Con 28 años, es el director de servicio más joven del gobierno de Bachelet. El responsable del Injuv, Juan Eduardo Faúndez, respalda la inscripción electoral automática y avanzar hacia una mayor voluntariedad del servicio militar, pero con la misma fuerza se opone a la posibilidad de que el organismo a su cargo pase a depender del futuro Ministerio de Seguridad Pública.
A sus 28 años se transformó en el director de servicios más joven del gobierno de Michelle Bachelet. Se trata del sociólogo Juan Eduardo Faúndez, ex consultor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y otrora presidente de la juventud del PPD, que hace menos de un mes se hizo cargo del Instituto Nacional de la Juventud (Injuv).
Como buen representante de la juventud, tiene todas las ganas y fuerzas para hacer las cosas bien y cambiar la cara de la entidad.
Afirma que uno de sus objetivos es lograr que los chilenos de entre 15 y 29 años, "que representan prácticamente el 24% de la población del país, sientan que tienen un Estado acogedor y que les entrega las herramientas necesarias para que sus sueños, anhelos y metas se puedan cumplir".
Faúndez añade que para ello el Injuv debe coordinar y estipular la generación de nuevos parámetros para la política pública juvenil en Chile. «Creemos que los jóvenes en Chile están esperando un Estado más inclusivo, más acogedor y que dé las herramientas necesarias para que este grupo se pueda desarrollar. Mi meta es que los jóvenes en Chile se identifiquen con el Estado y con el servicio que está para trabajar con ellos, que es esta entidad", señala.
Oportunidades laborales
Destaca que en el primer mes de gobierno, ya "se comprometió el subsidio a los contratos juveniles, donde para aquellos que acceden al primer empleo y que tienen dificultades, el Estado se compromete a entregarles un subsidio de un 50% y un bono de capacitación. Esta iniciativa apela a que a los jóvenes le den oportunidades y que la Presidenta Michelle Bachelet está interesada en el tema juvenil".
Expresa que también se está viendo la posibilidad de trabajar con el Ministerio de Economía para ver si los jóvenes que tienen buenas ideas, pero no cuenta con capital suficiente, se les pueden entregar aportes para financiar sus proyectos o iniciativas.
-Los jóvenes siempre alegan por el Servicio Militar, y ahora se señala que el objetivo es hacerlo cada vez más profesional. ¿Cuál es su opinión al respecto?
– El Servicio Militar profesional apela cada vez más a la voluntariedad. Son 16 mil los conscriptos, y un 75% de ellos son voluntarios y, entre las medidas anunciadas por el gobierno, se destaca el aumento de salario para ellos. Sin embargo, nosotros apelamos a que se le den más herramientas a los jóvenes que sirven a la Patria, ya que la ciudadanía debe retribuirles con capacitación, formación y que cuando salgan no sólo su conocimiento les sirva para trabajar como guardia de seguridad, sino que tengan una mayor gama de oportunidades. Además, hay que destacar que este año hay mil mujeres que pueden ser conscriptos, lo que significa que se deben readecuar los regimientos para ello.
-Si el Servicio Militar es profesional, ¿qué pasa con la objeción de conciencia?
– Estamos viendo distintos modelos. Por ejemplo, en Alemania, donde se apela al servicio social voluntario, en el que al joven que por temas valóricos, morales y religiosos, o simplemente éticos, considera inadecuado efectuar el Servicio Militar, se le pueda brindar la oportunidad de entregar parte de su tiempo a la Patria como, por ejemplo, a través de un servicio social.
Inscripción automática
-¿Qué opina de la idea de que el Injuv dependa del futuro Ministerio de Seguridad Pública?
– Ese fue el resultado de una comisión del Senado donde se plantea ello y a nosotros nos parece inadecuado una formulación de esas características, ya que el joven no puede ser encasillado como problema. Como director, señalo que estoy en desacuerdo con ello.
-El año pasado el Injuv no estuvo exento de polémica, con los afiches que llamaban a la inscripción en los registros electorales en un lenguaje propio de los jóvenes. ¿Usted está de acuerdo con la inscripción automática?
– La Presidenta Michelle Bachelet, en una de sus 36 medidas, señala la necesidad de instaurar lo que es la inscripción automática. Estoy completamente interesado en que esa iniciativa pueda ver la luz en el Parlamento, en el entendido de que los jóvenes somos sujetos cívicos, ciudadanos, donde la expresión del voto nos permite manifestar el sueño de país que todos queremos.
-¿Cree que el Parlamento la aprobará?
-Esa es una discusión que debe dar el Parlamento, ya que es importante la discusión del tema si pensamos que más de dos millones y medio de jóvenes no se han inscrito y, así, puedan participar en el proceso electoral.
– Pero la derecha se ha opuesto a esta medida.
– Esto tiene que ser una visión de país. Cuando somos un cuarto de la población, tenemos mucho que decir. Creemos que la clase política, de manera transversal, se ha dado cuenta que los jóvenes en Chile tienen mucho que decir y, por tanto, nosotros apelamos a la conciencia cívica y ciudadana de los parlamentarios de ser reales interpretadores de los anhelos y sueños de los jóvenes. Creo que será una discusión enriquecedora, sí o sí, como hace mucho tiempo no se ha dado, tendremos un Parlamento preocupado de las políticas públicas juveniles y no sólo de buscar a los jóvenes en época electoral. Queremos que los jóvenes estén presentes los 365 días al año porque hay mucho por hacer.
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