Director de Benchmark asegura que el gremialismo no abandonará la definición de »partido popular», sino que se ampliará a otros sectores, entre ellos, la clase media. En todo caso, indica que la forma de llegar a todos los segmentos no pasa por definirse como un partido de centro, como la DC o RN, pues a su juicio se trata de una fórmula que está manoseada y »no ha sido exitosa».
Tal como señaló Joaquín Lavín al finalizar su segunda campaña presidencial, en el sentido de que la UDI "logró una meta importante, que es conquistar el mundo popular, y ahora tiene que ponerse una segunda meta: conquistar el corazón de la clase media", hoy día ese partido inicia una etapa para ampliarse a otros estratos.
Según Gonzalo Müller, quien está a cargo de la comisión de temas programáticos y participación ciudadana de la tienda gremialista, instancia que entregará sus resultados este lunes, la idea es precisamente ampliar el campo de acción y no limitarse al sector popular.
En opinión del director de la encuestadora Benchmark y de Ciencia Política y Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo, la clave está en no autoimponerse límites, sino que en enfocarse en temas que interpreten a todos.
Asimismo, asegura que la idea de antaño de redefinir la UDI como un partido de centro dirigido a la clase media está obsoleta, y que en la actualidad nadie está dispuesto a copiarle el modelo a la Democracia Cristiana (DC) o Renovación Nacional (RN), que, por lo demás, "no ha sido exitoso".
Mayor amplitud
-¿Hoy día la UDI inicia un giro hacia la clase media?
– Hoy día el gran desafío de la UDI no es satisfacer las necesidades de la clase media, sino que interpretar a todo el país y lograr tener un discurso donde todos se sientan parte, todos se sientan integrados. Éste no es un giro hacia la clase media, eso es un error. Además, nosotros no hablamos de clases, porque los problemas son transversales a toda la sociedad. Hoy día la sociedad ya no funciona en clases porque hay muchos elementos que la cruzan verticalmente. Por ejemplo, el alza de los impuestos los afecta a todos. Sería un error enfocarse en ellos, porque la UDI no tiene como objetivo satisfacer las necesidades de una clase específica.
-Pero sí tienen un nicho. Ustedes se definen a sí mismos como un partido popular.
-La UDI tiene una definición de la sociedad y una visión del país que es integral. Cuando la UDI se define como un partido popular, de base, es como cuando la iglesia (Católica) dice que tiene una opción preferente por los más pobres. ¿Se olvida la iglesia del resto? No, no se olvida, pero tiene una opción preferente por los más necesitados. En ese mismo sentido, la UDI se definía como un partido popular, pero sin excluir a las otras clases.
– Pero a algún segmento específico tienen que apuntar. Al final están vendiendo un producto.
-Si miras la votación de los parlamentarios de la UDI, que es cómo se mide la adhesión, se puede apreciar que no es verdad que le vaya mejor en los sectores populares que en la clase media. Les va igual, hay un desarrollo integral. Lo mismo con los alcaldes, que no sólo están en los sectores populares sino que también en comunas de clase media.
Redefinición de lo popular
-Entonces ¿cuál es el cambio que está en camino?
– Hay un cambio en términos de la inspiración de un partido que hoy día debe tener un discurso integrador de la sociedad, versus la lucha de clase.
-Pero eso no es lo que decía el documento que entregó Hernán Larraín en el Consejo Directivo Ampliado
-Hernán Larraín tiene razón en el diagnóstico… (deja entrever que no acertó en la solución). Pero él participó en mi comisión y coincidimos en que no es que la UDI abandone la definición de popular por la de clase media, sino que este cambio pasa por la redefinición de lo que es ser un partido popular, que no está enfocado sólo en las poblaciones, sino que también está dirigido a los profesionales de bajos ingresos, a los no profesionales, a los técnicos poco calificados. Hay una redefinición de lo popular, donde se entiende por popular no sólo a los pobladores y a los más pobres, sino que a un grupo más amplio de personas.
-¿Y eso va a ir acompañado por un cambio más visible como, por ejemplo, en el slogan?
-Probablemente. Pero que quede claro que la UDI ahora no va a ser el partido de la clase media. Eso es un simplismo y un error.
Discurso manoseado
-¿Y qué pasa con el documento de los alcaldes Gonzalo Cornejo y Carolina Plaza? Ellos plantearon la idea de definir la UDI como un partido de centro dirigido a la clase media.
-No tiene sentido definirse como un partido de centro y de clase media, pensando que así se va a interpretar a la gente que hoy día no se identifica con la UDI. Renovación Nacional se ha definido así en los últimos 10 años y no ha obtenido grandes resultados. Además, ya hay partidos que se definen de centro y de clase media, como la Democracia Cristiana, por lo que chocaríamos en ese segmento. Yo pienso que sería un error definirnos igual que RN y que la DC, porque no es un modelo exitoso y es un discurso que ya está bastante manoseado.
-Entonces, ¿cuál va a ser la diferencia entre la UDI y los demás partidos?
-Yo creo que lo que viene hacia delante en términos de liderazgo y de construcción de los partidos pasa por marcar las diferencias, no las similitudes. Por eso es la agonía de la DC y el auge del PPD y el PS, los que sí tienen una agenda valórica clara.
Los valores inciden al final en las políticas públicas que se implementan. Por ejemplo, en la escala de persona-Estado, la UDI siempre se va a inclinar por las personas; en la escala de mayor intervención-mayor libertad, la UDI siempre va a optar por la última. La escala de clase alta-clase media-sectores populares ya se agotó, ya no significa mucho, porque hoy día todo el mundo se define de clase media, pero se comporta de forma muy distinta.
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