Demetrio Infante no quiso recibir el instructivo y ordenó »devolver este documento al remitente por pretencioso, innecesario y falta de personería del suscriptor». Frank Tressler, presidente de Adica, dice que »lamenta la actitud» en una misiva al diplomático, mientras que la vicepresidenta de la entidad, Falastín Shaktur, afirma que relación del embajador con el gremio »siempre ha sido controvertida».
En septiembre pasado, la Asociación de Diplomáticos de Carrera (Adica), por su propia iniciativa, decidió enviar a todos los embajadores acreditados en el exterior el Decálogo de Derechos de los funcionarios diplomáticos, que fue hecho tras un estudio realizado por la comisión jurídica de la entidad gremial, basado en varios de los artículos del Código de Buenas Prácticas Laborales que lanzó este año la Presidenta Michelle Bachelet.
En el documento se pretende que exista un buen trato a las personas por parte de los superiores jerárquicos, que se respete el horario de trabajo y que no exista discriminación contra ellos por ningún motivo, entre otros puntos.
Todos los diplomáticos acusaron recibo del documento, e incluso se dio el caso de un embajador que no es de carrera, como el actual representante en Argentina, Luis Maira, quien envió sus felicitaciones a la entidad por la iniciativa de enviar este documento a las embajadas.
Sin embargo, sorpresivamente el pasado 6 de octubre recibieron un sobre del embajador de Brasil, Demetrio Infante, quien regresó el decálogo con la siguiente frase, escrita de su puño y letra, que decía: «Devolver este documento al remitente por pretencioso, innecesario y falta de personería del suscriptor».
Las palabras del diplomático molestaron a la directiva de Adica que decidió enviarle una nueva carta con el mismo decálogo, al cual le fue anexado el Código de Buenas Prácticas para la Administración Pública, la que aún no ha tenido respuesta.
Además de los documentos mencionados se le envió a su vez una misiva, donde el presidente de la entidad gremial, Frank Tressler, le señala que "lamenta mucho su actitud, única respecto de otros embajadores a los que también les hicimos llegar el referido decálogo, incluyendo el Ministro (Alejandro Foxley) y el Subsecretario (Alberto Van Klaveren)".
Agrega en la carta que "efectivamente el documento tiene como finalidad ser ambicioso. Es una obligación de toda asociación gremial promover un clima laboral de respeto y cordialidad entre jefes directos y sus funcionarios".
Tressler le señala que para que exista un buen clima laboral la Presidenta Michelle Bachelet "el presente año, suscribió el Código de Buenas Prácticas Laborales para la Administración Pública, documento que recoge muchas de las disposiciones del Decálogo que usted nos devolviera".
Pese a que los dichos del embajador de Chile en Brasil fueron concisos, lo que causó más irritación en la entidad gremial fue que los acusara de falta de personería jurídica. Por eso en la misiva, el presidente de Adica, le recuerda a Infante que dicha personería "me fue entregada por las disposiciones de la Ley N° 19.296 -Ley de Asociaciones Gremiales-, como también por la elección del Directorio de Adica de noviembre del año 2004".
Hecho lamentable
La vicepresidenta de Adica, Falastin Shaktur, calificó como "un hecho lamentable" que el embajador Infante haya regresado la carta. "Es algo que en realidad no se entiende. Las razones que alude es que nosotros no tenemos autoridad, lo cual es extraño porque somos un gremio legalmente constituido" .
La dirigente señala que "la relación de Infante con Adica siempre ha sido controvertida. En todos sus cargos y embajadas, siempre ha tenido una reticencia, un mal trato y un desconocimiento a la labor gremial. Es una persona de por sí controvertida".
Hizo el paralelo con lo sucedido con el embajador Luis Maira en Argentina, que recibió el decálogo e "inmediatamente nos mandó a felicitar por la iniciativa". En cambio, no se entiende la actitud del embajador en Brasil ya que "las razones que da no tienen fundamento, ni relación con el decálogo", puntualiza Shaktur.
Piensa que «quizás el embajador Infante, al no ser de carrera, no acepta recomendaciones de Adica o bien lo tomó como algo personal, siendo que se le envió a todos los Embajadores de Chile en el exterior sin distición de si provenían de la carrera o no».
Fuentes de la diplomacia comentaron que la molestia de Infante puede deberse al hincapié que ha hecho la entidad gremial en que los embajadores deben retirarse, como límite máximo de tiempo, a los 65 años, una barrera que él ya superó hace dos años.
Otras fuentes señalaron que "mientras la Presidenta está preocupada del trato laboral y que se respete a los funcionarios, la forma en que Infante ha actuado sería incompatible con las instrucciones de la mandataria".
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