Romy Schmidt: ‘Espero llegar a un buen entendimiento y recuperar Londres 38’

Romy Schmidt Crnosija

Empeñada en recuperar el ex centro de torturas de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) de Londres 38 (hoy 40), declarado Monumento Nacional en 2005, se encuentra la ministra de Bienes Nacionales y abogada, Romy Schmidt Crnosija (PPD), luego de que su actual dueño, el Instituto O’Higginiano, intentará rematarlo en marzo de este año.



Schmidt, quien es esposa del presidente de la Cámara de Diputados, Antonio Leal, dice que esta negociación se enmarca de un plan mayor de la recuperación de la memoria en materia de derechos humanos, cuyo diseño espera terminar este año.



Se trata de una iniciativa con la que se intenta que la mayor parte de los inmuebles, donde se cometieron crímenes de lesa humanidad, tengan un expresión artística que recuerde ese hecho.



En esa línea, adelanta que ya tienen los terrenos para construir el museo de la Fundación Villa Grimaldi, obtenido a través de una permuta con un privado.



La nueva ministra es experta en materias antidiscriminatorias y participa constantemente en los talleres sobre esta materia en la Fundación Chile 21. Anteriormente, fue fiscal del Fondo Nacional de la Discapacidad y se desempeñó en la división jurídica del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam).



La batalla de calle Londres



-¿En qué situación se encuentran las gestiones para recuperar el ex centro de torturas de Londres 38?

-El inmueble era del Partido Socialista, durante la dictadura se expropió y se hizo un traspaso a título gratuito al Instituto O’Higginiano, acción que no ha habido forma de echarla abajo, porque fue legal dentro de las facultades que tenía el ministerio en ese entonces. El Instituto quiere dejar esta casa por distintas razones y nosotros queremos recuperarla porque nos parece que es parte de la historia de este país.



-¿Ha sido una negociación muy complicada para adquirir el edificio? ¿Es gente muy cerrada la del Instituto?

-Sí, ha sido un poco difícil adquirirlo, estamos trabajando con ellos en alguna posibilidad de permuta, pero no ha sido fácil el trato, van y vienen las ofertas, las dificultades. El punto es que nosotros estamos interesados y ellos interesados en vender. Ahí veremos si hacemos o no hacemos negocio.



Ahora, hay que entender que la mayoría de ellos, no sé si la totalidad, pero la mayoría de sus integrantes son uniformados, ligados fuertemente al régimen de Pinochet y tienen una lógica distinta a las de los civiles, que hace más engorrosa la conversación.



-¿Qué piden: dinero o un inmueble a cambio?

-Lo que pasa es que para el Estado es difícil tener la plata para comprar el edificio, son muchos millones de pesos. Hay que recordar que se quería rematar en 260 millones aproximadamente, pero no hubo interesados, así que a partir de ese hecho conversamos posteriormente sobre la posibilidad de una permuta y seguimos en ello. Ha costado llegar a un entendimiento, sin embargo, queremos recuperar el inmueble de todas formas.



-¿Es posible que la permuta se concrete este año?

-Estamos avanzando, aquí lamentablemente no hay un plazo cierto porque depende de la voluntad de las partes. La voluntad nuestra de avanzar está y la del instituto también, lo que ha sido difícil es llegar a un buen negocio, porque la posibilidad para nosotros es a través de una permuta y eso tiene complicaciones: tienes que buscar dos inmuebles de tasaciones similares, y además, hay que recordar que ellos quieren seguir funcionando donde se vayan.



Espero llegar a un buen entendimiento y recuperar al fin Londres 38, hay muchas gente interesada en ello, hay parlamentarios que están apoyando esto, así que habiendo tantas voluntades cómo no va a resultar.



Es importante recordar que todos estos esfuerzos son partes de uno mayor con el que buscamos promover la recuperación de la memoria histórica en materia de derechos humanos.



Recuperación de inmuebles



-¿En qué consiste esa iniciativa?

-Tras el informe Valech los chilenos nos pusimos de acuerdo en que hubo violaciones a los derechos humanos, sin embargo, no están identificados todos los lugares donde se cometieron delitos de lesa humanidad, sólo se conocen los más emblemáticos. En el informe se habla de alrededor de mil edificaciones, muchas de ellas son comisarías, regimientos, y otras casas, que eran de partidos políticos y sus militantes, también inmuebles de instituciones ligadas a la Unidad Popular que se expropiaron durante la dictadura… La idea es recuperarlas e intervenirlas.



Ahora, de algunas propiedades se recuperará el dominio, las menos; las otras tendrán una intervención que permita a cualquier personas que transite identificarlas como un lugar de detención, de tortura, de eliminación.



Pero eso no es todo, junto a ello vamos a levantar la memoria de esos sitios, a través de una investigación que implique no sólo del lugar, sino que también a los vecinos, similar a lo que se hizo con Auschitwz en que se preguntó a los vecinos: "¿usted que creía que pasaba ahí? ¿No se daba cuenta que llegaban los trenes?".



La idea es hacer algo parecido ¿Imagínate que la casa vecina a la tuya hubiera sido un centro de tortura? Algo te tiene que haber pasado.



-¿Con quiénes están trabajando en el diseño de esta reconstitución histórica?

-Estamos haciendo el diseño en conjunto con varias instituciones públicas: el Consejo de Monumentos Nacionales, el Minvu, al Comisión de DDHH del Ministerio del Interior, la Comisión Asesora Presidencial. Es un proyecto que desde acá hemos estado coordinando y que apunta a hacer visible parte de nuestra historia físicamente.



En esto, obviamente, vamos a tener que priorizar, porque son muchísimos lugares, algunos de ellos tienen una destinación imposible de cambiar, como comisarías, pero hay otros en el que estamos avanzando, como es el caso de "Nido 20", un centro de tortura ubicado en La Cisterna, paradero 20, que antes al parecer perteneció a un militante del MIR, y que después ocuparon los servicios represivos de la FACH. La municipalidad quiere que la propiedad tenga otro destino y creemos que podemos recuperar la casa para dominio fiscal.



-¿Cuál será la mayor dificultad para montar esta iniciativa?

-La mayor dificultad va a ser la priorización, como decía anteriormente. Va a ser complicado decir cuál inmueble es más importante que otro, cualquier violación a los derechos humanos es igualmente grave, entonces no es fácil decidir en ese sentido. Por otro lado, también se dificulta el trabajo con las agrupaciones de derechos humanos porque no tienes una única entidad con la cual hablar, y entre ellas no hay mucha coordinación, más bien todo lo contrario, no conversan en nada aunque tengan objetivos muy parecidos. Esas van a ser las principales dificultades, pero de parte del Estado este proyecto es bastante serio en el sentido de mostrar para ésta y las futuras generaciones lo que pasó en esos lugares.



Villa Grimaldi



-En Bienes Nacionales también se estaba gestionando el tema de los terrenos para erigir el museo de Villa Grimaldi. ¿Cómo van las tratativas?

-Hoy estamos avanzando un paso más en ese proyecto, que es un proyecto que lleva adelante la Fundación Villa Grimaldi. Ellos desean hacer un museo y faltaba el lugar. Nosotros hemos logrado concretar una permuta con un empresario que tiene unos locales comerciales cerca de la Villa y ahí se emplazaría el museo, faltan algunos detalles, pero creo que se llegará a buen término para construir un lugar donde se muestre lo que pasó en ese centro de torturas emblemático de la dictadura.



-¿La construcción depende del ministerio?

-No. Dentro del diseño original de la fundación se contempla ese aspecto, pero que ha estado detenido por la dificultad de adquirir los terrenos, lo que está a punto de solucionarse.



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