago, no puede. Ese número al que usted se refiere no existe, no refleja el país. Por lo tanto, no tengo idea de lo que pasó con el debate porque no hay ninguna encuesta que me lo diga.
Lagos agregó que "las encuestas que salieron publicadas al día siguiente no miden el impacto del debate, no lo miden porque fueron hechas solo en Santiago o en Concepción. La encuesta tiene que ser hecha en el país si lo que se evalúa es lo que le pasa al electorado. Lo que va a suceder el 31 de julio es lo que le pasa al electorado y no lo que le pasa a los santiaguinos o a los penquistas".
– Este tipo de encuestas van a seguir haciéndose y publicándose. ¿Cuál cree usted que va a ser su impacto?
– Creo que al electorado no le afectan para nada. Creo que es la elite la que está afectada. Este debate tuvo más impacto sobre la elite que sobre el electorado, porque el electorado tiene la cabeza súper bien puesta y no se deja influenciar por una encuesta ni por los medios de comunicación, que han perdido más del 20 por ciento de su credibilidad. Entonces el electorado no le cree a los políticos, no le cree a los medios de comunicación, no le cree a lo que está dentro de los medios de comunicación. Por lo tanto, el impacto de esas encuestas en el electorado es igual a cero.
"Pero el impacto sobre la elite es una cosa patética, absolutamente patética. Estoy muy decepcionada de la manera en que la elite se maneja con las encuestas. Creo que es una enfermedad que se ha creado en este país de creerle a cualquier número, todo es válido", alegó.
Añadió que "los medios de comunicación tienen todo el derecho de publicar todas las encuestas que les de la gana porque ellos fijan agenda, pero otra cosa es que la elite se refiera a ellas coma la encuesta válida para evaluar un proceso político. Hay una gran diferencia".
Política desnutrida
A juicio de Marta Lagos, la clase política está mal encaminada sobre los fines de las encuestas: "Yo puedo pensar que mis hijos pueden pasarlo regio comiéndose una salchicha en la calle, pero yo cuando salgo a comer no voy a comer salchichas en la calle. Hay cosas que sirven para ciertos fines y los medios de comunicación producen salchichas porque vienen los jóvenes a comer y está muy bien, pero cuando me inviten a mi a comer por favor que me den un plato servido en un mantel y ojalá lo más rico posible porque si no yo no siento que me están invitando a la mesa".
"Entonces los medios de comunicación producen estas encuestas para otros fines, no para nutrir a la elite. Hasta cuándo la elite se deja nutrir con cosas que no son para ellos. Cómo se dejan alimentar con salchichas en la calle cuando ellos lo que están demandando es un restaurante con mantel largo", insistió la directora de MORI.
Insistió en que la clase política debe hacerse cargo de que "están comiéndose una salchicha en la calle, no están sentados en un restaurante de mantel largo".
En ese sentido hizo un llamado a los comandos a no ver los sondeos de esta semana como una verdad absoluta. "Los dos comandos se refieren a las encuestas como si los números cayeran del cielo, porque es la verdad absoluta. En esta cultura que tenemos que es una cultura absolutamente letrada, que está ausente de números, donde los números tienen vida propia, da la sensación de que los números son dioses. Entonces basta con que algún genio produzca cualquier número, de cualquier tipo, en cualquier lugar y ya resulta una cuestión válida. El número de por si aparece válido, aunque sea una mentira".
"Creo que no estamos condenados a la mediocridad, creo que el futuro es abierto, creo que es posible modificar las cosas y creo que la clase política tiene que empezar a trabajar con instrumentos más sólidos. Y para eso no tiene que considerar como una evaluación del debate las encuestas que salen", recomendó.
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