Entender a los estudiantes secundarios no es tarea fácil. Lo primero que se ha hecho al tratar de comprenderlos y analizarlos es decir que funcionan bajo la lógica de los partidos políticos, pero ello no corresponde a la realidad, ya que ni siquiera el Partido Comunista, con figuras emblemáticas de por medio, ha podido controlar el destino de la movilización.
Cada decisión que adoptan los estudiantes en sus asambleas pasa luego a un comité político que posteriormente es el que instruye a los voceros respecto a cómo se debe dar a conocer la postura de ésta al gobierno y la opinión pública. El proceso demora horas y, sin duda, tiene irritados a los funcionarios de La Moneda y el Ministerio de Educación (Mineduc), que quisieran un proceso de retroalimentación mucho más rápido para terminar con el conflicto.
Por ejemplo, este jueves en el Instituto Nacional se reunirán para analizar los cupos que les asignó la Presidenta en el Consejo Asesor en materias educacionales y recién ahí se pronunciarán sobre su conformidad con el planteamiento; de lo contrario, continuarán con la toma de establecimientos, un proceso que ya está por completar tres semanas desde sus inicios.
Pero el método que usan para tomar decisiones no es lo único que ha retrasado la posibilidad de llegar a consensos más rápidos. También lo ha sido la progresiva y masiva incorporación de colegios tanto de la Región Metropolitana, como del resto de las regiones. Hecho que ha motivado que las asambleas sean mucho más extensas debido a su masividad, y por lo tanto el llegar a acuerdos se ha convertido asimismo en algo más complejo, donde hay que compatibilizar muchas voluntades.
En crecimiento permanente
En general los alumnos del resto del territorio nacional que se han ido sumando, están más «descansados» que los de Santiago y como no han estado en las discusiones, suman nuevos planteamientos a las demandas que ya estaban sobre la mesa y exigen opinar sobre temas que ya han sido discutidos con anterioridad, lo que ha incidido en que el movimiento secundario se radicalice cada vez más.
Efectivamente, el arribo de colegios de regiones he ha transformado en un elemento gravitante, ya que la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), que no tenía más de 35 centros de alumnos adheridos a comienzos de año, ya sobrepasa los 300, e incluso, según sea el dirigente consultado, llegan a 500, lo que complejiza hasta grados extremos la toma de decisiones, que por lo demás, buscan que todos sean representados debidamente.
Además, el engrosamiento o «estirí²n» de sus filas los obligó el pasado fin de semana a rebautizar la organización por el de Asamblea Nacional de Estudiantes Secundarios.
"Obviamente que todos el mundo tiene diferentes posturas y éstas se llevan a pelear a la asamblea (zonal) y después a la asamblea nacional y después de ahí se saca la conclusión", comenta María Huerta, alumna del Insuco II y encargada del Comité Político.
Transversalidad a toda prueba
Por ello tratar de comprenderlos bajo la lógica del funcionamiento de los partidos políticos es algo inútil, ya que éstos en general no tenían una preocupación especial por este segmento de jóvenes, al momento del estallido social. De hecho, ninguno de ellos contaba con sólidas orgánicas, ni con sus clásicas "maquinarias" partidarias, en el movimiento de secundarios, pese a que algunos líderes de este sector tenían militancia en partidos de la Concertación e incluso de la Alianza.
"En un principio todos llegamos al acuerdo tácito de que había que dejar de lado nuestras opciones personales, políticamente hablando, y actuar en pro de un movimiento, y en especial, en representación del alumnado".
"Con el tiempo obviamente a los periodistas les interesó saber cuál era nuestra opción política y al darse cuenta de una diversidad tal, en la que había desde comunistas hasta gente de derecha, obviamente eso sorprendió, y en especial el caso de que nosotros como centros de alumnos de centro derecha tuviéramos una postura contraria frente a la LOCE y la Jornada Escolar Completa", dice Julio Isamit, dirigente y simpatizante de RN en el Instituto Nacional.
Asimismo, adelanta que para esta jornada, la Asamblea será más "conciliadora" a la hora de analizar la conformación del Consejo Asesor Presidencial, en la que quedaron con el 18% de representación -según calcularon- lo que está muy lejos del "50% más uno" que pedían a Michelle Bachelet.
"(Sabemos que en la instancia no se votará) por eso ya no estamos exigiendo el "50 más uno", sino que la Asamblea tendrá una postura más conciliadora mañana (por hoy)", indica.
La influencia de las JJ.CC
En términos políticos los únicos realmente organizados al interior de este segmento, son los estudiantes pertenecientes a las Juventudes Comunistas (JJ.CC), única organización política con cierta coherencia y capacidad de organización en la Asamblea, pero a pesar de esto tampoco han sido capaces de "controlar" el movimiento como quisieran.
En la "Jota" existiría la visión de terminar con el conflicto, pues se estima que el movimiento ya ha conseguido importantes logros, pero su postura no ha sido la que ha primado en las asambleas, lo que es totalmente contradictorio con la creencia popular: que los comunistas son los que están por extender el conflicto innecesariamente. Aunque el presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, se encarga de aclarar que la política de la colectividad de la hoz y el martillo es respetar la autonomía del movimiento.
"La juventud comunista está muy metida. Yo creo que nuestra juventud es bastante extensa en el campo de los secundarios, pero no somos hegemónicos, yo creo que no hay ninguna fuerza hegemónica en el movimiento. Nosotros podemos tener una buena inserción, influencia, pero no hemos querido buscar hegemonía. Lo que nos importa es que se ha producido una convergencia de todos los estudiantes, de todos los colores políticos y de otros que no saben nada de política", dijo a El Mostrador.cl.
Sin embargo, Teillier señala que, independientemente de lo anterior y de la autonomía de las JJ.CC en su toma de decisiones, éstas consultan a la directiva del partido sobre los temas macro y en relación a cómo seguir adelante.
"Indudablemente que a nivel político macro del tema discutimos, no nos metemos en las cosas más pequeñas de lo que hacen en los colegios. Pero nosotros orientamos, como lo hicimos en el Teatro Caupolicán", explica el dirigente, quien mantiene en reserva por ahora si una de las voceras del la Asamblea, María Jesús Sanhueza, pertenece o no de verdad a sus filas.
La disidencia
Lo cierto es que hasta ahora, y pese a lo que algunos desean con bastante vehemencia, el movimiento no se ha quebrado y sólo se han escuchado voces disidentes muy focalizadas, como el caso del secretario general del Centro de Alumnos del Liceo José Victorino Lastarria, Esteban Lizana.
El dirigente cuestionó duramente a los voceros de la Asamblea, los que no estarían dando a conocer realmente a la comunidad y el gobierno las resoluciones que se están adoptando por los secundarios e insiste en la politización de la organización.
"Nosotros decimos una cosa y después los voceros salen diciendo otra en una conferencia de prensa. Creemos que ellos están tomando decisiones propias y no se está consultando a la masa. Están violando un principio fundamental de la democracia", manifestó.
Sin embargo, según la encargada del Comité Político, María Huerta, Lizana está desinformado y tratarán su caso en el encuentro que se realizará este jueves en el Instituto Nacional.
"Es un tema que hay que analizarlo con él, porque no se ha informado, no ha ido a las últimas asambleas, entonces, este debe ser un tema de descoordinación de su liceo", explica.
"Además su cuestionamiento me parece nefasto, siendo que el mismo aprobó la orgánica cuando entró a la Asamblea, nosotros no obligamos a nadie a entrar a la organización, todos las personas que ingresaron sabían cuáles eran las reglas del juego. Si él no quiere ser de la asamblea no hay ningún problema", remarca.
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