Aunque su idea no cuenta con la venia de las directivas UDI y RN, el legislador insiste en la necesidad de institucionalizar la Alianza lo antes posible. A la dirigencia, en cambio, sólo le interesa proyectar una imagen de gobernabilidad a través de la acción conjunta, pero prefieren no aparecer »mezclados» con sus socios. La consigna es »juntos pero no revueltos».
Con impaciencia y algo de incertidumbre espera el senador Andrés Allamand la reunión que sostendrán las directivas de RN y la UDI el próximo lunes, en el que se discutirá la necesidad de fortalecer la alianza entre ambos partidos, formar un frente común en la fiscalización y presentar juntos proyectos alternativos a los de Gobierno cuando éstos no los satisfagan.
Aunque ello significa un avance, tomando en cuenta que durante momentos de máxima tensión -cuando Pablo Longueira y Sebastián Piñera estaban a la cabeza del gremialismo y Renovación- ambas colectividades suspendieron las reuniones de directiva y mostraban públicamente sus desavenencias, el parlamentario de la Décima Región estima que no es suficiente contar con una mayor coordinación.
"Cuando algunos dirigentes aparecen diciendo por la prensa que lo que vamos a hacer es únicamente coordinar mejor el trabajo de las directivas, bueno, eso es lo mismo que se ha hecho durante los últimos 16 años con los resultados conocidos", señaló en tono crítico antes de su intervención en el foro empresarial Icare, realizado este jueves en Casa Piedra.
Allamand -quien fue candidato único en su región en las últimas elecciones- siempre ha abogado por una mayor cercanía entre las tiendas de la oposición que les permita actuar en bloque y dejar de ser percibidos como dos entes en constante choque. Ello, junto a la propuesta de institucionalizar el pacto, forma parte de su proyecto denominado "Alianza Popular".
Pisar el acelerador a fondo
Pese a que tras la segunda vuelta de los comicios presidenciales, los dirigentes de los dos partidos aseguran que se limaron asperezas y que se rompieron las desconfianzas, el autor de "La travesía del desierto" opina que "no existe ninguna convergencia, no existe un programa político común, no existe una estrategia común acordada, hay a lo más contactos de coordinación esporádicos y eso, en la práctica, se transforma en un lastre muy pesado a la hora de ganar las elecciones y acceder a la presidencia".
Es por eso que Allamand busca acelerar el proceso de acercamiento que pretenden llevar a cabo RN y la UDI. "El gran desafío político que tiene la Alianza en 2006 es empezar desde ya a operar como una alianza política y no como una mera alianza electoral", dijo. Agregó que este gobierno dura 48 meses y que la oposición no puede darse el lujo de perder un año entero en una discusión como ésta.
Una visión muy distinta tienen las actuales directivas de las colectividades de centroderecha, que pretenden efectuar gradualmente el "fortalecimiento de la Alianza" acordado en los cónclaves respectivos realizados en marzo. Además, la denominada "Alianza Popular" despierta suspicacias porque, estiman, podría generar una nebulosa que impida distinguir bien el proyecto de cada partido y confundirlo.
"La fusión es algo que no ha estado en carpeta ni en las discusiones de nadie. Es un tema que ni siquiera ha sido planteado. Yo optaría más bien por fortalecer ambos partidos, ya que tenemos mensajes y estilos distintos", señaló el timonel gremialista, Jovino Novoa.
Lo mismo opinó el secretario general de RN, Cristián Monckeberg, quien cree que "hay que avanzar paulatinamente, mantener las identidades de los partidos, que es absolutamente necesario para que la Alianza crezca y no se encierre".
Y es que, en definitiva, a los máximos dirigentes de RN y la UDI no les interesa crear organismos suprapartidarios ni amarrarse a pactos difíciles de cumplir. Lo único que quieren es ser percibidos como dos partidos unidos, que den garantías de gobernabilidad al electorado.
Juntos pero no revueltos
En los dos partidos existen reticencias a ser percibidos como un solo frente político, porque se cree que ello puede mermar los nichos propios de cada uno. Ya varios miembros de la directiva de la tienda de Antonio Varas han expresado su desacuerdo con el proyecto de Alianza Popular por miedo a que su cercanía con la UDI les impida penetrar en el electorado de centro y, por tanto, no los deje capitalizar los votos extrapartidarios obtenidos por Piñera en la última elección.
"No creo para nada que esto signifique una fuga de la votación de Sebastián Piñera, al revés. Creo que lo que realmente necesita la centroderecha es un paraguas más amplio, que vaya más allá de los actuales partidos. Que incorpore a los independientes, a la gente que se sintió identificada en la campaña de Sebastián Piñera", señaló Andrés Allamand.
El senador RN -quien se reunió la semana pasada con su par de la UDI, Pablo Longueira, para discutir el asunto- añadió que "es absurdo decir que avanzar hacia la Alianza Popular afecta la identidad de los partidos, es exactamente al revés. La identidad de los partidos se fortalece cuando ellos son capaces de converger en una instancia política superior, más amplia, con más convocatoria y que, en definitiva, capte a más personas".
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