»Si es que los intereses de Chile son coincidentes con los de Ecuador, estaremos juntos; en este caso lo estamos, que quede eso muy en claro», afirmó el canciller ecuatoriano Francisco Carrión, contrarrestando las críticas al gobierno del Presidente Alfredo Palacio, a quien el Congreso local ha calificado de »timorato» frente a una supuesta política »expansionista» peruana.
Un taxativo canciller ecuatoriano, Francisco Carrión, salió ayer a destruir las críticas internas, por la timorata posición del gobierno de Alfredo Palacio, ante el nuevo límite marítimo peruano, aprobado recientemente por el Congreso del país del Rímac.
Carrión, aclaró ayer a los corresponsales extranjeros en Quito, Ecuador, que el país »se maneja en función de sus intereses y, en ese sentido, si es que los intereses de Chile son coincidentes con los de Ecuador, estaremos juntos, y en este caso lo estamos, que quede eso muy en claro», afirmó con fuerza.
El canciller Carrión añadió que está dispuesto a conversar con Chile sobre la nueva demarcación de fronteras marítimas aprobada por Perú, la cual derivó en un conflicto con Chile y generó preocupación en el Congreso ecuatoriano, por lo que se consideró afanes «expansionistas» de Lima.
«Si coincidimos para este tema (de límites marítimos fijados por el paralelo) con Chile, en buena hora», sentenció Carrión.
Las palabras del canciller afloran luego que el pasado martes el Poder Legislativo aprobara por mayoría una resolución en la que ratifica los límites marítimos de Ecuador, y cuestiona los «intentos expansionistas de Perú y la actitud timorata» del gobierno del presidente Palacio, frente a la nueva demarcación establecida por Lima y rechazada por Santiago.
La resolución defiende la vigencia de los tratados internacionales suscritos en 1952 y 1954, que fijan las fronteras marítimas de Ecuador, con respecto a Perú y Chile. El canciller manifestó que en el caso de Ecuador, Lima respeta el paralelo y que la posición de Quito «es muy clara: no hay diferencias limítrofes con Perú de ninguna naturaleza, terrestre o marítima».
Además de las declaraciones de Santiago de 1952 y de Lima de 1954, en el acuerdo de paz suscrito en Brasilia en octubre de 1998, que puso fin a un viejo diferendo territorial, «quedaron zanjados definitivamente todas las controversias» con Perú, anotó.
El canciller Carrión aclaró que la posición del Legislativo «no es diferente a la del gobierno», y descartó «que haya una división de opiniones», a pesar que analistas ecuatorianos consideran que los nuevos límites marítimos establecidos por Perú, en el lado con Chile, también desconocerían los tratados con Ecuador.
Convemar el lunes
Paralelamente, el diario Perú 21 informó anoche que el embajador Jorge Chávez Soto, el principal consejero en materia marítima del gobierno de Alejandro Toledo, ratificó la idea de adherir a la Convención del Mar (Convemar), una postura que apostaría por fortalecer el criterio de la línea media entre dos naciones.
Para Chávez »sería preocupante que la Comisión de Constitución no apruebe la incorporación a la Convemar, en su sesión del lunes próximo, lo que pondría en riesgo que este importante tema no quede zanjado que en este último período legislativo», informó el periódico.
Es más, Chávez Soto cree que si Perú no forma parte de este instrumento internacional, se dilata innecesariamente el inicio de la solución del diferendo marítimo con Chile. »Es importantísimo para el Perú en su controversia con Chile. ¿Cómo ampararse en la norma de la Convemar, que establece que la frontera marítima entre dos países es la línea media, si no suscribimos el acuerdo?», se preguntó.
Sin embargo, curiosamente Chávez Soto cree además que la Convemar no colisiona con la tesis de las 200 millas, como argumenta Chile. "El Perú va a ejercer soberanía en las 200 millas, no hay ningún cambio", explicó.
Sin embargo, y a pesar de los argumentos de la Cancillería, la prensa peruana considera que el Congreso peruano no respaldará la adhesión a la Convemar. El dictamen debe ser discutido en la Comisión de Constitución, que debería dar el visto bueno antes de su ratificación en el Pleno.
