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Guillermo Teillier: “El día del atentado vivía a dos cuadras de Pinochet” Presidente del Partido Comunis

Guillermo Teillier: “El día del atentado vivía a dos cuadras de Pinochet”

El mismo día en que se recuerda un nuevo aniversario del atentado al general (R) Pinochet, es probable que la derecha, representada por RN, se reúna con Teillier, máximo líder del PC, para discutir cambios al ”binominal”. El ex jefe del aparato militar del partido, confiesa que vivía en las narices del ex dictador, cuando el FPMR atentó contra éste en el Cajón del Maipo, en septiembre de 1986.


“Las vueltas de la vida”, diría alguien por ahí. Justo el día en que se recordará el vigésimo aniversario del atentado al general (R) Augusto Pinochet Ugarte, ocurrido el jueves 7 de septiembre de 1986, el presidente del Partido Comunista (PC) Guillermo Teillier, se sentará a conversar con la derecha, específicamente con Renovación Nacional (RN), a discutir los cambios al sistema binominal, que le permitan terminar con la exclusión parlamentaria de un sector de la izquierda chilena.

El día y el año del atentado perpetrado por el brazo armado del PC, el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), Teillier era jefe del aparato militar del partido y vivía bajo el nombre falso o “chapa” de “Sebastián Larraín”, a menos de dos cuadras de la residencia Pinochet en la avenida Presidente Errázuriz, en Las Condes.

“Yo era el encargado militar del partido. El Frente Patriótico tenía cierta autonomía, pero estas eran cosas que se discutían con ellos. Ahora, no íbamos a estar discutiendo de fechas y lugares (del atentado), porque eso trasgredía una forma de trabajo. En eso había que ser muy sigiloso, y no era cosa de estar comentando. Los que estaban operando eran los que sabían y punto. Lo que había (de parte nuestra) era una disposición política de que había que terminar con la dictadura y que tal vez una de las fórmulas era eliminando el obstáculo principal”, relata Teillier a El Mostrador.cl.

Durmiendo con el enemigo

El timonel de los comunistas recuerda con ironía, que cuando fue propuesto para asumir como secretario general del partido, hace cuatro años, muchos de sus “compañeros” se preguntaban “quién es este aparecido”. Y, claro, fueron tantos los nombres falsos que utilizó en la clandestinidad que el apellido “Teillier” no le sonaba a nadie, hasta que lo vieron y pudieron cerciorarse que era en realidad “Sebastián”, el encargado militar.

Debido a sus altas funciones, se vio obligado a cambiar muchas veces de domicilio, pero sin duda el cambio más osado, confiesa, fue el que se realizó a una vivienda ubicada a no más de dos cuadras de la residencia del general (R) Augusto Pinochet Ugarte, quien sería emboscado hace 20 años por el FPMR en el Cajón del Maipo, mientras se dirigía camino a Santiago desde su parcela de descanso, ubicada en el sector de El Melocotón.

“El día del atentado vivía a casi una cuadra y media, dos cuadras de Pinochet. Pude sentir toda la conmoción que causó el hecho cuando salió por la televisión, además de la tensión contenida, porque pasó mucho rato antes que se supiera si Pinochet estaba vivo o muerto… Y en el sector se notaba la desesperación de los sectores de derecha, yo creo que les produjo una conmoción muy grande porque ellos no sabían quiénes habían sido. Primero, no creían que había sido el Frente, pensaban que era un sector de los militares que se estaba rebelando. Por un largo rato se les produjo un vacío de poder”, señala el timonel del PC.

Teillier recuerda que llegó a vivir cerca del dictador porque justamente en esos tiempos vivían “al salto de la mata”, en permanente peligro, y en un momento que se sintió seguido por los agentes de inteligencia, el equipo de seguridad le informó que le habían arrendado una casa, sin saber que prácticamente iba a estar ”durmiendo con el enemigo” durante ocho meses.

“Y cuando llegamos les digo ‘pero, huevón, dónde me traen’ y me dicen: ‘pero mejor, acá vas a estar más protegido'”, recuerda Teillier, sobre aquel momento de sorpresa y audacia.

“Trataba de no ir a pasear para el lado de la casita del caballero, sino que me iba a pasear para otro lado. Salía en vehículo… Pero era normal, me conocían los vecinos, me saludaban las vecinas, no tenía problemas”, dice.

-Lo que son las coincidencias de la vida… Justo ahora se va a reunir con RN, con la derecha en definitiva, en una semana en que se conmemora un año más, el vigésimo después del atentado
-Claro, las vueltas de la vida. Estamos empezando a discutir y a revivir algo que se perdió con el golpe. Yo creo que lo que se está recuperando aquí es la tradición democrática de Chile, eso se perdió con el golpe y ahora hay que recuperarlo. Eso forma parte de la cultura de nuestro país, de nuestro pueblo, estamos solamente recuperando eso.

Conversaciones con el Frente

-¿Qué se debe hacer o cómo debería mirarse el futuro de los “fusileros” del atentado o de todos quienes, en general, participaron en la lucha armada contra la dictadura?
-El primer paso que hemos dado es que hemos reivindicado el atentado como un hecho histórico, que, quiérase o no, contribuyó a zafarnos de la dictadura y contribuyó. No tuvo éxito en cuanto al objetivo que se habían propuesto, pero sí tuvo una repercusión política muy grande que creo desmoralizó incluso a las altas esferas de la dictadura.

Bueno, y eso repercutió en los Estados Unidos y los norteamericanos dijeron: “esto hasta aquí no más, porque si han llegado tan lejos, quizás qué pueden hacer más adelante”. Entonces, lo mejor es buscar una salida y la buscaron. Nos excluyeron (del sistema político), es verdad, pero es una repercusión muy grande.

Por ello reivindicamos ese hecho, reivindicamos a quienes los hicieron y estamos convencidos que debemos hacer el máximo esfuerzo porque ellos se reintegren a la sociedad. Estamos recién empezando a estudiarlo. Nosotros hemos dado algunos pasos, hemos conversado con ex oficiales del Frente para ver de manera conjunta cómo los ayudamos.

-¿Desde cuando están conversando?
-Estamos más o menos desde comienzo de año en esas conversaciones. No es tan fácil, en las mismos reportajes que se han publicado ahora último, se ha visto que se produjo una diáspora. Pero esa mirada es para todos los que lucharon contra la dictadura, no sólo para los que participaron de este acto. En definitiva para todos quienes expusieron su vida confrontándose con la dictadura, con los aparatos de represión. Fue gente muy valiente, audaz y de una conciencia muy avanzada.

-¿De qué tipo de reinserción social hablamos?
-No tenemos todavía algo en concreto, se está todavía conversando. Sé que hay compañeros que están trabajando en eso, y nosotros hemos manifestado nuestra disposición a ayudarlos en todo lo que podamos contribuir. Por ejemplo, sabemos que hay peticiones para revalidar estudios y estamos tratando que se den las facilidades.

-¿Esto al margen de la pertenencia a alguna facción posterior desprendida del tronco del Frente histórico?
-No, eso ya se borró. Pueden que queden algunos resabios, pero la mayoría estamos en contacto, estamos conversando, incluso hemos hecho análisis de qué es lo que ocurrió con la separación, y creo que se va por buen camino. Se han intercambiado opiniones, se han visto cuáles fueron los errores, las desavenencias, en fin, se ha hecho con mucha altura de miras e interés. Y esto a nosotros nos interesa porque sacar la experiencia histórica de hechos como estos, nos ayuda a desarrollar nuestra política para adelante y también es algo que las nuevas generaciones deben conocer y asimilar.

Excluidos desde los 80′

-¿Coincide con la apreciación extendida entre algunos analistas de que el atentado influyó en el distanciamiento de la izquierda más radical de los actuales partidos de la Concertación, y en especial de la Democracia Cristiana (DC)?
-No creo que haya sido el atentado lo que provocó el distanciamiento entre los partidos de la Concertación y nosotros. Aquí ya había un proyecto que venía madurando de sectores de la Concertación, y de sectores que apoyabana la dictadura, de los norteamericanos, que ya estaban buscando una salida consensuada. Eso significaba dejar fuera a los comunistas. Entonces, para justificar dejarnos fuera y aceptar muchas de las cosas que se aceptaron, esto de dejar las leyes de amarre y echar en un saco roto los compromisos con el pueblo, es que se usaron como pretextos cosas como la violencia. ¡Pero si la dictadura fue una imposición absolutamente violenta, absolutamente violenta! En cambio, la violencia que se puso del lado nuestro, eran como picaditas de moscos, pero que empezaban a poner nerviosos a muchos desde el punto de vista político.

Pero no fue lo que nos separó de los partidos de la Concertación. Ya el año 80′, partidos de la Concertación habían cerrado toda posibilidad a la unidad de todas las fuerzas democráticas. Nuestro partido hasta el año 1980, 1981, había denodadamente insistido y conversado con todas las colectividades que hoy conforman la Concertación, incluyendo a la DC, pero se fueron cerrando fuerzas. Entonces, cuando después comienzan las grandes protestas y el partido se transforma en protagonista se empiezan muchos a asustar. Lo que nosotros planteábamos era los mismos objetivos democráticos de ahora, decíamos Asamblea Constituyente, cambio de la Constitución, entonces, muchos se asustaban, decían que era un programa demasiado avanzado y revolucionario.

-¿En ese sentido la exclusión se comenzó a gestar en la década de los 80′?
-Sí. Ahí comenzó a gestarse. Es que los norteamericanos tenían muy claro que en Chile, si se producía la unidad en esa época, Pinochet duraba poco y por eso siempre estuvimos divididos.

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