Organismo concluyó informe en que alerta del dramático cambio que está sufriendo el concepto de »universidad». Además, da cuenta de las dificultades que afectan a los planteles tradicionales. Una de ellas se relaciona con la débil estrategia de desarrollo institucional que presentan. Pero también critican falta de investigación y »defectuosa gestión de la docencia».
Después de cerca de un año de trabajo, entre abril de 2005 y marzo de 2006, el Consejo Superior de Educación (CSE) identificó los principales de gestión que afectan a las universidades del Consejo de Rectores. La muestra seleccionada para la investigación incluyó a las trece casas de estudios que participaron en el plan piloto del proceso de acreditación institucional voluntaria llevada a cabo por la Comisión Nacional de Acreditación (CNAP).
En el estudio, realizado por el experto Raúl Atria, se pone de manifiesto que en el contexto en el que se desenvuelve la educación superior existen "rasgos que representan cambios profundos y probablemente irreversibles", como: la expansión de la matrícula; la creciente diversificación de las instituciones, niveles de formación y programas académicos; una generalizada reducción del gasto público sumada a una sostenida privatización, y una acelerada trasnacionalización de los profesores, promovida por la globalización.
"Como resultado de estos cambios, el concepto mismo de "universidad" está también experimentando una transformación probablemente irreversible. La clásica trilogía funcional docencia, investigación y extensión está siendo cada vez más afectada en la producción de conocimiento y en el proceso de formación de estudiantes, de manera que surgen cada vez más dudas acerca de su utilidad real", advierte el estudio.
Ranking de problemáticas
Tras realizar el análisis de los datos, el CSE elaboro un ránking con las principales problemáticas de gestión que presentan las llamadas universidades tradicionales.
La primera dice relación con la debilidad de la estrategia de desarrollo institucional de los planteles, que podría tener dos orígenes: la fragilidad de la difusión de la estrategia en el conjunto de la comunidad universitaria; o una deficiente formulación de las estrategia en términos de su falta de concreción en metas, plazos, indicadores de resultados y responsables institucionales, plantea la investigación.
De igual forma, se detectan falencias en el campo de la investigación y de la vinculación con el medio. El CSE estima que hay un grupo relativamente reducido de instituciones donde la primera tiene "un peso de cierta densidad en la estructura institucional, lo cual estaría indicando que la gestión en el grueso de la muestra de las instituciones es débil, porque (el nivel de) la investigación es así".
También se advirtieron falencias en todos los niveles de docencia. "La aparición de este tópico en el tercer orden de importancia debiera llamar a la reflexión porque ello indicaría modelos ineficientes en un aspecto sustancial de la universidad, como es las docencia de pre y postgrado", indica el Consejo.
Las otras problemáticas están vinculadas a la gestión respecto de los recursos humanos, lo que va en directa relación con el reclutamiento, evaluación, jerarquización, perfeccionamiento, renovación, desvinculación en las plantas académicas de las universidades; como también los problemas asociados con el diseño de la estructura organizacional adecuada para la gestión institucional.
"Respecto de las áreas problemáticas que están entre las cinco primeras del ranking, es posible adelantar una interpretación relativamente razonable, en el sentido de que todas ellas apuntan a procesos de maduración lenta", explica la investigación del CSE.
Gestión económica
La única universidad que se anota problemas de gestión económica, con mayor énfasis que el resto, es la de Santiago de Chile (USACH), aunque todas presentan algún tipo de observación.
Por ejemplo, en todas las casas de estudios se advierte que hay un manejo desigual en la distribución interna de los recursos, lo que resulta particularmente notorio en algunos planteles que «como producto de las políticas de autofinanciamiento, han usado un estrategia muy eficaz para generar recursos externos».
Sin embargo, esta modalidad plantea «problemas en cómo se redistribuye y se maneja el desigual reparto interno de los recursos, cómo se ha de ponderar la productividad en la venta de servicios que tienen algunos equipos académicos frente a la incapacidad de otros por razones muchas veces no directamente bajo su responsabilidad».
"Desde la perspectiva institucional, parece haber una tensión permanente entre la tendencia a la apropiación empresarial de la universidad frente a su apropiación académica, como criterio para inspirar la toma de decisiones más cruciales en la institución. El asunto es cómo se logra la combinación de esas dos lógicas y, al respecto, es frecuente que las universidades oscilen entre una y otra, sin articular bien estas dos formas de empowerment (empoderamiento)", explica el Consejo.
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Vea además:
Vea el estudio completo del Consejo Superior de Educación (CSE)
