Entre los nombrados hay varios que ya han representado a nuestro país en el exterior como Enrique Krauss, quien de España va a Ecuador; y Mariano Fernández, que estuvo en Londres y ahora pasa a Washington. Las mujeres son pocas: Pilar Armanet, en Francia, y Carolina Rossetti, en Suiza; e incluso se señala que dos consejeras podrían pasar a ser embajadoras.
Difícil le ha resultado a la Presidenta Michelle Bachelet su compromiso de hacer un gobierno paritario y que "nadie se repetiría el plato" a la hora de elegir a los altos cargos del gobierno, por lo menos en el campo de los embajadores, ya que son pocas las mujeres que hasta ahora ha podido designar como representantes diplomáticas e incluso varios de los miembros del servicio exterior ya habían ocupado cargos similares, pero en otro país.
Algunas fuentes ligadas al diseño y ejecución de la política exterior han encontrado correctos, sin embargo, los nombramientos, pero calificaron de "sorprendentes" las designaciones del ex senador Gabriel Valdés Subercaseaux, en Italia y del ex embajador en Madrid, Enrique Krauss, en Ecuador. Este último es un claro caso de repetición del plato, pero en otra nación.
Trascendió al mismo tiempo que en Francia, una de las embajadas más codiciadas, fue nominada la ex jefa de la división de Educación Superior del Mineduc, Pilar Armanet (PPD), en tanto la periodista y ex agregada de prensa en París, Carolina Rossetti (PS), sería la representante de Chile en Suiza, y a Alemania iría la ex ministra de Educación de la etapa final del gobierno de Ricardo Lagos, Marigen Hornkohl (DC).
En la República Popular China sería nombrado, a su vez, el periodista Fernando Reyes Matta, un hombre muy cercano a Lagos, mientras que el actual embajador en ese país, Pablo Cabrera, se trasladaría a El Vaticano y Mariano Fernández (DC), quien está al frente de la legación diplomática en Gran Bretaña, cambiaría su domicilio desde Londres a Washington.
En España, por su parte, fue nombrado embajador el ex vocero de Gobierno, Osvaldo Puccio. En Suecia, el diplomático de carrera Ovid Haracich, que hasta ahora era embajador en Jordania. En tanto, en los países del este y del centro de Europa sí aparecen rostros nuevos en este ámbito como los de Carlos Parker (PS), en Rumania; el ex director de la revista Hoy Marcelo Rozas (DC), en la República Checa; y el ex subsecretario de Aviación, Carlos Parra (PRSD), en Hungría.
En el entorno vecinal más cercano los nombres también ya están claros: Luis Maira sigue al frente de la embajada en Argentina; Cristián Barros, ex subsecretario de Relaciones Exteriores, va a Perú; y Eduardo Araya, ex director de Protocolo, a Uruguay.
Persiste la incógnita sobre Brasil, donde suena con fuerza el nombre de un candidato socialista con excelentes vínculos con la cúpula del PT y la intelectualidad y la sociedad civil brasileña, pero se sabe que hay fuertes presiones de parte del senador Eduardo Frei Ruiz Tagle para mantener en el cargo a Demetrio Infante, a quien está unido por lazos familiares.
En la mayoría de los casos, las designaciones ya están a firme, pero no se han oficializado aún, porque se espera el agreement de los respectivos países para difundirlas.
¿Consejeras como embajadoras?
En otro orden de cosas, se supo que fuentes diplomáticas están "preocupadas" por los nombramientos de embajadores, ya que ha existido una mayor inclinación por los "políticos", a la hora de las decisiones trascendentales, y cuando Michelle Bachelet era candidata habría hecho saber que intentaría tener, por lo menos, un 60% de representantes de carrera en los más altos cargos de la Cancillería.
Otro problema es que frente a la escasez de candidatas potenciales para nombrar como embajadoras de carrera (sólo existe actualmente una ministra consejera -el paso previo al cargo de embajador- que es Cecilia Gallardo, quien es cónsul general en Sao Paulo), se estaría optando por la posibilidad de que consejeras -es decir, funcionarias que están un peldaño abajo del escalón superior, que es el de ministro consejero- sean electas para representar a Chile en el exterior.
Esto no es visto con buenos ojos por algunos sectores diplomáticos ya que, en su opinión, "se rompe con la carrera por buscar la paridad cuando lo importante es la calidad. Es como si en las Fuerzas Armadas un comandante fuese ascendido a general", ejemplifican.
Por otro lado, existía la esperanza, en muchos ámbitos de la Cancillería, de que con la anunciada modernización del Ministerio de Relaciones Exteriores se iba a aplicar la idea de que los embajadores sólo puedan cumplir un máximo de dos periodos como representantes del Presidente de la República en el exterior (de cuatro años cada uno) más dos años en Chile en el medio de dichas destinaciones, es decir, 10 años en total, para evitar «eternizaciones» en el cargo y que haya, por lo tanto, tiraje en la chimenea.
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