Historiador de la UC y destacado exponente del pensamiento conservador del gremialismo, Rojas es también integrante del directorio de Fundación Pinochet. Pese a resguardar el legado del general (R), marca diferencias con la UDI y dice que »no es el partido oficial de ese régimen». Además, vuelve a cuestionar a Joaquín Lavín por haber sido el primero en »separar aguas» de la figura del militar.
Consejero histórico de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Gonzalo Rojas ha hecho siempre una férrea defensa a la obra del ex general Augusto Pinochet, y ante la recaída de salud del general (R) vuelve a defender su legado.
Profesor de Historia de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica, define al ex jerarca como un líder que "salvó al país de la peor dependencia del marxismo, y rearticuló la vida moral, política, cultural y económica de los chilenos".
Pese a no haber sido un colaborador del régimen militar desde algún puesto de gobierno, es uno de los integrantes de la directiva de la Fundación que ha recogido el legado del ex gobernante de facto, y en esa línea cree que "muchas veces se le trata con injusticia" y que "no pueden atribuírseles las culpas de todo lo que sucedió", en alusión a las violaciones a los DDHH que tuvieron lugar bajo su mandato.
Ante el escenario de la enfermedad que tiene al general internado en el Hospital Militar, y la consecuente libertad de acción que ha promovido su partido para brindarle apoyo, cree que "aquellos que participaron de este gobierno militar y han optado por marginarse, tienen que dar una explicación".
Asimismo comparte las críticas que la familia Pinochet ha esgrimido sobre la manera calculadora con que los partidos de derecha han actuado en el tema, y destaca que "algunas personas han cambiado su manera de ver por conveniencia electoral".
Agrega, asimismo, que "si tienen planteamientos válidos sobre el rechazo a la figura de Pinochet, y sobre por qué no quieren verse relacionados con él en el presente, sería bueno que las conociéramos para que otros militantes y dirigentes del partido podamos contrastarlo históricamente".
El «oportunismo» de Lavín
Respecto a la explicación de Joaquín Lavín para distanciarse del régimen militar, que ha quedado explícita en su histórico documento "Nunca Más", reitera que "ha sido pésima, inconsecuente, por eso la contrarié en todos los medios".
En esa línea, cuestiona el "oportunismo" del ex abanderado, quien pese a haber sido estrecho colaborador de Pinochet -en Odeplan y en la campaña del plebiscito de 1988- ha manifestado su desafección al régimen militar.
Si bien distingue "la calidad moral, recta intención y vocación de servicio" de Lavín, de la "incapacidad" que ha demostrado para moverse en política, sostiene que "el daño que le hizo a la doctrina, estilo y proyecto de la UDI es enorme".
Coherencia en la directiva
Por otro lado, Rojas defiende la postura del timonel de la UDI Hernán Larraín, quien no participó del gobierno militar y "como vicerrector universitario fue un hombre independiente, e incluso hizo críticas muy importantes al gobierno militar y en este sentido ha sido coherente en su mirada del régimen militar".
Aunque cuando Pinochet estuvo detenido en Londres e injustamente procesado él se manifestó con lealtad a favor de la obra de Pinochet, no le extraña ahora "que tome distancia", aunque sea el presidente de la UDI. "En virtud de su conciencia, piensa que no está obligado a hacer gestiones para apoyar a Pinochet, y eso no me parece en lo más mínimo censurable", asegura.
Además le parece que como Presidente UDI no puede obligar a los militantes a alinearse a una postura oficial, porque pese a que existe una enorme cantidad de militantes afines al gobierno militar "no es el partido oficial de ese régimen".
Libertad de conciencia
Si bien Rojas destaca que "no podemos meternos en la conciencia de las personas", y que en definitiva a estas alturas "es una opción personal el respaldar o no a Pinochet", destaca que "en la UDI existe una adhesión a los principios y la obra fundacional del gobierno militar".
Si bien no hay ninguna declaración de principios que los sujete a la figura de Pinochet, valora la trayectoria de su partido desde el régimen militar y la dependencia de los principios de ese régimen -que aún existe-, además de la cercanía de Jaime Guzmán Errázuriz, quien colaboró tanto con ese gobierno. Por lo que cree que "si alguien quisiera omitir ese vínculo, sería considerado una traidor por los militantes de la UDI".
De todas maneras, destaca que "cada uno tiene que sentir una obligación en su conciencia, porque como partido no estamos obligados a estar subordinados a ningún régimen de la historia de Chile".
En esa dirección enumera las distintas posturas que existen respecto a la figura de general. "Hay personas que participaron directamente del gobierno militar, y algunos mantienen una clara fidelidad a su obra; otros, no".
En tanto, se define a sí mismo como miembro de un segundo grupo "que no participamos, que no fuimos funcionarios, no ganamos un peso, pero seguimos teniendo fidelidad hacia las obras de las Fuerzas Armadas y de orden".
«Jóvenes no están contaminados con búsqueda de cargos»
Como director de la revista Realidad, expresión teórica del sector más conservador de la UDI, Gonzalo Rojas distingue un tercer grupo de gente más joven que se incorporó recientemente al partido, que es "más fiel y siente un cariño por su legado (el de Pinochet), que algunos que estuvieron directamente trabajando para ese gobierno".
Si bien comparte las críticas de que algunas personas han cambiado su manera de ver las cosas por conveniencia, destaca que "gente que jóvenes de 19 años que no conoce a Pinochet, son notablemente fieles porque han leído algo de historia y no están contaminados con la búsqueda de un cargo político que los hace tomar posturas respecto del electorado".
Rojas trabaja con gente joven desde Copiapó a Puerto Montt, por lo que puede asegurar que "son numerosos los jóvenes de la UDI que tienen como referente a Augusto Pinochet Ugarte y Jaime Guzmán Errázuriz", a lo que agrega que "ignorar ese dato es hacer política de ficción".
Asimismo, le parece simplista decir que por un tema generacional los jóvenes no valoran la obra de Pinochet, y que eso "es no reconocer la formación histórica y doctrinaria que les damos".
A diferencia de un político, "que está complicado en su distrito y está preocupado de que le vayan a sacar en cara que fue a ver a Pinochet al hospital", cree que los jóvenes tienen una "independencia política" total, en ese sentido.
